Lumia 950 XL, análisis: mucho margen de mejora

Lumia 950 XL, análisis: mucho margen de mejora

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Lumia 950 XL, análisis: mucho margen de mejora

Hemos esperado literalmente años a que llegaran nuevos dispositivos de gama alta basados en la plataforma móvil de Microsoft. Muchos veíamos en Windows 10 Mobile la promesa que podría devolver a esta empresa a la relevancia en el segmento de la movilidad. Los Lumia 950 y 950 XL parecían destinados a ello.

Cuando Microsoft anunció estos terminales el pasado mes de septiembre el planteamiento parecía muy relevante. Las especificaciones hardware eran más que correctas y por fin veíamos a Continuum en acción. Dábamos la bienvenida a la convergencia, pero una vez con el terminal en nuestras manos, ¿responde esa promesa a nuestras expectativas?

Lumia 950 XL, análisis en vídeo

Un diseño sin ambición

Lo primero que sorprende de los nuevos Lumia es el hecho de que apenas se puede destacar nada de su diseño. Son dispositivos demasiado corrientes exteriormente, y ni siquiera rescatan los tradicionales colores chillones vivos que eran seña de identidad de los Lumia que nos llegaban de Nokia. Son terminales que no tienen personalidad, y eso es algo grave en productos de gama alta.

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Quizás Microsoft no quería plantear una diferenciación clara en ese apartado, pero esa falta de ambición es demasiado patente para un producto al que se le pide destacar tanto en su interior como en su exterior. No es ya que se haga uso de materiales plásticos para la carcasa o que nos encontremos con un dispositivo "aburrido", es que no hay apenas detalles destacables en el diseño.

De hecho los que hay son más funcionales que otra cosa. Es de agradecer, por ejemplo, que en ese diseño contemos con una carcasa posterior que podemos quitar en cualquier momento para acceder a la batería reemplazable, a la ranura microSD -gran noticia, desde luego- o a la ranura para la tarjeta nanoSIM.

Tampoco hay que olvidar que el terminal no es especialmente voluminoso teniendo en cuenta que nos encontramos con una diagonal de 5,7 pulgadas. Su peso de 165 gramos y su grosor de 8,1 mm son aceptables, pero uno esperaría por ejemplo que el no haberse obsesionado con el grosor hubiera podido hacer factible una batería de mayor capacidad (los 3.340 mAh no dan mucho juego, como veremos más adelante).

En ese diseño sí hay detalles curiosos. Probablemente el más extraño es la colocación del botón de encendido, que está en medio de los controles de volumen y que, eso sí, tiene un tamaño algo mayor. Esa colocación es discutible -a menudo uno pulsa en uno de los botones de volumen cuando quiere pulsar el de encendido- pero en esto probablemente haya usuarios que prefieran esa colocación.

No era mi caso: prefiero disponer de un acceso inequívoco al botón de encendido, pero es cierto que con el tiempo uno se va acostumbrando a esa posición y va "fallando" menos a la hora de utilizarlo. Igualmente destacable es el botón físico para la cámara, en ese mismo lateral, y que deja muy clara la ambición del Lumia 950 XL a la hora de tomar fotos.

Es una gran idea pero tiene un pequeño problema: no es difícil que se active cuando lo tenemos en el bolsillo, lo que hace que la cámara se active sin que nos demos cuenta. Aunque no saquemos fotos involuntarias -cosa que también podría pasar- esa pulsación involuntaria de este botón hace que el terminal pueda consumir batería por esa activación de la cámara sin que nosotros lo pretendamos. Nota: Como indican en los comentarios, es posible bloquear el botón desde la configuración del sistema para que eso no pueda ocurrir, y podremos sacar las fotos con el botón táctil en pantalla, por supuesto.

Precisamente la cámara influye en ese diseño: a pesar de contar con las mismas especificaciones que la del Lumia 950, este modelo hace que exista una sensible protrusión en la parte posterior del terminal, algo que de nuevo nos hace preguntarnos lo mismo que en otros casos: ¿no hubiera sido mejor añadir un milímetro más de grosor, más batería y no presentar esa protrusión? El debate está servido.

Un gama alta en especificaciones

Los nuevos Lumia 950 XL de Microsoft son prácticamente idénticos a sus hermanos pequeños, los Lumia 950, de los que apenas se diferencian en el tamaño de pantalla o el procesador. En ambos casos contamos con unas especificaciones que los sitúan claramente en la gama alta en este apartado.

