Si estás enfadado con tu empresa, enhorabuena. La ira te hace ser más productivo

Un estudio ha demostrado que la ira mejora en un 40% la capacidad para resolver problemas e incrementa la rapidez de reacción

El Poder Productivo De La Ira
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A nadie le gusta vivir enfadado. Es un gasto de energía que, habitualmente, solo tiene consecuencias negativas para quien se enfada. De hecho, hay una serie de cosas que nunca deberías hacer en mitad de un ataque de ira. Responder correos, conducir e incluso presentarse a un nuevo empleo por enfado, no acostumbra a ser una buena idea.

Curiosamente, trabajar no está entre esas actividades no recomendadas. De hecho, un reciente estudio ha demostrado que trabajar enojado puede hacer que mejore tu productividad. Así que a tu jefe le vendrá bien que dejes salir…tu lado oscuro.

Nada de charlas motivadoras: la ira. Un estudio publicadoen el último número del Journal of Personality and Social Psychology indica que el sentimiento de ira puede ayudar a los empleados a afrontar tareas complejas de forma más eficiente que cualquier otra emoción.

“En todas las pruebas realizadas, cuando las personas estaban enojadas, obtuvieron mejores resultados en el logro de su objetivo. Esto también es aplicable en el ámbito del trabajo", dijo la autora principal Heather Lench, profesora de ciencias psicológicas y cerebrales en la Universidad Texas A&M.

Enfadado rindes más. Los investigadores sometieron a los voluntarios a varias pruebas para comprobar su rendimiento cognitivo en ellas, pero antes de acometerlas los inducían a un determinado estado emocional: ira, excitación, diversión o tristeza.

Una de las pruebas consistía en resolver acertijos con palabras. A medida que se iban haciendo más complejos, los individuos que lo hacían bajo la emoción de la ira mejoraban sus resultados en un 40%. También experimentaban una mejora capacidad de respuesta al jugar a videojuegos en ese estado de ira, donde los participantes respondían a los movimientos con mayor rapidez.

El lado bueno de la ira. La investigación del equipo de la profesora Lench confirman los resultados que ya se obtuvieron en estudios anteriores en los que se desvelan aspectos positivos en una emoción que, por lo general, tiene connotaciones negativas y trata de reprimirse.

Se ha demostrado que obtener comentarios negativos y desafiantes en tareas creativas estimula a los participantes a proponer más y mejores ideas con soluciones todavía más creativas. Valga como ejemplo las desairadas interpelaciones que Steve Jobs acostumbraba a proferir a los empleados y colaboradores de Apple. El resultado han sido unos productos que han convertido a Apple en la empresa con mayor cotización del mundo.

Pon un frustrado en tu vida. Los científicos han revelado que la ira es un potente motivador que pone al cuerpo en alerta. "Desde una perspectiva empresarial, también es muy importante reconocer que la ira y la frustración por el status quo son una enorme herramienta para la innovación y la creatividad", declara Nicola Kemp, Lead Facilitator en la consultora Good Shout en declaraciones a Metro.

De hecho, algunos responsables de equipos ya explotan este “superpoder”. Cuando el animador Brad Bird entró en Pixar, buscó un equipo de animadores frustrados con su anterior empleo para canalizar toda esa energía en los nuevos proyectos, tal y como confesó en el podcast de Adam Grant en TED. Terminaron creando Los Increíbles.

Empresas nacidas de la ira. El sentimiento de ira fue el detonante en el que se basó la creación de muchas empresas que en la actualidad tienen cotizaciones millonarias. Las marcas deportivas Adidas y Puma nacieron de la rivalidad entre los hermanos Rudolf y Adolf Dassler, que se odiaron hasta el fin de sus días.

Los nuevos millonarios de las criptomonedas no conducirían sus ostentosos coches si Enzo Ferrari no hubiera despachado con malas palabras al fabricante de tractores Ferruccio Lamborghini que, presa de la ira, produjo su Lamborghini 350 GTV y un nuevo rival en el mercado para Ferrari.

El lado oscuro te corromperá. No obstante, el estudio de la profesora Lench también ha demostrado que la ira nos hace más propensos a hacer trampas para mitigar la frustración, y ese es un tema mucho más delicado cuando se extrapola a un entorno de trabajo bajo presión, dando pie a fraudes y otros efectos no deseados.

Según la autora del estudio, lo ideal es enfocar esa ira hacia un objetivo y canalizarla para obtener los mejores resultados salvando los posibles obstáculos. El planteamiento es muy similar al que planteaba Bill Gates al encargar a los empleados más perezosos el trabajo más complicado.

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