'Dark', la versión alemana (y letárgica) de un 'Stranger Things' en clave de thriller nórdico

'Dark', la versión alemana (y letárgica) de un 'Stranger Things' en clave de thriller nórdico

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'Dark', la versión alemana (y letárgica) de un 'Stranger Things' en clave de thriller nórdico
La distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una terca y persistente ilusión. Albert Einstein

Con esta cita de Einstein empieza ‘Dark’, una nueva serie original que Netflix estrena en diciembre y la primera de producción alemana en su lista de títulos locales. Una intensa voz en off, acompañada de música ominosa, insiste ese concepto de la percepción del tiempo. Al mismo tiempo se muestran las fotos de los personajes en diferentes momentos de sus vidas, colgadas en la gris pared de un oscuro búnquer en un oscuro bosque, y unidas por una cuerda desgastada.

Este prólogo continúa con música agónica, un suicidio y un adolescente que despierta de una pesadilla. No es mi intención en absoluto hacer una recapitulación de lo que cuenta el primer episodio, pero me sirve como un destilado de por qué ‘Dark’ me ha parecido una serie de misterio noir de manual que no se deja ni un cliché del género ni esconde sus toques de thriller nórdico (y de ‘Stranger Things’).

Más nórdica que demogorgonera

La historia tiene lugar en un pequeño y tranquilo pueblo industrial rodeado de un bosque en el que destacan las dos grandes chimeneas de una fábrica. Jonas es un adolescente cuyo padre se ahorcó (dejando una nota que rezaba “no abrir antes del 4 de noviembre a las 22:13h") y ahora las pesadillas no paran. Además, uno de los jóvenes del pueblo lleva desaparecido casi dos semanas. Cuando el grupo de amigos se aventura en el bosque buscando alguna pista, la cosa se pone aún más fea.

Durante la promoción en el Festival de cine de Toronto, Jantje Friese y Baran Bo Odar, creadora y creador de ‘Dark’, se mostraron lógicamente encantados ante la comparación con ‘Stranger Things’. «Es emocionante porque toda esa gente que la ha visto al menos se pensará ver ‘Dark’, y esa es una oportundad fantástica para nosotros. Así que seguid comparándola».

La comparación es fácil a priori: niños desaparecidos, “otros lugares” (aunque, como reza el trailer echando mano de clichés everywhere, "no es importante el dónde sino el cuándo"), una fábrica misteriosa, experimentos aún más misteriosos y nostalgia ochentera alemana. Friese y Odar, que vienen de trabajar juntos en la exitosa película, y próximamente adaptación hollywoodiense, ‘Who am I’, insistían, sin embargo, en que la esencia de su serie es completamente distinta. Y no les falta razón.

Aunque existan algunos elementos similares, sobre todo en la parte sobrenatural, se antoja mucho más sólida una inspiración en el thriller noir nórdico que tan en tendencia ha estado en los últimos años, con policías traumatizados, atmósfera cargada y lluviosa, bosques neblinosos, niños desaparecidos, tono frío y sobrio y familias con muchos secretos. No le falta de nada.

¿Saga familiar sobrenatural?

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La sinopsis oficial de ‘Dark’ la define como una saga familiar con giro sobrenatural donde las desapariciones actúan como revelador de las dobles vidas y relaciones desquebrajadas entre cuatro familias. Y aquí es donde entra mi mayor reticencia con esta nueva propuesta de Netflix: veo muy poco de eso en los tres primeros capítulos que han adelantado a la prensa.

Nunca seré ese tipo de espectadora que busca (o exige) el giro y la sorpresa. De hecho, siempre defenderé que es más que probable que una buena ficción, que presenta y va perfilando unos personajes interesantes o una trama atractiva, tenga cierto grado de previsibilidad, de anticipación.

Escena tras escena, la sensación que deja ‘Dark’ es que lo único que hace es cebar el misterio y la atmósfera una y otra vez.

