El camino del PC y las consolas de videojuegos convergió hace mucho tiempo. La primera consola de Microsoft, la Xbox original, tomó muchos componentes de los ordenadores de su época, entre los que destacan una CPU muy similar al procesador Pentium III a 733 MHz y una GPU derivada de los procesadores gráficos GeForce de 4ª generación. Aunque por su aspecto no lo parecía, esencialmente esta consola era un PC dimensionado específicamente para jugar.
Sony tardó más que Microsoft en tomar el camino del PC. Las consolas PlayStation de las que fue responsable Ken Kutaragi (las tres primeras de sobremesa y PSP) implementan una arquitectura sensiblemente diferente a la de los ordenadores compatibles, pero PS4 y PS5, las máquinas de sobremesa concebidas por Mark Cerny (también es el principal artífice de PlayStation Vita), son esencialmente un PC.
Basta echar un vistazo a las especificaciones de Xbox Series X y PlayStation 5 para confirmar que ambas máquinas tienen un hardware equiparable al de un PC actual muy competente, aunque si nos ceñimos al apartado gráfico la consola de Microsoft es sensiblemente más ambiciosa que la de Sony. Y esta conclusión nos invita a hacernos una pregunta: ¿cuánto nos costaría configurar un PC que tenga unas prestaciones razonablemente similares a las de estas dos nuevas consolas?
El propósito de este artículo es dar una respuesta lo más certera posible a esta pregunta, aunque antes de meternos en harina es importante que tengamos en cuenta que tanto Microsoft como Sony han introducido en la arquitectura de sus consolas varias innovaciones que por el momento no es posible replicar en un PC.
De hecho, ni siquiera la CPU y la lógica gráfica integradas en la APU de ambas consolas son idénticas a las que AMD propone actualmente para PC, lo que nos obligará a tomarnos algunas licencias. Aun así, es posible poner a punto un ordenador con una potencia razonablemente similar a la de ambas máquinas, así que esto es lo que vamos a intentar.
El desafío: encontrar los componentes de PC más parecidos a los de Xbox Series X y PS5
Si tenemos la suerte de tener un presupuesto lo suficientemente generoso podemos hacernos con un PC sensiblemente más potente que PlayStation 5 y Xbox Series X. Los procesadores Ryzen 5000 de AMD, los nuevos Alder Lake de Intel, y las tarjetas gráficas con GPU de la familia GeForce RTX 30 de NVIDIA y Radeon RX 6000 de AMD son los ingredientes idóneos para cocinarlo, pero este no es el objetivo de este artículo.
Lo que nos hemos propuesto es configurar el PC más barato posible y con una potencia similar a la que tienen las consolas de nueva generación, por lo que todas las decisiones que vamos a tomar deben perseguir este doble propósito.
Si tenemos la suerte de tener un presupuesto lo suficientemente generoso podemos hacernos con un PC sensiblemente más potente que PlayStation 5 y Xbox Series X
Lo primero que nos interesa hacer es repasar con cierto detalle las especificaciones de las nuevas consolas de Microsoft y Sony, así que las hemos recogido en la tabla que tenéis debajo de estas líneas. Un apunte antes de seguir adelante: el debate acerca de en qué medida implementa la lógica gráfica de PS5 la microarquitectura RDNA 2 de AMD está fuera del alcance de este artículo, pero si os interesa os hablamos de él con bastante profundidad en el texto que enlazo aquí mismo.
