El terror tecnológico de Black Mirror: tres capítulos para pensar este fin de semana (II)

El terror tecnológico de Black Mirror: tres capítulos para pensar este fin de semana (II)

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El terror tecnológico de Black Mirror: tres capítulos para pensar este fin de semana (II)

La semana pasada analizamos en detalle la primera temporada de 'Black Mirror' y cómo sus episodios llevaban al extremo hasta dónde podía llevarnos la sociedad tecnológica actual. Hoy volvemos con otros tres capitulazos, los de la segunda temporada, que pasan por nuestra lupa de Xataka. Así que ya sabes: ya tienes plan para este fin de semana.

2x01 'Be Right Back', los recuerdos que dejamos en las redes sociales

Black Mirror

Hoy en día somos muchos los que participamos y publicamos información nuestra en las redes sociales. Si el día de mañana nos pasara algo, ¿podría alguien coger toda esa información para recrear una personalidad artificial similar a la nuestra? Eso es lo que propone el primer capítulo de la segunda temporada de 'Black Mirror'. Mi compañero Jose de ¡Vaya Tele! definía en una línea la problemática de este asunto: "¿Cómo afrontar la pérdida de una persona cuando la tecnología favorece que lo veamos en cualquier momento?"

Es el caso de la protagonista del episodio después de que ésta perdiera a su novio en un accidente. Oler su ropa no es suficiente para que sus recuerdos la vuelvan a trasladar junto a él. Es cuando comienza entonces una jornada digital para sustituir, o al menos intentarlo, la reconfortante presencia de su pareja... a través de todos los rastros que éste ha dejado. Un software genera emails imitando su tono, llamadas de voz y hasta una réplica sintética de su cuerpo.

El cómo tratar con la identidad digital de un fallecido es un problema real. En Facebook, por ejemplo, permiten dar el estatus de "Cuenta conmemorativa" a aquellos perfiles que se responden con personas que ya no están entre nosotros. En Twitter no hay nada similar, aunque no deja de ser paradójico un comportamiento que desde hace tiempo vengo observando (y veo que otros también): cuando alguien famoso muere, se incrementan notablemente sus seguidores. Un fenómeno interesante ya que obviamente la persona fallecida no va a volver a twittear. ¿Un homenaje póstumo? Puede verse así.

Nuestra vida está siendo narrada casi día a día en Internet, ¿qué ocurrirá dentro de unos años cuando ya no estemos aquí? ¿Os imagináis a vuestros nietos leyendo vuestro Facebook?

¿Qué pasará dentro de 20 años? O yendo todavía más allá: ¿y dentro de 100 años, cuando todos nosotros ya no estemos por aquí? Casi todas nuestras vidas están quedando recogidas en Internet, documentadas a diario. ¿Serán capaces entonces de reconstruirnos, al igual que ocurrió en el capítulo con Ash? Personalmente tengo mis dudas pero no deja de ser interesante este debate. Y sin falta de saltar tantos años, y si fallece un ser querido muy activo en las redes sociales, ¿es torturarse el ver todas sus actualizaciones o una bonita forma de recordarlo?

A modo de curiosidad, otro detalle a considerar de este episodio: Ash, o más bien su versión clon, nunca llega a ser aceptado por su chica, que le sigue viendo como a un extraño. Además de, lógicamente, lo rara que sería la situación, no dejó de parecerme también una sutil crítica a las redes sociales. Ash está creado a imagen y semejanza de lo que el verdadero Ash publicaba allí, pero ¿es representante de nuestra personalidad nuestra actividad en redes sociales? ¿O es un "yo filtrado" con sólo las cosas que queremos que los demás vean?

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2x02 'White Bear', el efecto voyeur

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El comienzo de este capítulo es completamente desconcertante: sigues a una chica joven, perdida, en una odisea por sobrevivir y escapar de unos misteriosos atacantes mientras un público todavía más misterioso le sigue a ella. En sus manos, teléfonos móviles, con los que no dejan de grabar a la desesperada chica pero sin llegar en ningún momento a auxiliarla. Ella no entiende qué está pasando.

Con el transcurso del capítulo, la historia va cogiendo sentido (bueno, más o menos), y es que se trata de un castigo contra la joven. No diré más. ¿Crítica a los realities, donde asistimos casi impasibles a las desgracias y alegrías ajenas? ¿Crítica a una sociedad con sed de justicia hasta extremos inimaginables? Puede, pero también crítica a la sociedad que mira y mira pero no reacciona. ¿Nos escondemos detrás de las pantallas de nuestros teléfonos? Esta misma semana salía la noticia de un asesinato que presenciaron más de 20 personas en Bolivia sin que nadie hiciera nada... salvo presionar la tecla "grabar" de sus teléfonos.

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2x03 'The Waldo Moment', el "chikilicuatre" político

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Todo son risas hasta que el personaje ficticio tiene posibilidades de ganar las elecciones, ¿o no? Esto es lo que ocurre con Waldo en el tercer capítulo, un muñequito animado que se dedica a realizar entrevistas a políticos y otras personalidades para un programa nocturno de humor. Tal es el éxito de su sección que le quieren dar su propio espacio e, incluso, van más allá: quieren que sea candidato. La viralidad de los vídeos en YouTube no tardan en acercarle a este objetivo, pese a las dudas del actor que le da voz.

Waldo, sin redes sociales, no sería nadie. Pero ahí están las redes sociales para "auparlo" al poder, repletas de internautas desencantados con los políticos actuales. Lo define muy bien mi compañera Lorena de ¡Vaya Tele!:

No podía faltar el directivo de televisión que sólo piensa en la audiencia, sin respetar reglas o valores y que acaba convirtiendo a Waldo en candidato real por un escaño en el Parlamento, con una extraña teoría sobre lo que debería ser la democracia: básicamente, un mundo dirigido desde Internet donde las decisiones se basan en la cantidad de likes que obtenga una propuesta legislativa. Los ciudadanos y admiradores de Waldo le siguen el juego, mientras que las redes sociales hacen el resto, difundiendo y potenciando el mensaje, creando grupos de apoyo, influenciando a los políticos con tweets y comentarios.

En España tenemos dos precedentes parecidos. En 2008, la presentadora Eva Hache constituyó un partido. Eso sí, se retiraron unos días antes de las elecciones. Quien tuvo más éxito fue Chikilicuatre con Eurovisión. Lo que empezó como una broma en el programa de 'Buenafuente' acabó por representarnos en el popular festival.

Con el descontento actual con la sociedad política, ¿seríamos capaces de votar a un dibujo animado que sólo se dedica a hacer bromas e insultar al resto? No me cabe la mayor duda de que sí, en parte por el hastío y en parte por "hacer la gracia" como quien dice. Las redes sociales han pasado de ser un simple elemento más de nuestro ocio a un factor muy importante que llega a fijar los temas que tratan los medios y que favorece la gestación de nuevos movimientos ciudadanos (¿alguien se imagina el 15M antes de que existiera Twitter?), pero ¿podrían ir más allá? Es un poco lo que hablábamos con el primer capítulo de la temporada: ¿hasta qué punto la presión de las redes debe influir en un Gobierno?

En ¡Vaya Tele! | 'Black Mirror': The Waldo Moment y la tiranía de las redes sociales
En Xataka | El terror tecnológico de Black Mirror lo tienes a tu lado: tres capítulos para pensar este fin de semana (I)

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