Lumia 950 XL
Dimensiones físicas 151,9 x 78,4 x 8,1 mm, 165 g
Pantalla AMOLED de 5.7 pulgadas con protección Gorilla Glass 4
Resolución 2.560 x 1.440 (518 ppp)
Procesador Qualcomm® Snapdragon™ 810 (4 x Cortex A-53 a 1,5 GHz + 4 x Cortex-A57 a 2 GHz)
Procesador gráfico Adreno 430
RAM 3 GB
Memoria 32 GB (microSD hasta 200 GB)
Sistema Operativo Windows 10 Mobile
Conectividad WiFi 802.11ac, Bluetooth 4.1 NanoSIM, LTE Cat 6, NFC
Cámara Trasera 20 Mpíxeles con Flash triple LED RGB, f/1.9, estabilización óptica de imagen, vídeo 4K 30fps
Cámara Delantera 5 Mpíxeles, f/2.4
Batería 3.340 mAh
Otros Puerto USB tipo C, A-GPS, radio FM LED de notificación, carga inalámbrica, carga rápida, reconocimiento de iris
Precio de referencia 649 euros

El hardware es prácticamente idéntico al que presentan los Nexus 6P que analizamos recientemente salvo en apartados como la cámara, por ejemplo, pero en esencia nos encontramos con dispositivos comparables en su acercamiento a los componentes físicos del dispositivo.

Hay no obstante diferencias notables, no solo en la cámara sino en otros apartados como ese sistema de reconocimiento biométrico. Mientras que en Google han apostado definitivamente por el sensor de huella dactilar, Microsoft hace uso de un sensor infrarrojo que permite habilitar el reconocimiento de iris.

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En el planteamiento de este terminal de Microsoft hay varias cuestiones que en realidad se repiten en otros terminales con especificaciones similares. El más relevante es probablemente el de la pantalla, que es fantástica por dimensiones, calidad y definición. La tecnología AMOLED da el do de pecho de nuevo en el Lumia 950 XL con buenos ángulos de visión, una representación de colores muy viva o el aprovechamiento del modo "Glances" que permite visualizar información minima en pantalla de bloqueo sin que haya apenas consumo de batería.

De esa pantalla, no obstante, lo que más llama la atención es la apuesta por una resolución 2K que de nuevo nos hace volver al debate sobre si esta resolución compensa o no en un terminal de estas dimensiones. Por supuesto que la definición de todos los elementos en pantalla es fantástica y evidentemente esa resolución 1440p nos permite presumir sobre todo cuando reproducimos contenidos de vídeo en esa resolución o cuando ampliamos fotos, pero nuevamente nuestra percepción es la de que las pantallas 2K son quizás un capricho innecesario.

Otro de los aspectos destacados de este terminal es la inclusión de un puerto USB-C, algo que puede ser un engorro a la hora de llevárselo de viaje -no te olvides el cable o tendrás un problema serio- pero que deja al Lumia 950 XL bien preparado de cara al futuro. Esa conexión no solo permite aprovechar la carga rápida de la batería, sino que también es crucial para el otro gran protagonista de la propuesta de Microsoft: Continuum, que lograremos aprovechar de forma óptima con el Display Dock, el pequeño accesorio que nos permite convertir el dispositivo en un "todo un PC" (las comillas son obligadas, como veremos más adelante) cuando lo necesitemos.

Otro aspecto destacable de ese puerto USB-C: es OTG, lo que permite que podamos conectar todo tipo de periféricos para que sean reconocidos por el terminal. Nosotros lo comprobamos conectando un pendrive vía un adaptador de USB a USB-C: navegar por sus contenidos y copiar ficheros del Lumia 950 XL al pendrive era sencillo gracias al explorador de archivos integrado en Windows 10 Mobile, por ejemplo. No funcionaron los teclados y ratones que probamos, pero aquí probablemente haya simplemente una limitación en cuanto a controladores disponibles en la plataforma: es de esperar que a medida que pase el tiempo podamos conectar más y más cosas directamente a ese puerto que en esencia vuelve a demostrar que tenemos un PC con Windows 10 ante nosotros en todo momento.

Reconocimiento de iris y batería: dos anomalías inexplicables

Hablar del diseño y de las especificaciones es importante, pero lo realmente interesante es comentar cómo se comporta el Lumia 950 XL una vez comenzamos a usarlo. Y esa experiencia se inicia con el desbloqueo del terminal, que por primera vez en un dispositivo de Microsoft se puede realizar mediante el reconocimiento del iris.

