Puede que tu próxima consola no sea una consola, sino una tele

Puede que tu próxima consola no sea una consola, sino una tele

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Tele2

Llegas, enciendes la tele, coges el mando, y a jugar. Sin encender nada más, ojo. Eso ocurre ya hoy de forma limitada, pero todo parece apuntar a que el streaming de videojuegos será la principal forma de jugar en el futuro .

Al menos esa es la propuesta de servicios como Stadia, xCloud o Luna. Su despegue está siendo más lento de lo que esperábamos, pero si cumplen su promesa, pronto el PC y las consolas serán redundantes, porque solo necesitarás un dongle HDMI tipo Chromecast para jugar o ni eso: con la tele lo tendrás todo.

Spotify y Netflix nos enseñan el futuro

Parece lógico pensar que el futuro no es especialmente alentador para consolas y PCs de gaming. Seguirán teniendo cabida durante unos cuantos años más, sin duda, pero su propuesta parece tenerlo difícil ante servicios como Stadia, xCloud o Luna.

Las razones son obvias, sobre todo cuando recordamos cómo nos ha ido en los últimos años con mercados y formatos que también parecían eternos como la música o el cine y las series.

Hoy no mucha gente se plantea comprar un CD o un vinilo de música —aunque este último formato está resurgiendo con fuerza—, y lo mismo ocurre con las películas y series en formatos físicos, que están ya casi más orientados al coleccionismo que a la reproducción del contenido como tal.

La comodidad y la conveniencia de los Spotify y los Netflix del mundo es demasiado poderosa. Estas plataformas son rivales fenomenales para ese método ya casi "artesanal" de reproducir música en un reproductor de CDs o un giradiscos o de ver una película en DVD un reproductor Blu-ray (de los que cada vez quedan menos y han acabado teniendo parte de su salvación en las consolas, curioso).

Es cierto que las consolas de nueva generación y los PCs logran algo importante para muchos: garantizar que tendremos la mejor experiencia posible en calidad visual. Si tenemos un PC potente, una Xbox Series X o una PS5 podemos estar tranquilos, porque será difícil que los juegos se puedan ver mejor en un servicio de streaming a corto plazo.

Sin embargo de nuevo asoma la realidad que nos ha conquistado en otros terrenos: la calidad de la música de Spotfy y del vídeo en Netflix (y sus respectivas alternativas) no es ideal para audiófilos y cinéfilos probablemente, pero lo cierto es que son perfectamente válidas para la inmensa mayoría de usuarios.

Los contenidos en 4K cada vez son más frecuentes en el ámbito de las plataformas de streaming de vídeo, y hay servicios de streaming de música como Tidal o Qobuz que prometen calidad de audio por encima de la media en cuanto a la compresión de esos contenidos, por ejemplo.

El streaming de videojuegos sigue (un poco) en pañales

Yves Guillemot, cofundador de Ubisoft, lo tenía claro: esta nueva generación de consolas será la última: después jugaremos como escuchamos música, por streaming.

Ese futuro parece factible, pero los servicios de streaming de videojuegos siguen yendo a gatas. Stadia, que lleva más de un año con nosotros, ha tenido que cambiar de enfoque mientras que xCloud sigue de momento disponible solo en dispositivos Android.

Ambas plataformas luchan por llegar a móviles y tabletas de Apple, y aunque están trabajando en ello la firma de Cupertino no lo ha puesto nada fácil.

Google ya lo ha logrado usando la misma técnica que la recién aparecida plataforma Luna de Amazon: no hay aplicación nativa, y en lugar de eso los juegos corren en el navegador.

Es exactamente lo mismo que ha hecho GeForce Now, que en 2020 tuvo también que replantear su estrategia ante el abandono de muchos de sus socios originales.

Es evidente que esta y otras propuestas se están preparando para llegar a todos nuestros dispositivos. Parece que los móviles y las tabletas son claros objetivos iniciales de ese plan de ataque, pero también lo son los PCs y portátiles.

De hecho, que Luna y otros servicios —Electronic Arts está cocinando a fuego lento su Project Atlas— puedan disfrutarse a través del navegador es desde luego la opción ideal para convertir estas plataformas en transversales: no importará donde juegues, porque si dispones de acceso a un navegador que se comporte de forma decente (no vale el de las Raspberry Pi 400, nos tememos) es probable que puedas disfrutar de esas experiencias sin demasiados problemas.

De los mandos con botón de Netflix a los mandos con botón de Stadia

De hecho la promesa real no está ya en jugar en móviles, tabletas u ordenadores, sino hacerlo directamente en la tele. Lograrlo además sin que haya nada más conectado, o casi nada, parece estar al alcance de la mano.

Chromecast Ultra Stadia2

Lo demuestran dispositivos como el Chromecast Ultra que da acceso a Stadia: no es un dispositivo especialmente potente, y aún así es la base de una experiencia que se espera pronto esté disponible en los nuevos Chromecast con Google TV.

Que un simple dongle HDMI llegue a ofrecer esa capacidad es prometedor —no es difícil imaginar a Amazon lanzando un Fire TV Stick especialmente orientado a usar Luna—, pero lo es aún más que lo hagan las televisiones del futuro.

