España tiene muchos motivos para ser optimista con el coche eléctrico. Seat y Skoda son el mejor ejemplo

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Skoda apostará fuerte por el coche eléctrico. Tanto que a finales de 2026 debería contar con seis modelos completamente eléctricos entre sus filas. Así lo ha confirmado la marca, a través de su evento Let's explorer, donde también se ha confirmado que invertirá 5.700 millones de euros para sacar el proyecto adelante.

El anuncio sirve, además, para confirmar una nueva configuración de las marcas dentro del Grupo Volkswagen. Skoda y Seat, que hasta ahora apuntaban a clientes similares, estarán claramente diferenciadas. La española se queda, de momento, fuera de los planes de electrificación a corto plazo.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Cupra será la marca de referencia española. Aunque relegar a Seat a un segundo o tercer plano pueda parecer una mala noticia para nuestro país, lo cierto es que la mayor parte de estas afirmaciones se hacen desde el más puro sentimentalismo. Cupra ya es la locomotora de Seat y, si todo marcha según lo visto hasta ahora, permitirá que Seat se aferre a la vida en un contexto que no le es favorable.

Skoda, la apuesta eléctrica de "bajo precio"

No está claro si, a corto plazo, podemos hablar de coche eléctrico y "bajo precio" sin referirnos a fabricantes chinos como MG. Pero, todo parece indicar que Skoda tomará este papel dentro del Grupo Volkswagen. La confirmación llega con el anuncio de sus planes eléctricos para los próximos años.

Entre los seis modelos que se esperan en la cartera antes de que finalice 2026, dos apuntan a ser realmente importantes para la marca. El primero de ellos es el Elroq, un SUV eléctrico de unos 4,5 metros que se ofrecerá como la alternativa completamente eléctrica del Karoq. Cuando este último se despida, el Skoda Elroq pasará a ocupar su lugar.

Toda la oferta eléctrica que espera ofrecer Skoda en los próximos años
Toda la oferta eléctrica que espera ofrecer Skoda en los próximos años

Para 2025, de Skoda debemos esperar un pequeño eléctrico que, de momento, recibe el nombre de Small. Se trata de la versión checa del Volkswagen ID. 2all, un pequeño eléctrico que rondará los 25.000 euros y que se fabricará en España. A estos dos coches se sumarán las renovaciones del Skoda Enyaq y su carrocería Coupé, una versión eléctrica para el Skoda Superb Combi (alternativas familiares eléctricas como el futuro Audi A6 e-tron) y lo que, de momento, es un prototipo, el Skoda Vision 7S Concept.

La actualización de la oferta con una fuerte apuesta por la electrificación completa choca directamente con el camino que sigue Seat. Durante la presentación anual de resultados, Wayne Griffiths, CEO de la marca española, confirmó que no esperan una plataforma nueva para los próximos años, lo que en la práctica significa que se tratará de sobrevivir como buenamente se pueda.

Seat, perdiendo peso a marchas forzadas...

Con este posicionamiento de Skoda como la opción más económica para el coche eléctrico dentro del Grupo Volkswagen, los germanos aprovechan para diferencia completamente a Skoda de Seat.

Sin una renovación de sus modelos y sin una electrificación activa de los mismos, la marca está condenada a ser meramente residual en lo que a venta de coches se refiere. Euro 7 obligará a que los nuevos modelos se electrifiquen de manera intensa si quieren sobrevivir y pondrán en riesgo la supervivencia de los utilitarios de combustión, precisamente allí donde Seat tiene a gran parte de sus clientes, que optan por el Arona o por el Ibiza.

Un buen ejemplo de los estragos que puede causar Euro 7 en los vehículos más pequeños lo encontramos en el Volkswagen Polo. Los germanos dudan si sacar adelante nuevas generaciones de un modelo ya clásico dentro de la firma. El encarecimiento de la producción puede elevar tanto los costes que, de cara a conseguir una rentabilidad suficiente, mate por el camino las posibilidades del Volkswagen Polo en el mercado. Los Seat Ibiza o Arona, más baratos que el modelo de Volkswagen, lo tienen aún más complicado.

Con una nula oferta de vehículos eléctricos o altamente electrificados, Seat parece que tendrá que sobrevivir como buenamente pueda hasta poder ofrecer las versiones más baratas posibles de los coches eléctricos del Grupo Volkswagen. Sería un posicionamiento inteligente: ofrecerse como la alternativa low cost del coche eléctrico. El problema es que, a corto plazo, es difícil pensar en este escenario, debido a las enormes inversiones que se tienen que amortizar por el camino.

Con Skoda recibiendo un coche eléctrico mucho antes que Seat, con la firma negando una posible electrificación a corto plazo y los checos recibiendo luz verde para una ofensiva en este mercado, parte del futuro de la firma española puede pasar por la micromovilidad.

