Ni eléctricas ni el chaval del gas: cómo la venta a puerta fría ha desaparecido definitivamente de España

Comercial Puerta Fria
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Pican al timbre. Abres la puerta. Hay un chaval con traje y carpeta en mano. Nos saluda amablemente y nos pregunta si estamos contentos con nuestra factura de la luz o el gas. Es una escena típica de lo que se conoce como venta puerta a puerta o a puerta fría. Sin embargo, lo que era una molestia para muchos ahora está desapareciendo.

La ley prohíbe la venta a puerta fría. Según lo establecido en el Real Decreto Ley 15/2018 de 'medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores', la venta a puerta fría queda prohibida como tal, al menos el hecho de picar en casa de los posibles clientes de forma directa.

Se especifica que las comercializadoras eléctricas o de gas no podrán realizar publicidad ni prácticas de contratación en los domicilios de forma directa. En caso de que un vecino reciba una visita de este tipo sin aviso, podría denunciar este hecho ante la Policía, pues esa empresa estaría infringiendo la ley.

Hay una excepción. Esta prohibición no significa que ya no puedan venir comerciales a casa. Sin embargo, para hacerlo deberán obtener un permiso previo. Estas comercializadoras deberán recibir una petición expresa del cliente para la visita. Sea por ejemplo porque en un centro comercial, por llamada o a través de un conocido hayan aceptado la visita.

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Una práctica que daba mala publicidad. Tanto Naturgy como Endesa o Iberdrola han expresado su tranquilidad por el fin de esta práctica. Pese a que tenían múltiples subcontratadas, una vez la práctica se ha prohibido, han comentado que han dado la orden de paralizar esta vía y que por fin se termina "la mala praxis de los comerciales fraudulentos".

De no hacerlo, estas compañías que sigan haciendo venta a puerta fría se exponen a sanciones económicas y la posible inhabilitación para actuar como comercializadora durante un año.

5.000 comerciales menos. Ese fue el cálculo inicial del sector. 5.000 comerciales menos en toda España, en lo que se consideró como una ley que modificó de arriba a abajo la manera de proceder de las comercializadoras de luz y gas.

Antes de la prohibición, la venta a puerta fría llegó a suponer el 10% de los cambios de comercializadora, según datos de la CNMC. En dos años, la venta puerta a puerta (ahora con permiso previo) supone un 38,8% y un 48,9% menos, para la electricidad y el gas natural respectivamente.

En toda España, más de 500 comercializadoras han tenido que reinventarse desde entonces, pasando del ya casi extinto método de 'puerta a puerta' a una estrategia de venta más centrada en las llamadas telefónicas y los canales online.

Los consumidores respiran, las empresas todavía no. Ante la prohibición de la venta a puerta fría en las casas de los consumidores, estas empresas de comerciales están apuntando hacia otros sectores. Es el caso del sector industrial y las grandes empresas que tienen contratados más de 10 kW. Este segmento queda fuera del decreto ley y por ende sí puede recibir visitas. Si bien, la práctica comercial con ellas ya estaba acostumbrada a concertar cita previa.

En el mundo en el que vivimos, con tantas personas intentando captar nuestra atención, el que picaran de repente no era precisamente lo más atractivo. Poco a poco la ley va controlando que ciertas prácticas queden obsoletas.

Imagen | LightFieldStudios

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