No parece nada difícil que lo consigan: la experiencia ya es notable en algunos modelos a la hora de movernos por la interfaz de las Smart TVs y sus aplicaciones, y todo esto no hará más que mejorar con el avance de los procesadores que integren y también de plataformas como Android TV / Google TV, Tizen o webOS, entre otras.

De hecho parece inevitable que tarde o temprano los Samsung, LG  o Xiaomi de turno nos vendan Smart TVs que promocionen precisamente esa capacidad para ofrecer acceso a Stadia o xCloud.

Así, LG prometió que Stadia llegaría de forma nativa a sus Smart TVs a finales de 2021, y en Microsoft ya han anunciado que este servicio llegará a las Smart TV en forma de app. Es de suponer que otras muchas plataformas hagan lo propio, y el desembarco de estas aplicaciones en Android TV/Google TV, Tizen o webOS parece absolutamente inevitable.

Ese podría ser uno de los componentes estrella de la próxima generación de Smart TV que llegue en 2021 o 2022: "Mira", nos dirá el fabricante, "no solo tienes acceso rápido y directo a Netflix, HBO, Spotify o YouTube, sino también a Stadia y xCloud".

Xcloud2

Eso desplazaría totalmente el modelo de negocio, centrado hace años en el hardware, a un modelo de servicios. Ha pasado en muchos otros ámbitos, y desde luego empresas como Microsoft, Amazon o Google llevan tiempo defendiendo a capa y espada ese modelo.

El razonamiento es obvio: ¿para qué vender "cajas" (como las de Office 2019) cuando puedes vender suscripciones (como las de Office 365)? Mientras que un modelo implica un solo pago, el otro implica un pago recurrente, algo que es mucho más atractivo para que las empresas puedan mantenerse y crecer.

Con las plataformas de streaming de videojuegos el enfoque sería precisamente ese: uno en el que Sony o Microsoft dejarían de importar como fabricantes de software y serían más proveedores de esas plataformas, de esos "Netflix de los videojuegos" que ya han encauzado. Microsoft desde luego lo ha hecho con Game Pass y xCloud, y el futuro parece tirar por ese camino sin que haya aparentemente una vuelta atrás.

En ese futuro de plataformas no importará ya "la caja". Es cierto que las consolas y los PCs probablemente seguirán importando en ciertos escenarios, pero insistimos: para la inmensa mayoría de la gente Stadia, xCloud, Luna o GeForce Now serán "suficientemente buenos".

Con el tiempo, de hecho, serán más que eso: las capacidades de nuestras líneas de banda ancha (fibra, 5G, Starlink) parecen también garantizar que incluso en temas delicados como la latencia estaremos ante experiencias totalmente satisfactorias para la mayoría de usuarios.

Retos, pero también muchas nuevas oportunidades

Hay desde luego retos para esa futura era del streaming de videojuegos, La más delicada quizás es la latencia, que por ejemplo ya fue criticada por nuestros compañeros de Xataka eSports cuando probaron Stadia. Aunque hay esfuerzos por reducirla mediante hardware o mediante software, es un factor que a priori parece imposible que pueda compararse a las latencias del juego en consolas o PCs.

Apple iPlay La consola de Apple podría ser esto, pero también algún dongle HDMI con un formato minúsculo y potenciada por un chip derivado del espectacular M1.

También quedan dudas sobre la forma en la que se implementará el crossplay: ¿si jugamos en Stadia a FIFA, podremos competir con los jugadores que jueguen en PC o xCloud, por ejemplo?

Aquí el panorama parece optimista, al menos si hacemos caso de las declaraciones de Google o los movimientos de Microsoft en los últimos tiempos. Sony parece más reacia, pero parece que también parecen ceder al deseo de los jugadores de poder competir entre distintas plataformas.

A la espera de que todo eso se solucione, el streaming de videojuegos abrirá las puertas a empresas que antes no habían tenido acceso fácil a este mercado.

Se hablaba estos días del rumor de Huawei lanzando una consola —probablemente en la línea de las Nvidia Shield—, y esto también podría dar lugar a que startups en este segmento planteen sus propuestas. Lo intentaron la mítica Ouya que acabó en manos de Razer (otro candidato a entrar en este segmento) y también proyectos como Mad Box que fueron más humo que otra cosa.

Y por supuesto, esto también abre el camino para gigantes que habían estado algo apartadas del segmento más tradicional en los videojuegos. A Apple no le va nada mal con Apple Arcade y su App Store con su sección de videojuegos, desde luego.

Sin embargo, ese streaming de videojuegos también abre las puertas para que la firma plantee su propia plataforma o al menos presente su particular dongle HDMI con esa capacidad. Con la potencia que ofrecen los núcleos eficientes de los nuevos chips M1, desde luego, imaginar algo así es totalmente lógico.

Así pues, estamos desde luego a las puertas de una más que probable revolución del mundo de los videojuegos. Una en la que las consolas y los PCs para gamers no desaparecerán, desde luego, pero se acabarán probablemente convirtiendo en un nicho de mercado gigante en el que ya solo hará falta la tele (o como mucho, un dongle HDMI de nueva hornada) para jugar a 4K y 60 FPS sin preocuparse de nada.

Imagen | Pixabay

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