Twitter afronta un escenario económico "desolador". Y Musk parece dispuesto a cualquier cosa para no perder

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Hace dos semanas que Elon Musk se convirtió en dueño de Twitter. Prometía curvas, y las curvas han llegado. De hecho, quizás están siendo demasiadas.

Twitter está fatal. "El panorama económico que se avecina es desolador". Fue según Bloomberg el mensaje principal de Elon Musk a los empleados de Twitter en el primer correo electrónico en el que se dirigía a su plantilla. Según The New York Times, la empresa está en números rojos y tiene un cash flow negativo de varios miles de millones de dólares.

Planes a grandes rasgos. El objetivo es recortar gastos y comentó que la plantilla está sobredimensionada incluso después de sus polémicos despidos de los pasados días. Los que se han quedado, explicaban en Bloomberg, deberán volver a la oficina y trabajar allí al menos 40 horas a la semana.

Para lograr crecer, advirtió, necesitaban depender menos de la publicidad (90% de los ingresos) e impulsar las suscripciones —ya lo están intentando con la nueva y polémica suscripción de Twitter Blue que antes costaba 3 dólares y ahora cuesta 8— para que supongan el 50% de esos ingresos. No solo eso, explicó. "La prioridad absoluta es encontrar y suspender cualquier bot, troll o spam".

Twitter Bank. En el mensaje de ayer a sus empleados, Musk habló de un nuevo proyecto: convertir a Twitter en una especie de banco. Según sus comentarios, cada usuario verificado (parece que solo ellos) tendría un balance con el que podría enviar dinero a cualquier parte del sistema.

Eso plantea opciones como la de dar propinas a otros usuarios o pagar por vídeos en el teórico muro de pago que prepara la plataforma. Hay escollos operativos, legales y regulatorios importantes, pero este podría ser el primer gran paso de esa superapp llamada "X" estilo WeChat de  la que Musk lleva tiempo hablando.

Sin responsables de su seguridad. Como indican en el NYT, Lea Kissner —que lo confirmó oficialmente—, Damien Jieran y Marienne Fogarty dimitieron el miércoles. Los tres eran los grandes responsables de la seguridad, la privacidad y el cumplimiento de la normativa en Twitter, y esas bajas han dejado a la empresa con un agujero enorme en un área especialmente preocupante y que le podría salir muy (pero que muy) cara a Twitter.

Cuidado con las novedades, Sr. Musk. Twitter y otras plataformas tienen mucho cuidado al lanzar nuevas características. Tanto la seguridad como la privacidad deben ser analizadas meticulosamente para evitar multas de la Federal Trade Commission (FTC), el organismo que regula este segmento en EEUU. A sus responsables no les tiembla el pulso: ya le pusieron a Facebook una multa de 5.000 millones de dólares por lo mismo, y si algo debe evitar Twitter son multas multimillonarias.

Escrutinio regulador a Twitter. Douglas Farrar, portavoz de la FTC, explicó que "estamos siguiendo los últimos acontecimientos en Twitter con gran preocupación". Este organismo ya "le dio un toque" a Twitter en 2011, indicando que la empresa debe realizar análisis y evaluaciones de privacidad antes de realizar cambios en el producto.

Esa "orden de consentimiento" obliga teóricamente a la empresa a enviar formularios que deben ser aprobados por la FTC dos semanas después de que haya cambios en la cúpula directiva, que es justo lo que ha pasado con la toma de poder de Musk.

¿FTC?¿Qué FTC? Un mensaje interno de uno de los responsables del departamento legal puso las cosas aún más claras en esta peligrosa situación. En el mensaje publicado en Slack que han republicado en The Verge el empleado explica cómo oyó a Alex Spiro (actual máximo responsable del departamento legal de Twitter) decir que "Elon pone cohetes en el espacio, no tiene miedo de la FTC". La percepción de esas fuentes internas es la de que Elon está dispuesto a arriesgar mucho con Twitter y sus usuarios.

Las prisas son malas consejeras. Sin embargo, desde que llegó a Twitter Musk ha querido hacer cambios rápidos en las características del servicio. En el citado mensaje interno en Slack contaba además cómo los ingenieros de la compañía podrían acabar siendo forzados a "autocertificar" sus proyectos en materia de privacidad para que esas nuevas características fueran lanzadas sin cumplir parcial o totalmente con los requisitos de la FTC.

"Elon ha demostrado que sólo le importa recuperar las pérdidas que está teniendo como consecuencia de no salir de su obligación vinculante de comprar Twitter". Eso plantea riesgos legales y profesionales notables para los ingenieros, explicaba el empleado.

Imagen: Evan Agostini/AP

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