España tiene un problema demográfico gigantesco y se puede resumir en una cifra: 900 bebés al día

Parque sin niños
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En España nacen cada día menos de 900 bebés, la cifra más baja desde que hay datos, según estadísticas del INE. De hecho, la tasa de fecundidad es de 1,3 hijos por mujer, un punto menos que la media mundial, que es de 2,3. Los únicos países que nos superan son Corea del Sur (con una media de 0,9), China (1,2) o Malta con 1,13. ¿El resultado? Una España sin niños. Sólo un 3,9% de la población tiene menos de 5 años, el segundo país en la cola de la UE. Y eso es un gran problema para nuestra economía.

La natalidad por los suelos. Según ha revelado el INE recientemente, sólo nacieron entre unas 103.443 personas entre enero y abril de este año, un 1,75% menos respecto al mismo período del año pasado. Es el peor primer cuatrimestre en ocho años. España se encamina así a ser el país más envejecido del mundo a partir de 2040. Diversos estudios sugieren que somos la nación con mayor esperanza de vida (82 años), por detrás de Japón. Una posición que podría superar en menos de dos décadas.

Sin niños en España. Con esta caída drástica de la natalidad, el país se está quedando sin niños, literalmente. Como comentábamos antes, sólo un 3,9% de la población tiene menos de 5 años. De cada cien personas, sólo cuatro son niños de 0 a 4 años. Como resultado, las aulas de los colegios  se están vaciando poco a poco. Si no cambia el panorama, se prevé que para 2050 habrá 800.000 alumnos menos de 3 a 15 años, unas 33.000 aulas menos que hace cuatro años.

Este descenso ha provocado que España pase del puesto 18 al segundo país de la UE con menor proporción de niños. Sí, en España existen ya más perros que niños.

¿Por qué? Tal y como hemos contado en Magnet a lo largo de numerosos artículos, asistimos a la tormenta perfecta para tener pocos nacimientos. Algunos retos demográficos que explican esta baja natalidad son el retraso de la maternidad hasta lograr una estabilidad laboral, la falta de políticas de conciliación, el desempleo, la inseguridad económica, el incremento del coste de la vida, el envejecimiento de la población y la pérdida de poder adquisitivo.

Hay que tener en cuenta que el número de nacimientos también depende de la cifra de candidatas a ser madres (la población fértil) y las ganas o posibilidades de esas mujeres de tener hijos (la tasa de fecundidad). Y ambas van a la baja.

Desajuste del “mercado matrimonial”. Pero el problema no es sólo económico ni de empleo. Tal y como se comenta en este artículo de La Vanguardia, hay también un problema de desajuste en lo que los expertos llaman el “mercado matrimonial”. En España es complicado encontrar pareja estable y eso hace retrasar tener hijos. Más del 10% de los nacimientos corresponden a mujeres que superan los 40 años, y un gran porcentaje atribuye esa tardanza a la falta de pareja.

En comparación con Europa. Lo cierto es que la mayor parte del continente ha sufrido un descenso en la natalidad, aunque en algunas naciones ha sido más drástica que en otros. Sólo hay otro país en Europa con menor proporción de niños pequeños que España: Italia, con tan sólo un 3,6% de los residentes con esa edad.  Le siguen otros como Portugal o Grecia, del 3,9% y 4,1%. Todos ellos por debajo de la media de la UE, que es del 4,7%. En el top están Irlanda, donde los niños de hasta cinco años representan al 6% de la población. Después, Suecia, con un 5,6%; Eslovaquia, con un 5,4%; y Chipre o Francia (5,3%).

Una media de edad por las nubes. De manera paralela, y como resultado de una mayor esperanza de vida, la edad media de la población española no ha dejado de crecer. Según Eurostat, más de la mitad pasa de los 45 años (46,2 en el caso de las mujeres). Esto nos sitúa entre los siete países europeos con una media de edad más alta, también por detrás de Italia (con 48 años), Portugal (con casi 47), Grecia (con 46), Alemania (con casi 46), Croacia y Bulgaria (ambas con algo más de 45).

Un problema para las pensiones. Todo ello nos encamina a importantes desafíos económicos y sociales, como el sistema de pensiones y la escasez de mano de obra. Hay que tener en cuenta que para 2050, habrá un 30% de personas que tendrán más de 65 años en España, según el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), lo que supondrá que habrá seis jubilados por cada diez trabajadores en activo.

El aumento de la longevidad, sumado a un retraso en la entrada al mercado laboral de los jóvenes, pondrá en peligro la sostenibilidad de la hucha de las pensiones, que ya afronta cada año un incremento del gasto público para mantenerse.

Imagen: Unsplash

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