PLAYSTATION 5 | XBOX SERIES X | |
---|---|---|
CPU | Procesador de 8 núcleos a hasta 3,5 GHz (frecuencia variable) personalizado con microarquitectura AMD Zen 2 y fotolitografía de 7 nm | Procesador de 8 núcleos a 3,8 GHz personalizado con microarquitectura AMD Zen 2 y fotolitografía de 7 nm |
GPU | Procesador gráfico personalizado con 36 unidades de cálculo a hasta 2,23 GHz (frecuencia variable), microarquitectura AMD RDNA 2 y hasta 10,28 TFLOPS | Procesador gráfico personalizado con 52 unidades de cálculo a 1,825 GHz, microarquitectura AMD RDNA 2 y 12 TFLOPS |
MEMORIA | 16 GB GDDR6 con bus de 256 bits | 16 GB GDDR6 con bus de 320 bits |
ANCHO DE BANDA DE LA MEMORIA | 16 GB a 448 GB/s | 10 GB a 560 GB/s y 6 GB a 336 GB/s |
RENDIMIENTO DE E/S | 5,5 GB/s (datos sin comprimir) y hasta 9 GB/s (datos comprimidos) | 2,4 GB/s (datos sin comprimir) y 4,8 GB/s (datos comprimidos) |
ALMACENAMIENTO INTERNO | Unidad SSD personalizada de 825 GB con interfaz propietaria | Unidad SSD personalizada de 1 TB con interfaz NVMe |
UNIDAD ÓPTICA | Lector de Blu-ray 4K | Lector de Blu-ray 4K |
SONIDO | Tecnología de audio 3D Tempest | Dolby Digital 5.1, DTS 5.1, Dolby TrueHD con Atmos y LPCM de hasta 7.1 canales |
CONECTIVIDAD | 1 x HDMI 2.1, 2 x USB 3.1, 1 x USB 2.0, 1 x USB 3.1 de tipo C, 1 x Gigabit Ethernet y 1 x ranura PCIe 4.0 M.2 interna para ampliación de almacenamiento SSD | 1 x HDMI 2.1, 3 x USB 3.1 Gen 1, 1 x Gigabit Ethernet y ranura para tarjetas de expansión Seagate de 1 TB |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 6 Bluetooth 5.1 |
WiFi 802.11ac Conexión de radio de doble banda para accesorios |
DIMENSIONES | 390 x 104 x 260 mm | 151 x 151 x 301 mm |
PESO | 4,5 kg | 4,44 kg |
PRECIO | 499,90 euros | 499,90 euros |
Consola de videojuegos Microsoft Xbox Series X para juego en 4K UHD HDR
Consola PlayStation 5
El procesador
PlayStation 5 y Xbox Series X incorporan una CPU de AMD con microarquitectura Zen 2 fabricada utilizando fotolitografía de 7 nm. Ambos chips se apoyan en ocho núcleos con tecnología SMT (Simultaneous MultiThreading), por lo que cada uno de ellos puede procesar simultáneamente dos hilos de ejecución (threads).
Microsoft y Sony aseguran que sus ingenieros han intervenido en el diseño de la CPU de estas consolas, por lo que, sobre el papel, no son idénticas a los microprocesadores con microarquitectura Zen 2 que AMD nos propone para nuestros PC.
La principal diferencia que conocemos entre la CPU de estas dos consolas es que la de Xbox Series X trabaja a una frecuencia de reloj de 3,8 GHz, mientras que la de PlayStation 5 opera a una frecuencia variable de hasta 3,5 GHz.
En cualquier caso, ya tenemos las pistas que necesitamos para elegir el procesador de AMD con microarquitectura Zen 2 que será el cerebro de nuestro PC: un Ryzen 7 3700X.
AMD tiene otros dos procesadores Ryzen de 3ª generación que, al igual que el Ryzen 7 3700X, también incorporan 8 núcleos y son capaces de procesar 16 hilos de ejecución: los Ryzen 7 3800XT y Ryzen 7 3800X.
Sin embargo, el que mejor encaja en nuestro PC es el modelo que hemos elegido porque es el más económico de los tres, tiene un TDP de 65 vatios (los otros dos Ryzen 7 tienen un TDP de 105 vatios) y trabaja a una frecuencia de reloj que, aunque no es idéntica a la de los chips de las dos consolas, lo sitúa en la misma liga.
La tarjeta gráfica
La lógica gráfica de PS5 y Xbox Series X nos lo va a poner un poco más difícil. Nuestra elección no se verá condicionada por los desafortunados problemas de stock que están sufriendo tanto AMD como NVIDIA, y también pasaremos por alto el debate acerca de en qué medida implementa la lógica gráfica de PS5 la arquitectura RDNA 2 de AMD.
Una vez que hemos fijado las reglas parece razonable que pongamos nuestros ojos sobre las tarjetas gráficas con GPU de esta última compañía que, al igual que la APU de Xbox Series X y PS5, implementan la arquitectura RDNA 2.
Por el momento AMD ha lanzado seis tarjetas gráficas RDNA 2: la Radeon RX 6900 XT, la RX 6800 XT, la RX 6800, la RX 6700 XT, la RX 6600 XT y la RX 6600. Todas ellas, además, incorporan una salida HDMI 2.1, al igual que las nuevas consolas de Sony y Microsoft.
Los TFLOPS solo son uno de los parámetros a los que podemos recurrir para evaluar la potencia teórica de una GPU, pero en este contexto es un dato útil porque estamos comparando procesadores gráficos con la misma arquitectura.
La lógica gráfica de Xbox Series X tiene un rendimiento máximo en operaciones de precisión simple (FP32) de 12 TFLOPS, mientras que la de PS5 es algo menos potente debido a que alcanza los 10,28 TFLOPS cuando la GPU trabaja a la máxima frecuencia de reloj (2,23 GHz).
Reducir la capacidad de un procesador gráfico a su rendimiento en TFLOPS es una simplificación excesiva, pero en este escenario y dado que la arquitectura de la lógica gráfica de ambas consolas es similar (Sony y Microsoft han trabajado con AMD para tomar como base RDNA 2 y a partir de ahí elaborar su propia receta personalizada), es un dato útil en el que merece la pena que nos fijemos.
