John Gruber, legendario periodista que cubre a Apple en su blog Daring Fireball, asistió a la presentación de los iPhone 16. Tras ella, publicó un artículo en él titulado 'The Things They Carried' ("Lo que llevaban consigo"), una reflexión sobre el devenir de Apple desde su primer iPhone hasta hoy.
Es decir, desde la era Jobs hasta la era Cook.
La Apple de Jobs se hizo grande por sus saltos en innovación. iPod, iPhone o iPad no solo eran avances tecnológicos, sino que tenían un factor wow que generaba carácter aspiracional. Y ese carácter se traducía en compradores entusiastas que se convertían en evangelistas. Ya hablamos de ese culto a Apple.
Jobs también apostaba por diseños arriesgados. El iMac G4 "lamparita", el iPod nano "fat", el icónico Power Mac G4 Cube, el salto del tercer al cuarto iPhone... No siempre fueron éxitos comerciales, pero derrochaban personalidad.
En contraste, la Apple de Cook se caracteriza por una evolución más predecible. Los nuevos dispositivos son mejores, pero las mejoras suelen ser incrementales. El énfasis está en la refinación más que en la reinvención radical.
También es cierto que Cook ha conseguido exitazos comerciales, como AirPods o Apple Watch; y financieramente ha llevado a Apple muchísimo más allá.
La diferencia está en sus enfoques. Jobs se obsesionaba con mejorar la computación de sus productos, mientras que Cook se centra en cómo la tecnología puede mejorar la vida de las personas. El énfasis actual en accesibilidad, salud y medio ambiente es el mejor ejemplo.
La gran pregunta es si Apple se ha vuelto demasiado cautelosa. Si ha perdido la chispa de innovación radical que la definió. Y si eso es necesariamente malo.
La consistencia y fiabilidad de Cook son admirables. Ha logrado que Apple domine varias categorías con márgenes con los que el resto ni sueñan. Para el usuario promedio es una relación comercial adecuada. Pero la capacidad de redefinir categorías era lo que hacía especial a Apple. Su cautela de hoy supone una barrera para eso.
El reto a futuro será equilibrar ambos enfoques: mantener la eficiencia de Cook recuperando el espíritu innovador de Jobs. Eso pasaría por apostar por productos más experimentales, como hacen ahora fabricantes chinos, o por dar más libertad creativa a los equipos de diseño. O por ser más agresiva entrando en nuevas categorías de producto.
El tamaño actual de Apple complica la toma de riesgos, pero si una empresa demostró en el pasado capacidad para reinventarse, esa fue Apple. Aunque quizás eso no ocurra hasta que no haya otro CEO. Y para eso tampoco falta tanto.
Imagen destacada | Md Mahdi en Unsplash
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