¿Qué tienen en común el filósofo Aristóteles, los millonarios Elon Musk o Jeff Bezos o expertos inversores como Charlie Munger y Warren Buffet? Todos ellos han sido capaces de encontrar soluciones a problemas a los que nadie nunca se había enfrentado antes y su recompensa ha sido el éxito.
Su gran secreto es utilizar un proceso mental denominado de los “primeros principios” que propone deconstruir los problemas en pequeños trozos, descubrir su origen primigenio para volver a reconstruirlos de una forma distinta aportando una solución creativa. El propio Elon Musk contaba en una entrevista con Kevin Rose cómo aplicaba este método de pensamiento para afrontar problemas y encontrar soluciones a las que nadie había llegado antes.
El razonamiento por analogía. Es más que probable que en tu proceso para resolver problemas utilices lo que los filósofos denominan razonamiento por analogía. No es raro, lo usamos el 95% de la humanidad. Consiste en resolver problemas basándose en suposiciones previas y en las mejores prácticas ampliamente aceptadas. Tendemos a imitar lo que otros ya han logrado, en lugar de innovar.
Es como si tienes que hacer pan y te dan una receta para ello. Otros ya han recorrido ese camino antes y han investigado cómo hacerlo. Con esa receta probablemente conseguirás un pan excelente, pero será el mismo pan cada vez que lo hagas.
Mentalidad de los primeros principios. En cambio, el proceso mental de los primeros principios requiere olvidarse de esa receta rompiendo las suposiciones y barreras de los problemas anteriores para crear una solución completamente innovadora.
El pan está formado por harina, levadura, agua y sal, pero ¿se tiene que usar harina de trigo, o también sirve la de centeno, espelta o garbanzo? ¿El horno tiene que ser eléctrico o también puede ser de gas o de leña? De cualquier variable que surja a partir de ese razonamiento se va terminar haciendo pan, pero se llega abriendo un mayor número de opciones y variables.
El cuestionamiento socrático para hacerse las preguntas correctas. El método del cuestionamiento socrático permite establecer un sistema para hacer y responder las preguntas adecuadas para aplicar el pensamiento de los primeros principios.
- Ve al origen de tus ideas. ¿Por qué pienso esto? ¿Siempre ha sido así?
- Cuestiónate los supuestos. ¿Cómo sé que esto es cierto? ¿Y si pensara lo contrario?
- Busca evidencias anteriores para el mismo problema. ¿Qué ha sido un ejemplo? ¿Qué otra información necesito?
- Considera otras perspectivas alternativas. ¿Cómo lo ven otras personas? ¿Cómo sé que mi punto de vista es el correcto?
- Investigar consecuencias e implicaciones. ¿Qué pasa si me equivoco? ¿qué cambiaría en la forma de usar/fabricar ese producto?
- Cuestionar las primeras preguntas. ¿Por qué pensaba eso antes? ¿Estaba en lo cierto? ¿Qué he aprendido de este proceso?
Un caso práctico: Tesla. Un ejemplo práctico de la evolución de este pensamiento de primeros principios por parte de Elon Musk es Tesla. Hasta que la compañía no se empeñó en fabricar coches eléctricos, estos eran demasiado caros de fabricar, demasiado complejos, y con muy poca autonomía. Hoy Tesla planea lanzar un coche eléctrico por 25.000 euros, que recorre cientos de kilómetros y con una cadena de producción que firmaría cualquier gran empresa con más de 100 años de experiencia.
Tal y como explica el CEO de Squeezgrowth en su cuenta de X, Tesla no es una empresa de automoción, son 19 startups combinadas en una. Elon desgranó todos los componentes que forman un coche eléctrico, investigó porqué cada elemento era así y cómo podía hacerlo más eficiente. Las baterías, al igual que el pan, tenían una receta para fabricarlas, pero Elon Musk necesitaba una nueva forma de hacer baterías a gran escala y con un coste inferior. Lo mismo aplica al resto de elementos de sus coches.
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El resultado es que, ahora, Tesla fabrica sus chasis, sus baterías, su sistema de conducción autónoma, sus sistemas de carga, etc. El mismo principio podría aplicarse a SpaceX, Blue Origin o a Amazon de Jeff Bezos, que también se hicieron las preguntas adecuadas para encontrar nuevas soluciones creativas que han revolucionado industrias que ya eran maduras. El ser humano lleva comerciando desde la prehistoria y el lanzamiento de cohetes en su concepción actual se remonta a 1926.
Imagen | Wikimedia Commons (Jastrow LAAFBSMSC, UK Government)
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