Google ya sabe cómo conseguir que sus empleados vuelvan a la oficina: cobrando a los que viven más lejos

Hotel Google
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Google está siendo una de las Big Tech más agresivas a la hora de enviar a sus empleados de vuelta a las oficinas. Los de Mountain View primero invitaron a sus empleados a volver, luego les amenazaron con evaluar negativamente su rendimiento si no volvían y, ahora, les hacen un descuento en un hotel cercano propiedad de Google.

Es ir al trabajo, no unas vacaciones. Uno de los problemas que se han encontrado en el departamento de recursos humanos de Google es que algunos empleados se habían mudado a otras ciudades con alquileres más asequibles. Con el nuevo escenario de trabajo híbrido, debían desplazarse largas distancias tras el trabajo de vuelta a casa, por lo que Google les ha ofrecido alojarse en el hotel que la compañía tiene junto al nuevo campus de Google por un precio de 99 dólares la noche.

La oferta para los empleados es por tiempo limitado y la empresa lo indica como Especial de verano en el correo que Google ha enviado a sus empleados. Ese precio solo estará vigente para incentivar a sus empleados hasta el 30 de septiembre y, dado que son viajes de negocios no aprobados por la compañía, las estancias corren por cuenta de los empleados y no pueden usarse las tarjetas de crédito de la compañía.

A algunos empleados les salen las cuentas, pero a la mayoría no. El medio americano CNBC ha podido acceder a un chat interno de la compañía en el que los empleados expresaban sus opiniones sobre la medida. Algunos opinan que, a razón de 99 dólares la noche y teniendo en cuenta que incluye las comodidades de un hotel con servicio de limpieza, comidas y mobiliario, los 3.000 dólares que les costaba al mes les salía más rentable que el alquiler de sus apartamentos. Otro opinaba que era demasiado caro: "Si costara alrededor de 60 dólares por noche, podría ser una buena alternativa a los apartamentos, pero ¿por 99 dólares? No, gracias”.

Sin embargo, la mayoría de los empleados manifestaban su disconformidad alegando que en casa estaban mucho más cómodos y eran igual de productivos. Otros apuntaban a la medida como una forma de hacer rentable las habitaciones vacantes del hotel durante las vacaciones a costa de los empleados.

El problema: unas oficinas muy caras. Hace algunos años trabajar en las oficinas de Google era poco menos que un sueño. Tras haber probado las mieles del teletrabajo a tiempo completo, sus empleados han descubierto que como en casa en ningún sitio y se hacen los remolones a la hora de volver a unas oficinas que, además, ya no son lo que solían ser.

El problema en todo este asunto no es realmente que los equipos trabajen mejor juntos en la oficina, algo que varios estudios pondrían en entredicho, sino que las oficinas de Google están situadas en una de las zonas más tensionadas de Silicon Valley, por lo que infrautilizarlas implica perder dinero.

Los toboganes y la comida ya no funcionan. La grandes tecnológicas están teniendo muchos problemas para que sus empleados vuelvan a las oficinas. La “nueva vieja normalidad” implica volver a unas oficinas muy caras de mantener, pero con el añadido de la flexibilidad que tanto talento ha atraído a estas empresas durante los últimos años. Renunciar a esa flexibilidad puede salirles muy caro en el desarrollo de nuevos productos, pero dar luz verde al teletrabajo total les hace perder dinamismo y un coste económico importante con sus infraestructuras.

Es un equilibrio complicado en el que las compañías deben pensar nuevas formas de incentivar que sus empleados quieran volver a las oficinas, y los toboganes y la comida gratis parece que ya no son suficiente.

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Imagen | Flickr (Shawn Collins, Maurizio Pesce)

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