"Ya no somos competitivos como marca": el CEO de Volkswagen augura recortes y despidos inéditos en su historia

La firma está inmersa en un plan de ahorro de 10.000 millones de euros en su transición al coche eléctrico

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"Con muchas de nuestras estructuras, procesos y altos costos preexistentes, ya no somos competitivos como la marca Volkswagen". La frase la ha pronunciado, Thomas Schäfer, CEO del Grupo Volkswagen, en uno de los canales internos de la compañía, según asegura Reuters, quienes han tenido acceso a la misma.

La conversación gira en torno al plan de ahorro que el conglomerado automovilístico prepara para los próximos tres años, con los que aspira a ahorrar en costes un total de 10.000 millones de euros. Una cantidad que pasa, irremediablemente, por los propios trabajadores de la empresa.

Lo pagarán los trabajadores

Si la frase de Schäfer era clara, la de Gunnar Kilian, miembro de la junta de recursos humanos, no ha sido menos directa. Según la agencia, en la misma conversación, Kilian habría alertado de que "tenemos que ser lo suficientemente valientes y honestos como para tirar las cosas por la borda que se están duplicando dentro de la empresa o que son simplemente lastre que no necesitamos para obtener buenos resultados".

Aunque el propio directivo señalaba que la mayor parte del ahorro no lo asumirán los trabajadores, sí ha empezado a hablar de planes de jubilación anticipados o parciales. En la anterior estrategia, la compañía contemplaba una reducción progresiva en el número de puestos de trabajo. La idea era que no ser fueran sustituyendo a los trabajadores que se jubilaran y, en 2029, acabar con una plantilla acorde a los nuevos tiempos.

En Motorpasión recogen que Schäfer se habría dirigido a los sindicatos de Volkswagen en los siguientes términos: conseguir un ahorro de 10.000 millones de euros y un margen operativo de entre el 9% y el 11% de aquí a 2030 "no será suficiente sin recortes significativos. Y también tenemos que abordar los temas peliagudos, incluidos los de personal"

Estos nuevos tiempos señalaban directamente a la producción de coches eléctricos. La industria lleva tiempo avisando de que para fabricarlos necesitarán menos mano de obra. Ford tiene en el aire el futuro de Almussafes. Los sindicatos españoles alertan de que la figura del "aprieta tornillos" está cerca de desaparecer. Y NIO acaba de avisar de que aspira a reducir su plantilla en un 30%.

Las noticias sobre los problemas económicos de Volkswagen no dejan de sucederse. En el anuncio del plan de restructuración, Schäfer aseguró que "el tejado está en llamas" y que era un verdadero peligro no ahorrar en los costes de producción. Estos costes se han disparado con el coche eléctrico para la compañía y ahora tienen un problema.

Más allá de que la demanda de coches eléctricos pueda estar enfriándose, lo cierto es que Tesla o los fabricantes chinos están haciendo muchísimo daño a Volkswagen, tanto en Europa como en China. Cambiar el rumbo de Volkswagen es el de intentar cambiar el del Titanic, pero el iceberg parece estar cada vez más cerca y el movimiento del conglomerado automovilístico es demasiado lento.

En los últimos años y meses, Volkswagen ha renunciado a jugar a volumen, asegurando que la mayor rentabilidad de sus coches era perfecta para sus intereses comerciales. El problema es que, en la transición al coche eléctrico, no consigue alcanzar esa tan ansiada rentabilidad. Incluso amenazando con la idea de abandonar la batalla por el coche eléctrico barato.

Y cuando las pequeñas batallas de la gran guerra del coche eléctrico se están recrudeciendo, Volkswagen se ha encontrado con un enorme problema en el desarrollo de sus plataformas, una estructura demasiado compleja en un momento donde el ahorro en costes es clave. Una situación que ha provocado demasiados retrasos y que ha llevado a la compañía a prescindir de su anterior CEO y buscar una mano en China, donde han comprado una plataforma para dar salida a los modelos de Audi e invertir en XPeng.

La intrincada estrategia de plataformas ha provocado que Cariad, la empresa dedicada exclusivamente al desarrollo de software para éstas, está en el punto de mira en el ahorro de costes y ya se habla de reducir su plantilla con hasta 2.000 despidos.

En las palabras de Gunnar Kilian no se especificó que las bajas estén directamente relacionadas con Cariad pero no parece que se acaben quedando ahí. Hay que tener en cuenta que algunos informes apuntaban a que Volkswagen necesita 30 horas para fabricar su ID.3 mientras que Tesla sólo necesita 10 horas para sacar adelante un Model 3. Una diferencia de tiempo que está basada en un proceso más automatizado y su Giga Press y que tiene su consecuencia directa en los costes de producción. Tesla quiere, además, asegura que puede seguir reduciendo estos costes en el futuro y, por tanto, aumentando el margen para bajar sus precios.

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Foto | Volkswagen

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