La marca ya vende unas 7.000 motos Seat Mó al año, tiene un acuerdo con Silence y está negociando otro con Acciona para sacar adelante un cuadriciclo ligero. Hace tiempo que dio sus primeros pasos con un patinete eléctrico nacido de una colaboración con Segway. Otros actores de la industria, como Renault, también están mirando con buenos ojos los servicios de micromovilidad, aunque la batalla en este campo es feroz.

... en favor de Cupra

Al mismo ritmo que Seat pierde fuelle, Cupra lo gana. De hecho, como vimos en la presentación de resultados de 2022, Cupra ya es la locomotora que tira del carro de Seat S.A. Sólo el Cupra Formentor ya representó una de cada cuatro ventas de ambas firmas y la marca prácticamente dobló las ventas del año anterior, con un crecimiento del 92,7%.

Los resultados reafirman la hoja de ruta que lidera Wayne Griffiths y que ideó Luca de Meo antes de su salida a Renault: hacer de Cupra una firma aspiracional, con un volumen de ventas comedido pero con un precio que permita obtener unos márgenes de beneficio muy amplios para respaldar otras inversiones.

Seat S.A. consiguió beneficios en 2022 vendiendo un 18,1% menos coches que el año anterior

En 2022, Seat vendió 232.700 vehículos, un 40,5% menos que el año anterior. Cupra vendió 152.900 unidades. En conjunto, Seat S.A. redujo sus ventas en un 18,1% pero el alto rendimiento de Cupra permitió que la compañía obtuviera 68 millones de euros de beneficio después de impuestos. Un crecimiento de 324 millones de euros, comparado con 2021, cuando se registraron pérdidas por valor de 256 millones de euros.

Con Cupra recibiendo un Tavascan que, se rumorea, se irá por encima de los 60.000 euros y los futuros Terramar y UrbanRebel, junto al actual Born, la marca ofrecerá una importante gama eléctrica con tinte deportivos, claramente diferenciada dentro del Grupo Volkswagen y que, con muy poca inversión extra, puede sacar un gran rendimiento económico a sus modelos.

A lo anterior sumamos que la expectación levantada por el Cupra Tavascan es mayor si tenemos en cuenta que el nuevo SUV eléctrico de la firma contará con la nueva motorización eléctrica de Volkswagen (que estrenará el ID.7), que promete una mejora en eficiencia que puede ser clave para conseguir un gran rendimiento en el mercado.

Más sentimental que racional

Pese a todo, las malas sensaciones que flotan en el ambiente derivadas del rumbo que está tomando Seat tienen su origen en algo más sentimental que racional. El mercado hace tiempo que le puso las cosas muy complicadas a Seat y Cupra es la mejor noticia para la marca en los últimos tiempos.

La mayor parte de las previsiones indican que no vamos a volver a tener una oferta tan amplia como hasta ahora con los motores de combustión. Al menos a corto y medio plazo. Mercedes ha confirmado que reducirá su oferta. También Volkswagen hace tiempo que proclama que ya no compite en volumen de ventas.

Euro 7 y las nuevas obligaciones en materia de seguridad están complicando mucho la producción de vehículos de pequeños, con motores de combustión que carecen de electrificación. Dotarles de una batería suficiente para hacer de estos coches híbridos enchufables suponen un sobrecoste que los aleja de sus clientes potenciales.

"La normativa (Euro 7) conllevaría un impacto muy grande para los vehículos pequeños”, señalaba Wayne Griffiths en la última presentación de resultados. Lo cierto es que, de sacarse adelante, Euro 7 podría anticipar el fin de los motores de combustión mucho antes de que entre en práctica la prohibición de vender los mismos a partir de 2035.

Con Cupra, también se mantiene a España en el mapa del futuro coche eléctrico. Se ha garantizado la producción de baterías con la planta de Sagunto y en Martorell se trabaja para una reconversión que servirá para producir los vehículos pequeños y eléctricos de la marca, por lo que parte del empleo está garantizado.

No hay que perder de vista que los empleos españoles corrían el riesgo de ir desapareciendo con el paso de los años si las bases de Seat en nuestro país no apostaban por el coche eléctrico. Aunque su producción sea para otras marcas, la alternativa era mucho peor. Teniendo en cuenta, eso sí, que Wayne Griffiths hace tiempo que alerta de masivos despidos en el futuro.

De momento, el Cupra Tavascan se producirá en China, como el resto de grandes coches eléctricos del Grupo Volkswagen, pero el CEO de Seat dice confiar en la llegada de una segunda plataforma para coches eléctricos a España. Lo ideal sería que el empleo español tuviera mucho más que ver con el desarrollo de software, plataformas y baterías que con su ensamblaje pero, de momento, los precios de la energía y de la mano de obra siguen siendo altamente competitivos en Europa a la hora de que una empresa como Volkswagen decida dónde fabrica sus próximos vehículos.

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Fotos | Skoda

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