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La tecnología Windows Hello que ya hizo su aparición en equipos portátiles con Windows 10 es ahora parte integral de los dos nuevos Lumia 950, y su funcionamiento es idéntico. Tras un breve entrenamiento en el que tendremos que mirar a la parte superior de la pantalla -y no a la luz roja que sale del sensor IR que nos identifica- podremos comenzar a desbloquear el terminal mirándolo.

La idea es curiosa, pero tras estos días con el terminal se han confirmado nuestras sospechas: el sensor de huella dactilar es mucho mejor opción en un smartphone, y lo es por la sencilla razón de que este método resulta mucho más natural y cómodo. Uno acaba sintiéndose raro mirando a la pantalla y acercando o alejando el dispositivo de los ojos hasta encontrar la distancia adecuada para que se produzca el reconocimiento de iris.

El proceso no siempre es tan rápido o efectivo como esperábamos, y aunque los sensores de huella dactilares no son perfectos, es evidente que son mucho más cómodos de usar porque ya cogemos el móvil de forma que el acceso al sensor es mucho más directo y natural. La tecnología Windows Hello y el reconocimiento de iris son una alternativa perfecta para equipos portátiles o PCs de sobremesa -e incluso tablets, si me apuráis-, pero tras nuestras pruebas parece evidente que la inclusión de un sensor de huella (en conjunción de o incluso sustituyendo a) hubiera sido mucho más interesante que el reconocimiento del iris.

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El otro punto importante en el que el comportamiento del Lumia 950 XL ha sido errático ha sido el de la batería. Es cierto que el soporte de la carga inalámbrica -no hemos podido evaluarla- y de la carga rápida es de agradecer, y de hecho esta última permite que en menos de una hora contemos con entre un 70% y un 80% de la batería cargada. Sin embargo hemos podido comprobar durante nuestras pruebas el extraño consumo de energía que presenta el terminal.

Lo hemos experimentado a lo largo de todas las pruebas: no hay forma de predecir cuánto aguantará esa batería de 3.340 mAh. Los phablets suelen gozar de más garantías en este sentido porque aunque sus pantallas son de mayores dimensiones las baterías suelen compensar favorablemente ese apartado, pero en el caso del Lumia 950 XL esa teoría no se ha cumplido. El terminal llegaba al final del día con algo de batería -nunca la misma a pesar de hacer un uso más o menos sostenido de las funciones del smartphone-, pero ocurría algo extraño: la batería se descargaba de forma notable durante la noche, y la situación no era exclusiva de nuestro terminal, como vemos en el análisis de TechRadar.

Por supuesto aquí podemos activar el modo de ahorro de batería en el menú de configuración de Windows y establecer a partir de qué momento activar ese modo de consumo reducido. Eso ayuda mucho especialmente por las noches, como también lo hace la desactivación de tareas en segundo plano, que están pre-activadas por defecto y que nosotros tendremos que ir desactivando desde el inicio -por ejemplo, si no usamos Skype, Facebook o los servicios Lumia, entre otros- y a medida que instalemos aplicaciones. También podremos desactivar la célebre Glances, la "pantalla de vista rápida" que muestra esa información reducida mientras tenemos el dispositivo bloqueado.

Sin embargo lo extraño aquí es que uno tenga que andar activando modos de ahorro de energía y accediendo a la configuración "fina" del sistema para maximizar la autonomía. Microsoft quizás debería plantear lo contrario y facilitar la tarea a los usuarios no expertos: desactivar servicios en segundo plano, alertar de algunos que probablemente son importantes para los usuarios -WhatsApp, Facebook, correo- y ofrecer precisamente un perfil alternativo que maximice esa autonomía. No es el caso pero puede que lo sea en el futuro, y sea como fuere, el consumo de batería es problemático tras estos días de prueba, algo que por ejemplo han confirmado otros análisis.

Cámara en el Lumia 950 XL: más para amantes de la fotografía avanzada que para "instagrammers"

La tecnología Pureview que tuvo su máximo exponente en aquel fantástico Lumia 1020 ha vuelto a hacer su aparición en los Lumia 950 y Lumia 950 XL, que la aprovechan en conjunción con su cámara posterior con sensor de 20 Mpíxeles y apertura f/1.9 y que se convierte en una de esas cámaras móviles destacadas en estos últimos meses.

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La calidad de las fotografías tomadas con la cámara del Lumia 950 XL es fantástico en la mayoría de las situaciones, y aquí Microsoft puede presumir de contar con una cámara extremadamente solvente. Puede que en condiciones de baja luminosidad esa calidad se reduzca un poco en modos automáticos, pero si hay un apartado en el que Microsoft destaca sobre todos sus competidores es en la presencia de controles manuales.

