El motor demográfico de España está gripado. Aunque caminamos hacia el récord de habitantes, superando los 49 millones, el alza se explica más por la inmigración que por la natalidad. Las tablas de nacimientos y saldo vegetativo revelan que los vientos del invierno demográfico siguen azotando a la demografía patria. Así lo reflejan los datos lanzados por del INE, que entre otras claves dejan botando una idea interesante: en nuestro país ya nacen más bebés de madres con 40 o más años que de mujeres que no llegan a los 25.
Cada vez tenemos menos hijos. Y más tarde.
Pinchazo demográfico. La fotografía del INE no es una imagen fija pero muestra en cualquier claro una tendencia clara: España sufre un pinchazo demográfico. El alza de población se apoya en gran medida en el aumento de personas nacidas en el extranjero, no en un buen saldo vegetativo doméstico. Al contrario. Ese indicador, que marca la diferencia entre nacimientos y defunciones, entraba el año pasado en números rojos: se situó en negativo, en -113.256 personas, según las tablas.
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Un 24% menos de nacimientos. Los gráficos son elocuentes. Y no invitan precisamente al optimismo. El INE estima que en 2023 se registraron en España 322.075 nacimientos, un mal dato tanto si se compara con el histórico tanto a corto como a largo plazo. Con respecto a 2022 supone un retroceso del 2% y si se echa la vista más atrás, a hace una década, la caída es aún más pronunciada, del 24,1%. En 2013 el saldo de nacimientos era bastante superior al actual, de algo más de 424.400.
Madres con más de 40 años. Si hay un dato elocuente en el balance es el que muestra cómo cada vez hay más españolas que se deciden a ser madres pasados los 40 años. Su número ha aumentado de forma tan contundente a lo largo de la última década que hoy hay ya más nacimientos entre mujeres que han alcanzado la cuarentena que entre las que aún no tienen 25 años.
Al detalle. La tendencia que desprenden es clara: en 2023 se registraron 34.554 nacimientos de mujeres con 40 o más años frente a los 30.298 asociados con jóvenes de menos de 25. Las tablas de 2021, que permiten bajar aún más al detalle, revelan que durante ese ejercicio se anotaron 7.762 alumbramientos de mujeres de 25 años frente a los 8.739 de las de 41.
No hay que remontarse muy atrás en el tiempo para encontrar un panorama radicalmente opuesto. Hace apenas una década, en 2013, el número de nacimientos entre mujeres que aún no habían soplado las 25 velas era de 40.916, muy por encima de los 28.976 protagonizados por madres que pasaban de los 40. Hoy estas últimas son responsables ya del 10,7% de los nacimientos en España.
Nacimientos por edad de la madre |
2013 |
2023 |
---|---|---|
Total |
424.440 (100%) |
322.075 (100%) |
Menos de 25 años |
40.916 (9,6%) |
30.298 (9,4%) |
De 25 a 39 años |
354.548 (83,5%) |
257.224 (79,9%) |
40 y más años |
28.976 (6,8%) |
34.554 (10,7%) |
Y madres con menos hijos. Otro fenómeno igual de relevante es que las españolas tienen cada vez menos hijos. En 2022 las mujeres residentes en España tenían de media 1,16 retoños, nada que ver con los 2,77 que se alcanzaban a mediados de la década de 1970. La edad media a la que las españolas se convierten en madre se situaba hace dos años en los 33,1. Ambos datos, junto al de los alumbramientos a mayores edades, responden básicamente a las mismas causas: cambios sociales, culturales y económicos.
Ahondando en las claves. En el cóctel se mezclan cuestiones culturales y un cambio de mentalidad y perspectivas laborales y vitales. También la inestabilidad, que explica en gran medida que la edad a la que se independizan los jóvenes españoles haya aumentado hasta situarse en 30,3 años de media, la mayor de las últimas dos décadas.
Con ese telón de fondo, Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos y profesor de Sociología, tiene claro a qué se debe que se posponga la edad a la que se tienen hijos. "Viene por la necesidad que tienen las personas de formarse, de insertarse en el mercado laboral, de formar una pareja, de tener una vida estable", señala a El País. El riesgo: ahondar en un invierno demográfico que ya castiga a otras naciones, como Japón.
Imágenes | Hollie Santos (Unsplash) e INE
*Una versión anterior de este artículo se publicó en febrero de 2024
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