'Destiny' es un juego muy especial. Fue uno de los referentes de lo que la nueva generación de consolas y su mezcla de multijugador masivo y juego de acción en primera persona (FPS) atrajo y enganchó a miles de jugadores, que hasta hoy siguen jugando pese a que el contenido disponible es ya muy escaso.
'Counter-Strike' sigue siendo uno de los FPS más populares de la historia, pero su éxito tiene un efecto colateral: el de la existencia de un buen número de métodos para jugar con ventaja haciendo trampas.
Valve, desarrolladora del juego, no parece estar haciendo demasiado por resolver el problema, algo que ha provocado una protesta inusual: un hacker ha logrado colar un exploit en el juego online que hace que aparezcan mensajes de texto a través de un chatbot protestando por la situación.
Los shooters en primera persona llevan años siendo el género referente, y no es para menos ya que sagas como 'Call of Duty' consiguen mover cifras millonarias con entregas anuales. De hecho, precisamente estos FPS (first person shooters) son uno de los motores claves para el asentamiento de los eSpots, al mismo tiempo que uno de los reclamos más interesantes para dar el salto a la realidad virtual.
Sin embargo, hace poco más de veinte años hubo un FPS que sentó cátedra en el género y removió sus cimientos. No inventó el género, desde luego, y tampoco ofrecía ni el realismo visual ni el refinado apartado técnico del que tanto presumen los juegos actuales. Sin embargo 'Doom' era el auténtico rey de los juegos de disparos y el 13 de mayo viene dispuesto a recuperar su trono.
Hace casi dos años apareció en escena un proyecto singular en Kickstarter: se trataba de un juego con un nombre sospechoso -SuperHot- que no obstante pronto se convirtió en uno de los desarrollos más originales en el ámbito de los First Person Shooters.
El videojuego logró superar la recaudación buscada en esa campaña de financiación colectiva, y por fin ya podemos comprobar el resultado de todo ese trabajo. El desarrollo no es el de un FPS al uso, y su propio funcionamiento combina elementos de estrategia con ese apartado de acabar con los enemigos y una ambientación que recuerda en cierta medida a 'Mirror's Edge'. El resultado, creednos, es fantástico.
Un grupo de investigadores liderados por el psicólogo Peter Etchells ha tratado de ahondar en una de las cuestiones más debatidas sobre el mundo de los videojuegos. ¿Nos hacen los títulos violentos más violentos en la vida real? Según los resultados de ese estudio, la respuesta es que el impacto es prácticamente inexistente, algo a lo que ya se había apuntado en el pasado.
En realidad este tipo de estudios son como en tantos otros casos poco definitivos, pero lo cierto es que la correlación entre un videojuego violento y el hecho de que el jugador acabe siendo violento en la vida real parece débil. Quienes jugaron en los 90 con juegos en los que la violencia era componente clave -maquinitas de pistolas, juegos FPS- apenas veían aumentado la probabilidad de "desórdenes de conducta".
Es algo que un uso doméstico no necesita, aunque para determinados sectores profesionales viene bien. La Phantom Miro captura hasta 1.000 imágenes de 800x600 píxeles en un segundo, y existen varios modelos:
Todas ellas tienen pantalla LCD a color y batería, y en algunos casos memoria flash interna. Una posibilidad interesante, esta vez en el caso de la Phantom Miro 3 es que permite regular la resolución de las fotografías de tal forma que a menor resolución mayor velocidad (frags frames per second, fps) resulta. La máxima es de 95.238 tomando imágenes de 32x32 píxeles.
Respecto a precios son ahora desconocidos, aunque podéis consultar su web oficial donde encontraréis más información.
Vía | Technabob
