"El coche eléctrico por ley no es la solución": la industria y la prohibición de los motores de combustión en la UE

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Prohibido vender coches con motores de combustión a partir de 2035. Ese es el objetivo único que la Unión Europea se ha puesto en el horizonte y al que, de momento, vamos abocados si no salta una sorpresa mayúscula en los últimos pasos de la burocracia parlamentaria europea.

La votación que se ha llevado a cabo el pasado 14 de febrero en el Parlamento Europeo ha entregado muchos titulares pero, en el fondo, la votación simplemente ha sido un mero trámite para confirmar algo en lo que Europa lleva mucho tiempo trabajando y cuyo verdadero acuerdo llegó unos meses atrás.

En julio de 2021, la Comisión Europea ya proponía prohibir la venta de vehículos diésel o gasolina a partir de 2035. En abril de ese año, en España ya se había aprobado la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que ponía este horizonte en 2040, pero, finalmente, Europa ha presionado porque estas medidas lleguen antes.

Tras idas y venidas y debates de todo tipo, en octubre de 2022, la Comisión Europea y el Consejo Europeo habían llegado a un acuerdo para la redacción de un texto donde ya se recogía esta prohibición. Sobre el papel, la prohibición ya estaba votada, pues el Consejo Europeo lo forman los países miembros y que hubieran llegado a un acuerdo con la Comisión evidenciaba que la votación del 14 de febrero sería un mero trámite.

Y, de hecho, así ha sido. El Parlamento Europeo ha votado a favor del texto cerrado en octubre. Lo ha hecho con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. Y, de hecho, esta no será la última votación. Al proceso todavía le queda un último trámite con la votación en el Consejo Europeo. Será entonces cuando, de aprobarse, el texto será definitivo y publicado en el Diario Oficial de la UE.

Prohibido vender coches con motores de combustión a partir de 2035

Es el resumen rápido de la nueva normativa que se aprobará, si no salta una sorpresa mayúscula, en Europa. Es decir, no habrá posibilidad de vender vehículos nuevos con motores de combustión, ni híbridos, ni híbridos enchufables, ni de ningún otro tipo.

¿De ningún otro tipo? Esto no es exactamente así. Europa ha contemplado una excepción por la que han presionado Alemania e Italia. Se podrán vender coches con motores de combustión siempre que estos sean neutrales en emisiones contaminantes. El problema, sencillo, es que estos coches no existen y no está garantizado que existan en un futuro.

De momento, Toyota está estudiando la viabilidad de lanzar coches con motores de combustión que funcionen con hidrógeno. Porsche quiere hacer los propio con combustibles sintéticos. Pese a ello, los combustibles sintéticos siguen expulsando emisiones contaminantes a la atmósfera y la quema de hidrógeno es altamente ineficiente.

A esta excepción hay que sumar una segunda. Algunas marcas podrán seguir vendiendo vehículos con motores de combustión. La condición: no vender más de 1.000 unidades al año. Esta cifra es extremadamente pequeña. Para hacernos una mejor idea, Ferrari vendió en 2022 13.221 vehículos y Rolls-Royce puso en el mercado más de 6.000 unidades.

De cabeza, queramos o no, al coche eléctrico

Pero salvo estas excepciones y que el horizonte planteado por la Unión Europea mira a 2035, los fabricantes van encaminados mucho antes a vender vehículos altamente electrificados. O, directamente, puramente eléctricos antes de que llegue ese año.

A medio plazo, la Unión Europea quiere reducir en un 55% las emisiones contaminantes de CO2, respecto a los límites máximos de 2021. Un endurecimiento de las condiciones que, antes del texto final consensuado en octubre, se situaba en un 37,5%.

Esto obligará a que las marcas se lancen a los brazos del coche eléctrico y, de querer vender motores de combustión, al híbrido enchufable. A falta de una normativa Euro 7 que termine por confirmar los límites máximos para los próximos años, la reducción del 55% en emisiones nos deja ante vehículos que consuman un máximo de 1,8 litros/100 km de combustible fósil.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha sido uno de los mayores críticos de la nueva normativa que quiere imponer la Unión Europa. Ya en enero señaló que "el coche eléctrico impuesto por ley no es la solución". Unas palabras que comparte Olivier Zipse, CEO de BMW, y Luca de Meo, CEO de Renault y presidente de ACEA.

Numerosas marcas han alzado la voz contra el coche eléctrico, pero sus planes pasan (casi) exclusivamente por esta tecnología

La firma germana está decidida a mantener el desarrollo de sus motores de combustión. De Meo, por su parte, ha alertado que las nuevas obligaciones en materia de emisiones encarecerán aún más los vehículos y que la llegada de un futuro coche eléctrico a un precio asequible es, cada día, más complicado.

En una línea parecida (aún más radical) se ha manifestado Toyota. En este caso, los japoneses aseguran que "el tiempo nos dará la razón", al considerar que apostarlo todo al coche eléctrico es inviable. La firma es una de las que más alternativas a esta tecnología tiene sobre la mesa. Mazda es otra de las firmas que considera que "no es sostenible" la llegada de vehículos eléctricos con baterías inmensas.

Una postura similar mantienen desde Renault. Contestando a nuestras preguntas sobre su posición ante esta decisión de la Unión Europea, desde Renault aseguran que "la electrificación es el futuro" pero se mantienen en "una postura más abierta de cara a la inclusión de la hibridación más allá de 2035. No se está preparado para una generalización de los vehículos eléctricos, falta infraestructura de recarga, de ahí que la transición ecológica ordenada pasa por el híbrido y el híbrido enchufable".

Pese a estas voces contrarias a la apuesta decidida por el vehículo eléctrico, lo cierto es que las firmas de Stellantis ya han anunciado que se pasarán a esta tecnología en Europa antes de que se cumplan los plazos. Por ejemplo, en 2025, Peugeot contará con un coche eléctrico como opción en toda su gama y en 2030 sólo venderá vehículos puramente eléctricos.

De hecho, desde Stellantis recalcan que el grupo "se compromete en convertirse en el campeón de la industria en la lucha contra el cambio climático, y no venderá vehículos de combustión en Europa a partir de 2030".  En este camino, consideran que el reciclaje y la economía circular será clave para conseguir la movilidad más sostenible posible. 

Un poco más tarde ha puesto la fecha de la transición completa al coche eléctrico Volkswagen. Los alemanes apurarán más los plazos y no será hasta 2033 cuando vendan exclusivamente esta tecnología. Sus esfuerzos, de momento, se están centrando en conseguir un coche eléctrico 20.000 euros.

Audi hace tiempo que anunció su rechazo a seguir desarrollando motores de combustión y Mercedes nos confirma que "respetamos la decisión de la Unión Europea y, además, la apoyamos. Seremos completamente eléctricos en 2030 en aquellos mercados donde las condiciones lo permitan y en 2039 queremos ser completamente neutros como marca, no sólo en la emisión de nuestros vehículos".

Lo mismo han anunciado firmas como Volvo, la Alianza de Renault, Nissan y Mitsubishi o Ford. A esto hay que sumar que algunas firmas han decidido independizar algunas líneas para reconvertirlas en marcas completamente independientes y ya eléctricas. Por ejemplo, Mercedes ha tenido una avanzadilla en el mercado con Smart. Volvo independizó a Polestar para convertirla en una marca completamente independiente y Renault tiene Mobilize.

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