Cariad era la gran apuesta de futuro de Volkswagen. Ya se plantea acabar con toda su junta directiva

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El coche eléctrico está cambiando radicalmente la industria. Esta tecnología está explorando un nuevo escenario donde empresas como Tesla, que ya nacieron con el coche eléctrico en sus genes, están retando a los grandes gigantes de la industria. En otros casos, vemos cómo fabricantes chinos empiezan a tomar posiciones de ventaja en una industria que no habían conquistado hasta ahora.  Y, también, cómo los grandes fabricantes se enfrentan contra sí mismos.

Uno de ellos es Volkswagen. El gigante alemán ha levantado muchas expectativas en su paso al coche eléctrico. La enorme amalgama de marcas que forman el conglomerado automovilístico podía ser una ayuda o un problema a la hora de dar el salto a esta nueva tecnología. De momento, lleva años comprobando lo difícil que es adaptarse a los nuevos tiempos cuando se trata de mover una marca enorme.

Cariad, un problema

En 2019, Volkswagen dio vida a Cariad. La idea era crear una subdivisión dentro de la marca que se dedicara exclusivamente al desarrollo del software, una pata del coche eléctrico que se antoja clave para su funcionamiento pero también como medio de financiación futuro.

Cuatro años después, Herbert Diess, CEO de Volkswagen, fue despedido de la compañía, entre otras cosas, por el pobre resultado que Cariad estaba dando. Ahora, todo indica que su sustituto, Olivier Blume, prescindirá de la cúpula de Cariad al completo, como medida para dar un cambio de rumbo a la misma.

Según Automotive News, Blume sustituirá a Dirk Hiligenberg, CEO de Cariad en estos momentos, por Peter Bosch, jefe de producción de Bentley. También pondrá fin al trabajo de Lynn Longo, directora de tecnología, y Thomas Sedran, jefe de finanzas. Para culminar la reestructuración, Sajjad Khan, jefe de software de Porsche, también entrará a formar parte de la junta directiva.

Cariad es un problema para Volkswagen cuatro años después de su nacimiento

Todos estos cambios se producen después de unos pocos años en los que el Grupo Volkswagen se ha topado con un muro en lo que a desarrollo de software se refiere. Han tenido problemas con algunos enfoques en materia de usabilidad pero también en la gestión de la autonomía de sus baterías o las predicciones de la misma, que no están a la altura de sus grandes rivales.

De hecho, se ha dado marcha atrás en algunas cuestiones, como los botones táctiles del volante, y en la presentación de sus nuevos modelos, como el Volkswagen ID.7, se hizo especial hincapié en la reorganización de los menús para facilitar la navegación por los mismos.

Sin embargo, los problemas son mucho más profundos. La idea era diseñar un sistema operativo general escalable que pudiera implementarse en la mayor cantidad posible de vehículos del grupo sin apenas esfuerzo. Sin embargo, los esfuerzos han resultado en balde y, especialmente, desde Porsche y Audi han estado exigiendo un cambio de rumbo en Cariad, según Automotive News.

Estas dos marcas son las señaladas porque son los que han sufrido en sus propias carnes los problemas del software con importantes retrasos. El Porsche Macan eléctrico y el Audi Q6 e-tron, que deberían haber sido lanzados como transición entre la primera plataforma MEB y la futura SSP, acumulan mucho retraso. El problema es que, en ese tiempo, los rivales siguen anunciando novedades y Tesla ya ha conseguido hacer que su Model Y se convierta en el coche más vendido del primer trimestre en Europa.

... y una esperanza

Para tratar de frenar la sangría, Blume asegura que no dará un giro de 180º. La idea es tratar de potenciar las virtudes de Cariad y, sobre todo, reducir los procesos que comprometen su desarrollo en un mayor número de vehículos. Es la única manera de sacar rendimiento a una división que en estos momentos es altamente deficitaria.

Para ello, Volkswagen buscará apoyarse en otras compañías (de las que no se han ofrecido detalles) con el objetivo de limitar los riesgos. Las alianzas de la compañía con la competencia ya son conocidas. Por ejemplo, tienen en marcha una importante colaboración con Ford con el coche eléctrico como eje central.

Apoyarse en otras compañías, eso sí, tiene su contrapartida. Contar con un software propio para desmarcarse del resto es una estrategia que ha seguido Tesla, General Motors o Mercedes pero a la vista está que no es nada sencillo la reconversión de un fabricante tradicional de vehículos en un desarrollador de software, como los germanos anticipaban.

Hasta ahora, las promesas de la industria adelantan miles de millones de euros en ingresos a futuro gracias al software. De momento, y aunque el público parece apostar por nuevas formas de suscripción, las compañías no saben monetizar todos los datos que tienen recopilados con cada vehículo.

De momento, parece que Volkswagen se centrará en las virtudes de la conducción autónoma que se espera con la llegada de SSP, la plataforma sobre la que se asentarán sus grandes apuestas futuras para el coche eléctrico y con la que quieren igualar a firmas como Ford o Mercedes, quienes ya han obtenido en el continente europeo el visto bueno para circular sin una supervisión constante del conductor.

En Xataka | El auge del coche eléctrico y autónomo se ha topado con otra barrera: el software. Volkswagen lo sabe bien

Foto | Cariad

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