Han Duck-soo es el primer ministro de Corea del Sur y tiene 74 años. Yoon Suk Yeol, otro de los grandes líderes políticos del país, ejerce como presidente desde 2022 y tiene 63 años. Ninguno de los dos son "mayores" a ojos del mercado laboral surcoreano. Al menos si nos basamos en los últimos datos publicados por el Portal Nacional de Estadísticas de Corea, que muestran que cerca de la cuarta parte de sus habitantes que ya han soplado las 70 velas siguen trabajando. Es el (otro) gran efecto económico de las crisis demográficas, un desafío al que España no es ajena.
Cuando la jubilación es un sueño a posponer.
Con 70 y al pie del cañón. Los últimos datos estadísticos de Corea del Sur son tan demoledores que de ellos se han hecho eco, entre otros, la revista Time. Sus tablas muestran que a comienzos de 2024 vivían en el país 6,31 millones de personas de 70 o más años y que de ellas cerca de 1,55 millones aún estaban empleados. Las cifras son llamativas por dos razones. Primero, porque ese último valor ha crecido un 11,4% con respecto al año anterior.
Segundo, y esa es la lectura más sorprendente, porque revela que la tasa de empleo entre las personas de 70 o más años es del 24,5%. Dicho de otro modo: casi la cuarta parte de los surcoreanos que ya han soplado las 70 velas siguen trabajando más de una hora a cambio de un salario o para apoyar un negocio familiar.
¿Cuándo es hora de retirarse? Probablemente sea la pregunta que se hagan muchos habitantes de Corea del Sur que pasan ya de los 60 años. Otra estadística ilustrativa sobre la situación de su mercado laboral muestra que el 60,2% de los surcoreanos de entre 55 y 79 años siguen trabajando, lo que se traduce en 9,3 millones de personas en el mercado laboral. El dato vuelve a ser interesante tanto si se examina en solitario como a la luz de la serie histórica. Hace una década sumaban unos 5,9 millones. En 2025 serán ya más de 10 millones.
Empleos poco cualificados. Llegados a este punto la gran pregunta es… ¿A qué se dedican los trabajadores sexagenarios o septuagenarios? Las estadísticas ayudan a aclararlo y revelan que un porcentaje relevante de los mayores que siguen empleados se dedican a tareas que requieren poca o ninguna preparación y experiencia. El 23,2% de la población activa con más años se centra en trabajos no cualificados y el 13,9% se enmarca en el sector servicios.
Times aporta alguna pincelada más: entre la horquilla de empleados de mayor edad, el 42,1% responde a lo que las autoridades consideran "simples trabajadores", operarios sin roles especializados y que requieren una escasa capacitación. El 30% se dedican a la agricultura, pesca o sector forestal.
Buenas (y no tan buenas) lecturas. Que el mercado laboral surcoreano presente esas particulares se debe a un cóctel de factores, algunos esperables e incluso positivos. Una de las claves es por ejemplo que la generación del Baby Boom, nacida entre 1955 y 1963, ha empezado a engrosar la parte alta de las gráficas demográficas, la de mayor edad. Otra, que los surcoreanos son cada vez más longevos y hay más personas que llegan a los 60 años con buena salud.
Si sus habitantes nacidos en 2008 afrontaban una esperanza de vida de 79,6 años —desde un enfoque estrictamente estadístico, claro— en 2021 era ya de 83,6 años y de 82,7 en 2022. Como telón de fondo está también la deriva de las cargas económicas y el coste de vida, un aliciente para retrasar la jubilación.
Los vientos del invierno demográfico. Los datos de Corea del Sur no se pueden entender sin tener presente otro factor, este sí, indispensable: el invierno demográfico. El país está inmerso en una crisis. Una muy profunda. Tanto, que hay expertos que vaticinan que en 2044 la república del Este Asiático será el país más envejecido del planeta. Quizás suene lejano, pero hay ya algunas señales preocupantes: en 2022 había ya quien calculaba que en 2044 la población mayor supondría el 36,7% del total, situándose por encima incluso de Japón, que se quedaría en un 36,5%. En 2023 las personas de 70 años ya superaron a las de 20.
Tendencia… y consecuencias. Más allá de las cifras, porcentajes y proyecciones de futuro, la crisis demográfica de Corea del Sur tiene consecuencias bien palpables en su política. Y economía. El país ha elevado su edad de jubilación de 58 a 60 años y ya se ha abierto el debate para incrementarla.
Hay colectivos de trabajadores surcoreanos presionando para ampliarla y permitir así a los trabajadores de más edad disponer de unos cuantos años extra como asalariados para reforzar sus economías. "Tener que pasar a empleos de baja calidad después de la jubilación perpetúa el empleo inestable para las personas de 60 años", explicaba hace poco la Federación de Sindicatos Coreanos, FKTU. Sus detractores advierten de que un cambio así, extendiendo el período para la jubilación, acabaría reduciendo las perspectivas laborales de los más jóvenes.
La huella política y social. Una población más envejecida se traduce también en una mayor presión sobre el sistema sanitario y el estado de bienestar, una realidad a la que tampoco es ajena España. Un estudio publicado en 2020 por la Barcelona School of Management revela que el tramo de edad con mayor gasto sanitario medio por persona y año se concentra en la franja de entre 80 a 84 años, con más de 2.700 euros en el caso de las mujeres y casi 3.400 en los varones.
Imagen | Daniel Bernard (Unsplash)
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