Si elegimos para nuestro PC una tarjeta gráfica con GPU GeForce RTX 20 mantendremos el trazado de rayos, una tecnología que está presente tanto en PS5 y Xbox Series X como en las tarjetas gráficas Radeon RX 6000, pero perderemos la arquitectura RDNA 2 en favor de Turing, y también la salida HDMI 2.1.
Las tarjetas gráficas con procesador GeForce RTX 30 quedan descartadas porque todas ellas son sensiblemente más potentes que la GPU de PS5 y Xbox Series X (incluso la más «modesta» GeForce RTX 3060 Ti). Y, además, su arquitectura Ampere no tiene nada que ver con RDNA 2.
Si recurrimos de nuevo a los TFLOPS como indicador de la capacidad de cálculo de operaciones FP32 en el catálogo de NVIDIA nos encaja la GeForce RTX 2080 SUPER. Sus 11,15 TFLOPS la colocan justo entre la GPU de Xbox Series X, que es algo más capaz, y la de PS5, que es un poco menos potente.
La GeForce RTX 2070 SUPER se nos queda algo corta con sus 9 TFLOPS FP32, por lo que nos interesa descartarla. Sin duda la opción perfecta para nuestro PC es la Radeon RX 6600 XT debido a que mantiene la arquitectura RDNA 2 y tiene una potencia similar a la de la lógica gráfica de PS5 y Xbox Series X: 10,6 TFLOPS.
La memoria principal
Una de las diferencias más relevantes que existen entre un PC, Xbox Series X y PS5 consiste en que ambas consolas utilizan un mapa de memoria unificada. Esto significa, sencillamente, que la CPU y la GPU acceden a un mismo mapa de memoria compartido, mientras que, como todos sabemos, un PC incorpora una memoria principal y una VRAM localizada en la tarjeta gráfica claramente diferenciadas.
Otra diferencia relevante es que las dos consolas incorporan memoria de tipo GDDR6, que es la que solemos encontrar en las tarjetas gráficas, mientras que la memoria principal con la que podemos equipar nuestro PC es de tipo DDR4 o DDR5. Por otro lado, aunque Xbox Series X y PS5 incorporan 16 GB GDDR6, la consola de Microsoft recurre a un bus de 320 bits, mientras que la de Sony utiliza uno de 256 bits.
Los componentes de PC a los que podemos acceder no nos permiten recrear una memoria unificada como la de las consolas de nueva generación, por lo que nuestra opción consiste en recurrir a módulos DDR4 (por el momento solo los procesadores Alder Lake de Intel pueden convivir con memorias DDR5). No obstante, hay un abanico de memorias de este tipo muy amplio. ¿Cuál debemos escoger? La velocidad de transferencia de la memoria DDR4 es muy inferior a la de la memoria GDDR6, aunque esta desventaja del PC queda en gran medida compensada por la memoria VRAM dedicada de la tarjeta gráfica, que también es de tipo GDDR6.
Como no nos interesa que el precio de nuestro PC se dispare es razonable que lo dotemos de 16 GB DDR4 con una frecuencia de reloj efectiva de 3200 MHz, que es la frecuencia más alta soportada por la placa base sin necesidad de recurrir al overclocking. Hay módulos de memoria más rápidos, pero incrementarían sensiblemente el precio de nuestro equipo y su impacto en las prestaciones globales de la máquina sería moderado.
El almacenamiento secundario
El corazón del subsistema de almacenamiento secundario de PlayStation 5 y Xbox Series X es una unidad de estado sólido que trabaja codo con codo con una controladora de entrada/salida personalizada y con hardware de compresión dedicado que desmarca ambas soluciones de las unidades SSD que podemos instalar actualmente en un PC.
Sobre el papel las cifras de la consola de Sony son mejores que las de la propuesta de Microsoft, aunque ambas máquinas están en este terreno a años luz de PS4 y Xbox One, una mejora que ya es claramente perceptible en los primeros juegos.
Por otro lado, la unidad SSD de Xbox Series X tiene una capacidad de 1 TB, pero el espacio útil que nos queda a los usuarios para instalar juegos y otras aplicaciones se reduce a 802 GB. Las cifras de PS5 son menos generosas que las de la máquina de Microsoft. Y es que la unidad SSD de la consola de Sony tiene una capacidad de 825 GB, que en la práctica se reducen a 667,2 GB de espacio útil.
Si queremos dotar a nuestro PC de una unidad de estado sólido capaz de jugar en la misma liga del subsistema de almacenamiento secundario de las consolas de nueva generación lo ideal es que optemos por una solución con una capacidad de 1 TB e interfaz NVMe PCIe 4.0.
