El Parlamento Europeo aprueba Euro 7: así afectará a la compra de nuestro próximo coche

  • El Parlamento Europeo aprueba Euro 7 en uno de los últimos trámites que quedan para sacarla adelante. Esperan su aprobación definitiva antes de que termine el año

  • Los fabricantes ven escuchadas sus propuestas, con exigencias muy similares a las actuales. Los que más sufrirán serán los vehículos diésel

Mercedes
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¿Han sido 329 votos a favor, 230 votos en contra y 41 abstenciones. Este es el resultado con el que el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta realizada por la comisión de Medio Ambiente de la cámara. Y, con ella, llega la aprobación de Euro 7, la normativa de emisiones que deberán cumplir los vehículos durante las futuras homologaciones.

¿Esto significa que Euro 7 está aprobada? No exactamente. Con el visto bueno del Parlamento Europeo y el visto bueno del Consejo a su propio reglamento relativo a Euro 7, ahora los representantes de uno y de otro tienen que llegar a un acuerdo durante las últimas negociaciones para sacar adelante un texto que sea ratificado por ambas cámaras. En ese momento, Euro 7 quedará aprobada.

Euro 7, dónde estamos

Aunque todavía queda un último trámite antes de que Euro 7 se apruebe, las líneas maestras de la nueva normativa de emisiones ya está puesta en negro sobre blanco. Pese a que las intenciones eran mucho más ambiciosas, finalmente los fabricantes observan con un evidente alivio cómo las exigencias son mucho más laxas.

Resumiendo, en primer lugar, el Parlamento Europeo ha aprobado que los exámenes en las normativas de emisiones sigan siendo exactamente las mismas que hasta ahora, asegurando que esto repercutirá en un ahorro esencial a la industria de cara a la futura transición total al vehículo neutro en emisiones de carbono.

Además, las exigencias en materia de emisiones NOx se han relajado muy por encima de lo previsto. En los vehículos de gasolina se mantendrá en los 60 gramos/kilómetro de NOx a los que ya se obliga en estos momentos, mientras que los diésel verán reducido este volumen máximo de emisiones de los 80 gramos actuales a los 60 gramos/kilómetro, igualando a los gasolina.

En los exámenes también se tendrá en cuenta el volumen de emisiones contaminantes provocado por el desgaste de los neumáticos y de los frenos, lo que también supone un reto para los coches eléctricos, cuya mayor masa provoca una mayor contaminación en este aspecto en concreto.

En cuanto a esta última tecnología, el Parlamento Europeo aboga por obligar a los fabricantes que sus baterías mantengan el 75% de la capacidad disponible pasado una década desde su venta. En el caso de las furgonetas, esta cifra será del 70%.

Y, mientras que los turismos se exponen a muy pocos cambios en sus exigencias, los vehículos comerciales sí tendrán más problemas durante las futuras homologaciones. La propuesta del Parlamento Europeo aboga por una reducción de emisiones de un 60% respecto a los límites actuales.

Dónde estamos, qué esperamos y qué hay por delante

Teniendo todo esto en cuenta, ¿dónde estamos en todo este proceso? ¿Qué pasos quedan por dar y qué esperamos para los próximos meses o años?

De momento, como decíamos, esta aprobación del Parlamento Europeo supone que el Consejo y el Parlamento tendrán que llegar a un acuerdo para sacar adelante un texto final que debe ser ratificada por ambas cámaras. La intención es que, antes de final de año, se llegue a este acuerdo y sea aprobado antes de 2024.

Con el cambio de año también cambia la presidencia de la Unión Europea, que pasa de España a Bélgica. El último acelerón que está experimentando la aprobación de Euro 7 también tiene mucho que ver con esto, pues España, que era de los países que abanderaba exigencias más duras para los fabricantes, ha cedido y también se ha sumado a esta nueva normativa más laxa, con la intención de que termine por aprobarse antes de que termine su actual presidencia.

En cuanto a su aplicación, la idea inicial pasaba porque los fabricantes tuvieran que amoldarse a las nuevas exigencias a partir de julio de 2025. Esto parece que también cambiará. Durante las negociaciones ya se habló de retrasar esta obligación hasta 2027 pero el Parlamento Europeo propone una carencia de tres años para los turismos y de entre cuatro y cinco años para los vehículos comerciales.

Todo esto permitirá que los vehículos con motores de combustión retrasen un poco su electrificación. De momento, los más perjudicadas son las mecánicas diésel, que tendrán que seguir trabajando para reducir (un 25%) su talón de Aquiles: las emisiones de NOx. Sin embargo, los automóviles puros de gasolina podrán alargar un poco más su vida.

Pese a ello, no hay que olvidar que estas obligaciones de Euro 7 serán un pequeño puente antes de la verdadera reducción en las emisiones contaminantes de los vehículos, que llegará en 2030. Hace poco más de un año, la Unión Europea aprobó la reducción de un 55% el volumen de emisiones en 2030 y la prohibición de vender vehículos que no fueran "neutros en carbono" a partir de 2035. Exigencias que obligarán a la industria a electrificar de forma notable su oferta.

¿Qué supone par los fabricantes y para el consumidor? De momento, las decisiones de las políticas europeas son claramente favorables a la industria del automóvil. Ésta tiene una gran fuerza en países con mucho peso en las políticas europeas, como Alemania o Francia pero también es clave en Italia o España.

Sus presiones siempre han ido encaminadas a reducir las exigencias que se estaban planteando desde Europa. Según ACEA, asociación de fabricantes de automóviles europea, estos nuevos trámites encarecerían los vehículos para el consumidor final en unos 2.000 euros y, sin embargo, apenas un puñado de coches serían cumplidores con una normativa de emisiones de poco recorrido si tenemos en cuenta los horizontes de 2030 y 2035. El impacto medioambiental, según ellos, sería mínimo.

Además, algunos de ellos también han presionado por saltarse Euro 7. Aseguran que la inversión en las nuevas mecánicas no merece la pena y les quitan recursos para enfrentarse a una industria china del coche eléctrico que les está poniendo contra las cuerdas. Su planteamiento es saltarse este paso intermedio para ir, directamente, al vehículo completamente eléctrico.

Por su parte, los grupos ecologistas se han mostrado muy contrarios a la decisión del Parlamento Europeo. Desde Transport& Environment apuntan a que "si no se toman medidas para revertir esta situación, antes de 2035 se venderán 100 millones de coches altamente contaminantes que circularán por las carreteras europeas durante las próximas décadas", al tiempo que recalcan que las propuestas más exigentes en materias de emisiones "salvarían miles de vidas", lo que no va a ser posible en los términos en los que se prevé que, finalmente, se apruebe Euro 7.

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