Paul Allen, para quienes no conozcan el nombre, fue el co-fundador de Microsoft junto a Bill Gates, pero su carrera en la empresa no duró demasiado, y poco a poco fue distanciándose de ese proyecto para invertir su fortuna personal -valorada actualmente en 17.900 millones de dólares- en diversos proyectos.
En uno de ellos realizó una inversión enorme de 500 millones de dólares, pero es que el objetivo es igualmente ambicioso. La idea: crear un cerebro artificial desde cero que sea capaz de superar un examen de ciencias de nivel de instituto, algo que parece fácil pero que no lo es cuando uno se plantea que ese cerebro tiene que aprender a pensar por sí solo. Pero aprender de verdad.
Enseñar a pensar
Ese primer proyecto está alineado con el primero, y el objetivo es el de hacer una especie de proceso de ingeniería inversa de nuestro cerebro, tratando de entender cómo funciona y de ir comprendiendo sus mecanismos a través de distintas simulaciones. En esos dos proyectos hay implicados numerosos científicos que también están teniendo en cuenta las implicaciones que tendría crear un cerebro artificial que pudiera pensar por sí mismo, algo que varias celebridades del mundo de la ciencia y la tecnología ven como la mayor amenaza para la humanidad. Incluso su viejo socio, Bill Gates, está en contra de ese objetivo.
El proyecto de Allen no es el único con este tipo de objetivo. Google compró DeepMind en 2014 para potenciar este área, Facebook también está invirtiendo en Inteligencia Artificial, y la Unión Europea puso en marcha su Human Brain Project en 2013 con una inversión inicial de 61 millones de dólares para impulsar esa investigación en el viejo continente.
El trabajo de estos dos proyectos de investigación ha dado como resultado Aristo (por Aristóteles), una "entidad digital" que está comenzando a tratar de sacar mejores notas cada vez en una serie de exámenes de biología del instituto New York State Regents. Por ahora el aprendizaje parece ir dando sus resultados, y en el último de ellos dirigido a estudiantes de 9-10 años, logró sacar un 73,5% bien de las respuestas, algo que para el equipo "está bastante bien para un ordenador".
Aún pasará un año antes de que logre superar ese examen con mejor nota, y otros cinco más, se estiman, hasta que apruebe con buena nota el de octavo grado del sistema educativo de EE.UU. (13-14 años). Quién sabe qué ocurrirá tras ese tiempo.
Vía | Washington Post
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