La placa base
La elección de este componente de nuestro PC está condicionada por estos tres factores: el microprocesador por el que nos hemos decantado, la necesidad de instalar una unidad SSD con interfaz PCI Express 4.0, y, por último, la obligatoriedad de mantener el precio bajo control.
Por esta razón la opción idónea es una placa base con chipset B550 de AMD porque es compatible con el procesador Ryzen de 3ª generación que hemos elegido, aunque también puede convivir con los nuevos Ryzen 5000. Otro punto a su favor es que es la plataforma para chips de AMD con conectividad PCIe 4.0 más económica.
Los demás componentes
Casi hemos terminado de dar forma a nuestro PC, pero aún nos quedan varios componentes en los que merece la pena que nos detengamos un momento. Xbox Series X y la versión de PlayStation 5 que cuesta 500 euros incorporan una unidad óptica capaz de leer soportes Blu-ray 4K, pero es preferible que evitemos dedicar una parte del presupuesto de nuestro PC a este componente porque es un elemento que en los ordenadores compatibles actuales suele ser prescindible. Y, además, nos interesa abaratarlo tanto como sea posible aunque perdamos la capacidad de reproducir películas en formato físico.
La fuente de alimentación tendrá una capacidad de entrega de potencia máxima de 650 vatios debido a que es suficiente para los componentes que vamos a integrar en nuestro PC
Por otro lado, en lo que se refiere al sonido y la conectividad de red nos conformaremos con los que integra la placa base. Una tarjeta de sonido dedicada podría tener un impacto perceptible en la calidad del audio, pero incrementaría sensiblemente el precio del PC. Además, las placas base de cierta calidad suelen incorporar un chip de sonido competente.
Por último, nuestra fuente de alimentación tendrá una capacidad de entrega de potencia máxima de 650 vatios debido a que es suficiente para los componentes que vamos a integrar en nuestro PC. Y la caja la resolveremos buscando una opción de cierta calidad que sea lo más económica posible.
Ha llegado la hora de hacer números: esto es lo que cuesta nuestro PC
Ya hemos perfilado con bastante precisión la configuración que tendrá nuestro PC, así que ha llegado el momento de concretar todos los componentes para poder calcular con precisión cuánto nos costaría un ordenador con una potencia equiparable a la de las consolas de nueva generación.
Como he mencionado unos párrafos más arriba, la tarjeta gráfica que nos propone un rendimiento similar al de Xbox Series X y PS5, y, sobre todo, que implementa la microarquitectura RDNA 2, es la Radeon RX 6600 XT.
En lo que se refiere a la refrigeración de la CPU como nos interesa que nuestro PC sea lo más económico posible nos quedaremos con el ventilador Wraith PRISM que nos entrega AMD junto al procesador Ryzen 7 3700X. Por supuesto, hay soluciones de refrigeración por aire de más calidad, pero incrementarían el precio del equipo sensiblemente.
Un último apunte: como vais a ver a continuación, hemos recogido los precios de PcComponentes como referencia porque es una tienda con un porfolio de productos amplio y precios bastante competitivos. Por supuesto, algunos de los componentes que hemos elegido, como la placa base, la memoria principal o la fuente de alimentación, podrían ser reemplazados por otros de características y precio similares.
Esta es la configuración exacta del PC que os proponemos con el propósito de imitar la potencia de PlayStation 5 y Xbox Series X:
- Microprocesador AMD Ryzen 7 3700X a 3,6 GHz con 8 núcleos y 16 hilos de ejecución + ventilador Wraith PRISM (536,98 euros)
- Tarjeta gráfica Sapphire Nitro+ AMD Radeon RX 6600 XT 8 GB GDRR6 (432,16 euros)
- Kingston HyperX Fury RGB 16 GB DDR4 3200 MHz PC-25600 (2 x 8 GB) CL16 (103,09 euros)
- Samsung 980 Pro SSD 1 TB PCIe 4.0 NVMe M.2 (129,99 euros)
- Placa base Gigabyte B550M S2H con chipset AMD B550 PCI Express 4.0 (82,69 euros)
- Fuente de alimentación CoolBox DeepPower BR-650 650 W 80 Plus Bronze (52,65 euros)
- Caja Aerocool CS-105 (31,53 euros)
El coste total de este PC sin añadir el precio del sistema operativo, el teclado y el ratón, que también los necesitaríamos, sería de 1.369,09 euros. Es evidente que si las circunstancias fuesen más favorables y todos los componentes tuviesen el precio fijado por los fabricantes un equipo con esta configuración debería ser mucho más barato.
Los componentes que tienen un precio más inflado son la CPU y la tarjeta gráfica. Además, las placas base con chipset B550 no suelen tener conectividad WiFi, por lo que si la queremos el precio subiría aún más. El coste del monitor no lo contemplamos porque, lógicamente, la consola también necesita que la conectemos a un televisor o un monitor.
Imagen de portada: Martín López
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