Seat tendrá su planta de baterías en Sagunto: una buena noticia que enmascara el problema real de España

Seat tendrá su planta de baterías en Sagunto: una buena noticia que enmascara el problema real de España
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Seat tendrá su planta. Tras su ultimátum al Gobierno, ha decidido aceptar el presupuesto proyectado en los PERTE-VEC para su nueva infraestructura. Una buena noticia para los trabajadores del sector aunque con algunas aristas. El futuro escapa de nuestro país.

La planta. Después de muchos rumores en los que se tuvieron en cuenta distintas locaciones, en marzo Volkswagen confirmó que ya era un secreto a voces. El grupo automovilístico construiría una fábrica de baterías en Sagunto, aunque siempre contemplando la ayuda de los fondos PERTE que tienen su origen en los Next Generation europeos.

Esto último ha sido muy importante pues aunque se dio por hecho desde el principio que la planta saldría adelante, el conglomerado alemán se desmarcaba dos semanas atrás con una amenaza: o había más dinero público de ayudas para la construcción de la fábrica o no habría planta.

La mitad. Ni para ti ni para mí. Lo que suele suceder en una negociación clásica: el término medio. En una primera asignación, el Gobierno tenía pensado dedicar 167 millones de euros de ayuda a que la planta saliera adelante. Una ayuda a todas luces insuficiente para el fabricante, que reclamó 800 millones de euros para que la instalación saliera adelante.

Al final, todo ha quedado a mitad de camino. El Gobierno dedicará 362 millones de euros a la construcción de la productora de baterías. Los entes regionales apoyarán el proyecto y, finalmente, serán 397 millones de euros los que reciba el Grupo Volkswagen para quedarse en Sagunto y asegurar un proyecto que promete dar empleo a 3.000 personas.

Los trabajadores. Los empleados del sector están de enhorabuena. Especialmente los de la propia compañía y los de la fábrica de Ford en Almussafes. La compañía ya había decidido fabricar sus futuros dos modelos eléctricos en tierras valencianas, lo que ha podido pesar para la decisión final pues ambas compañías trabajan en modelos sustentados sobre una misma plataforma.

El sector de la automoción es uno de los más importantes del país (10,95% de la cifra de negocios de España) y los empleados están haciendo importantes esfuerzos para mantener la producción de vehículos en los próximos años en nuestro país. En Ford sobrevuela un nuevo ERE, en Seat miran con expectación y recelo cuáles son los planes para el futuro y empleados de Renault o Mercedes también se enfrentan a duros recortes para mantener la producción.

Productores. Aunque la promesa de 3.000 empleos bajo el paraguas de la nueva fábrica es llamativo, los trabajadores españoles se enfrentan a un problema: el coche eléctrico traerá despidos masivos. El problema es que se espera que la mecánica de estos coches sea mucho más simple. Schaeffler, proveedor alemán de piezas, ya ha anunciado que despedirá a 1.300 trabajadores conforme el vehículo eléctrico se imponga.

El problema es que España, de momento, sigue siendo el lugar indicado para producir las baterías, pero no para desarrollarlas, mejorarlas y hacerlas evolucionar. De hecho, todo este proceso Volkswagen lo concentrará en Salzgitter, una ciudad alemana donde construirá el verdadero laboratorio de las futuras baterías y en las que se coordinarán la producción del resto de fábricas repartidas por Europa.

Ser los ensambladores de Europa también tiene su contrapartida. Desde Ford lanzan el mensaje de que en Almussafes necesitarán reducir la carga de trabajo entre un 30 y un 50% para sacar adelante los modelos eléctricos del futuro que, además, se han retrasado en los plazos. El desarrollo de sus baterías de estado sólido estará, una vez más, fuera de nuestro país, concretamente en Estados Unidos.

Software. Como estamos viendo con el paso del tiempo, lo más importante y lo que más empleo generará con el coche eléctrico será el software. Con él se podrá conseguir un mejor desarrollo de las baterías, una mayor vida útil y una mejor gestión de su autonomía.

Aunque todavía está dando sus primeros pasos en el sector de la automoción, su importancia es tal que en Volkswagen han llegado a despedir a su CEO por los continuos retrasos en sus productos, en los que los problemas con el software han sido decisivos. Ya se está experimentando con nuevos servicios por suscripción y tecnológicas como Google y Apple afilan sus garras para entrar en un mercado desconocido para ellas hace apenas unos años.

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