Esto es algo que suele acentuarse en las series de misterio ya que, aunque se pueda echar mano de algunos giros y sorpresas, el género obliga a ir dando pistas de forma coherente y consecuente para que el espectador, alguno antes que otro, monte el puzzle en su cabeza.

Lo que ‘Dark’ deja cristalino desde su arranque es que es una serie de suspense en la que todo el mundo esconde algo, muchos personajes de mirada aviesa pero gélida tienen secretos y algo raro está ocurriendo con el tiempo en ese pueblo. Muestra objetos u elementos enigmáticos, tira de eventos perturbadores o extraordinarios (como las clásicas plagas de animales muertos) para alimentar esa atmósfera malsana e inserta imágenes intensas a cámara lenta, aunque resulten inconexas (10 segundos de una mujer bajo la lluvia con semblante trágico) o planteen dudas de verosimilitud (un señor siniestro cubierto de barro que llega a un hotel -recordemos las desapariciones de niños- y la asustada dueña no llama a la policía).

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Esta habitación aparece tres veces en tres episodios y siempre son los mismos tres planos de la silla chunga, la tele viejuna y un peluche de un panda.

Escena tras escena, la sensación que deja ‘Dark’ es que eso es lo único que hace: cebar el misterio y la atmósfera una y otra vez; alimentar al espectador con incesantes pistas que insisten en algo que ya se ha captado. El aura misteriosa y grave de la historia es efectiva desde el primer momento, pero lo que le falta es contenido, discurso, desarrollo. Atisbar un objetivo en la historia que vaya más allá del constante reclamo.

Es más, me sorprendió bastante cuando, acabado el visionado de los tres episodios, y buscando documentación para escribir este texto, llegué a esa sinopsis oficial que la califica de saga familiar. Sí, los elementos para un drama de personajes están ahí, pero apenas se desarrollan como para que sea algo que defina la historia y atraiga hacia ella. De hecho, hay un juego de pantallas partidas al final del tercer capítulo cuya existencia es una evidencia de que no han sido hábiles desarrollando a los personajes.

Sólo veo personas apesadumbradas con mucho que ocultar y pocas intenciones de desverlar -hasta que queden, probablemente, dos o tres episodios. Incluso la frialdad en el tono, que suele encajar bien con este suspense tan claustrofóbico, juega en su contra en este caso.

Una escaleta para maratonearlas todas

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Con varias producciones internacionales a sus espaldas, como ‘Marseille' (Francia), 3% (Brasil), ‘Suburra’ (Italia), ‘My only love song’ (Corea) o 'Las Chicas del Cable’ (España), Netflix aún no ha dado con un original local que se convierta en un éxito global -si juzgamos por el ruido que hacen sus series, porque Netflix no suelta prenda con respecto a sus audiencias.

El modelo de negocio de Netflix no se sustenta en las grandes masas de audiencia global, pero la percepción de sus originales locales podría ganar imagen de marca gracias a ‘Dark’, que parece haber sido confeccionada con La Escaleta Perfecta para el binge-watching: misterio y atmósfera alargados para acompañar una gestión de la información muy medida que invita, casi obliga, a ver el siguiente capítulo.

Porque llegados aquí hay que hacer una aclaración con respecto a mis argumentos. Aunque personalmente su propuesta no me haya atrapado, ‘Dark’ no es en absoluto mal producto. La música, la fotografía, la dirección de planos alargados y demás elementos atmosféricos le dan buen empaque, y no será la primera vez que abrazamos una ficción a la que se le ven las costuras e intenciones. Es efectista, pero seguramente resulte efectiva para muchos espectadores.

La primera temporada consta de 10 capítulos, y potencialmente la segunda mitad se presenta más potente si desarrollan los temas subyacentes de familia, pérdida o el sentimiento de culpa, además del misterio sobrenatural. Será el 1 de diciembre cuando se estrene en todos los territorios donde opera Netflix cuando veremos si 'Dark' convence de forma general y se convierte en un original-obsesión.

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