Cuando el iPhone de primera generación de 8 GB de almacenamiento salió a la venta en Estados Unidos en 2007, su precio era de 599 dólares. En la actualidad, 15 años más tarde, alguien ha pagado 63.356 dólares por uno de estos. Visto desde otro ángulo, ha desembolsado unas 106 veces el valor original del dispositivo al que se le atribuye el logro de haber revolucionado la industria de los teléfonos móviles.
Estamos frente a una de la subastas de tecnología “vintage” más destacadas de los últimos años. Y, en concreto, del primer modelo de iPhone más caro vendido hasta la fecha. En otras oportunidades, estos deseados dispositivos por parte de los coleccionistas habían alcanzado pujas cercanas a los 40.000 dólares. El teléfono sin desprecintar de Karen Green, como decimos, acaba de superar este elevado umbral.
Si tienes uno de estos sin desprecintar, tienes una fortuna
Uno de los datos más curiosos de esta subasta es que el iPhone había permanecido durante años guardado en un cajón y fuera de la atención de su dueña. Según explica LCG Auctions, Green había conseguido un trabajo en PetSmart en 2007, por lo que sus compañeros de trabajo decidieron regalarle el iPhone de primera generación que acababa de ser lanzado ese mismo verano, pero el obsequio finalmente nunca fue utilizado.
La joven era usuaria de Verizon, pero el iPhone solo funcionaba con AT&T. En lugar de cambiar inmediatamente de operador y perder su número de teléfono, decidió guardar el teléfono inteligente. Los años pasaron, nuevos modelos del teléfono de la manzana llegaron al mercado y, a medida que las características de aquel iPhone se volvían obsoletas, su precio crecía y sumaba puntos para convertirse en un objeto de colección.
Como señala Insider, Green se sorprendió al ver que un iPhone sin desprecintar se ofrecía en eBay por 10.000 dólares. “Dios mío, creo que tengo el original”, pensó en ese momento y le pidió a su hijo que buscara el teléfono y se asegurara que la caja estuviera intacta. Efectivamente, en más de 15 años el teléfono nunca había sido utilizado, por lo que pensó en vender para conseguir fondos para montar un emprendimiento.
La subasta comenzó a principios de febrero con una oferta de 2.500 dólares, aunque en ese momento se estimaba que alcanzaría un precio de unos 50.000 dólares. El interés por parte de los coleccionistas fue creciendo y el 19 de febrero se presentó una ola de ofertas. Ese día comenzó con una oferta de 24,631, pero acabó vendiéndose por 63.356,40.
Algunas preguntas quedan de momento sin responder. Por ejemplo, no sabemos quién es el nuevo dueño del preciado dispositivo y qué hará con él. ¿Acabará en un museo? ¿Decidirá abrirlo o conservarlo en su caja? Si sabemos que componentes como la batería tienen a degradarse con el tiempo, por lo que desprecintarlo e intentarlo encenderlo quizá no sea la mejor idea.
Imágenes: Apple | LCG Auctions
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