Los fabricantes de televisores quieren convencernos de que el brillo lo es (casi) todo. Esto es lo que opinamos nosotros

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La edición del CES que se celebró a principios del pasado mes de enero en Las Vegas (Estados Unidos) será recordada por los entusiastas de la imagen como una de las más relevantes en el ámbito de los televisores. Panasonic, TCL y Hisense son tres de las marcas que presentaron durante este evento algunos de los modelos que colocarán en las tiendas en 2023, pero las auténticas protagonistas fueron LG y Samsung.

Y es que estas dos empresas surcoreanas han puesto el listón muy alto este año. Tanto, de hecho, que han logrado algo poco frecuente: coger con el pie cambiado a la mayor parte de los medios especializados que les seguimos la pista de cerca. No esperábamos que fuesen a presentar innovaciones con un calado técnico tan profundo, y tampoco que ambas fuesen a colocar en el centro de su mensaje un mismo parámetro: la capacidad máxima de entrega de brillo de sus televisores.

El brillo está en el centro del debate

LG asegura que sus nuevas matrices META, que es como ha bautizado a los paneles OLED con tecnología MLA que están respaldados por el algoritmo 'META Booster' de administración del brillo, son capaces de entregarnos hasta un 70% más de luz. Según esta marca la capacidad máxima de entrega de brillo de sus nuevos televisores con matriz orgánica rozará los 2.100 nits. Es una cifra impresionante, especialmente si tenemos presente que estamos hablando de paneles OLED.

A los usuarios nos interesa recoger el mensaje de las marcas con escepticismo, de ahí que sea razonable que nos preguntemos si realmente es tan importante el brillo

Por otro lado, una de las mejoras más impactantes introducidas por los técnicos de Samsung en la segunda generación de matrices QD-OLED es su capacidad máxima de entrega de brillo. Los paneles de 2022 eran, sobre el papel, capaces de entregar picos de 1.500 nits, y las matrices con las que podremos hacernos este año conseguirán rozar, según esta marca, los 2.000 nits. Panasonic también hizo hincapié durante el evento en que su modelo insignia para 2023, el MZ2000, entregará picos de 1.500 nits. Y TCL y Hisense recorrieron este mismo camino al colocar en el centro de su mensaje, una vez más, al brillo.

Es evidente que los fabricantes de televisores quieren vendernos que el brillo es muy importante. Este es el mensaje que sostiene su insistencia. No obstante, a los usuarios nos interesa recoger el eslogan de las marcas con cierto escepticismo, de ahí que sea razonable que nos preguntemos si realmente es tan importante la capacidad de entrega de brillo de un televisor. Si debemos prestar tanta atención a este parámetro cuando nos decidimos a comprar uno de estos dispositivos como nos sugieren las marcas.

Dejemos a un lado ahora lo que dicen los fabricantes. Si echamos por un instante la vista atrás y nos remontamos a 2015, que fue el año en el que el HDR desembarcó definitivamente en los televisores de consumo, recordaremos que esta tecnología tuvo un impacto profundo en muchos usuarios. Desde entonces nosotros hemos tenido la oportunidad de analizar decenas de televisores dotados de esta tecnología, y aunque los primeros no eran capaces de reproducir estos contenidos con la riqueza y la precisión con la que lo hacen los modelos actuales, ya entonces nos pareció que esta innovación aportaba más que la resolución 4K UHD.

La tecnología HDR es una de las innovaciones más relevantes de cuantas han llegado a los televisores en la última década

Desde entonces han pasado casi ocho años y nuestra opinión no ha cambiado. La tecnología HDR es una de las innovaciones más relevantes de cuantas han llegado a los televisores en la última década, y su capacidad de entrega de brillo condiciona profundamente la habilidad con la que reproducen estos contenidos. Un televisor que puede entregar un pico de brillo importante (de 1.000 nits o más) y que tiene una escala de luminancia lo suficientemente amplia conseguirá recuperar un mayor nivel de detalle en altas luces (en las regiones más iluminadas de cada fotograma).

Estos dos parámetros suelen, y deben, ir de la mano, y cuando conviven en un televisor los usuarios percibimos imágenes más realistas, que, además, suelen tener una mayor profundidad. El brillo máximo que nos prometen las marcas suele estar medido en una ventana que ocupa el 10% de la superficie del panel, pero, aun así, es un parámetro al que merece la pena que los usuarios prestemos atención. Hay otros que también son muy importantes, como, por ejemplo, la relación de contraste nativa o el procesado de la imagen, pero no cabe duda de que el brillo es uno de los ingredientes más relevantes de la receta.

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