La vieja aplicación de los Lumia de Nokia se ha ido adaptando a los nuevos tiempos, pero siempre con la misma esencia y con esa interfaz envidiable: al desplazar desde el exterior hacia el interior de la pantalla (iniciando el movimiento en el botón táctil de disparo) nos encontramos con esos controles manuales en forma de arcos de circunferencia que permiten controlar velocidad de obturación, ISO, exposición o enfoque.

No hay ninguna plataforma que haya planteado una solución comparable de forma nativa, y aquí Microsoft vuelve a marcar la diferencia para aquellos que buscan controles manuales en las cámaras de sus smartphones. El soporte de la captura de imágenes RAW (DNG) no hace más que reforzar esa posición de Microsoft en este terreno.

A esa capacidad se le suman novedades como el llamado Rich Capture, la tecnología que permite que una vez hayamos tomado la foto podamos modificar la iluminación de la misma. Microsoft no utiliza el término que debería utilizar, porque ese control no es más que una forma de ofrecer un potente modo HDR que podremos afinar con una barra de progreso a posteriori. Otras plataformas como iOS o Android simplemente ofrecen un modo HDR que podremos habilitar o deshabilitar, pero en Microsoft las fotos se toman con toda la información por defecto, y luego el software nos da la posibilidad de ajustar el uso de HDR para que la foto sea más o menos "espectacular".

El resultado es a menudo llamativo, sobre todo cuando uno lo ve en esa pantalla AMOLED en la que las imágenes son especialmente vivas y coloridas -puede que los puristas la critiquen en cuanto a la saturación, pero ese apartado también se puede controlar- y que desde luego permiten destacar fácilmente.

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Esa característica se le suma otra igualmente llamativa y que Microsoft no ha publicitado demasiado. Se trata de las Living Images, que en español se han llamado Fotoclips y que llevan tiempo disponibles -ya podían tomarse en los Lumia 640, Lumia 830 o Lumia 1520, por poner un ejemplo- y que simplemente capturan un segundo de vídeo antes de hacer la foto.

Esas fotos "animadas" se pueden ver perfectamente en el visualizador de fotos nativo de Windows 10 (en PCs y portátiles), y podremos compartirlas con otras plataformas seleccionando enviándolas como vídeo (da esa opción, o la de compartir como foto sin más) al usuario en cuestión vía cualquiera de los métodos disponibles.

El efecto es idéntico al que Apple introdujo en iOS 9 con los iPhone 6s/Plus (esa característica no está soportada en modelos anteriores) y crea un efecto muy curioso en las tomas que recuerda en cierta medida a lo que ocurre con las fotos que aparecen en las películas de 'Harry Potter'. Es una característica muy llamativa, y aun cuando algunos la descartarán rápidamente, puede resultar sorprendentemente divertida en numerosos escenarios: quien tiene niños (es imposible que se queden quietos antes de la foto), por ejemplo, seguro que la apreciará.

La grabación de vídeo es igualmente destacable, con un modo 4K a 30 FPS y también con un modo a cámara lenta de 720p a 120 FPS que ofrecen alternativas ya casi "tradicionales" en el mercado a la grabación 1080p a 60 FPS. La calidad de la imagen es muy buena, y aquí hay un componente que ayuda mucho en esa capacidad: el estabilizador óptico de imagen, que es otro de los puntos destacados de estas cámaras. El audio grabado en dichos vídeos es igualmente notable gracias al sistema de cuatro micrófonos integrado en los móviles y que también se ha heredado de anteriores modelos de la familia Lumia. El resultado son vídeos que tanto en calidad de audio como de imagen son realmente notables.

No todo son ventajas, desde luego. De hecho, hay una gran desventaja en la cámara de estos Lumia. O más bien, en su software: todo tarda. No es algo insoportable ni que deje la experiencia muy perjudicada, pero sí algo que condiciona su uso y que debe ser bien comprendido para saber qué podemos esperar de la función fotográfica de los Lumia 950 XL.

Para empezar, una vez hecha la foto el software de post procesado se activa automáticamente para "agregar los últimos retoques" a la foto. Eso significa que la foto final tendrá unos niveles, exposición y color adecuados, pero también que la previsualización inmediata estará limitada. Podremos ver la foto, sí, pero no ampliarla o borrarla: habrá que esperar unos instantes -alrededor de un segundo- para tener acceso completo al resultado final.

Eso también se aprecia en otros apartados como el enfoque, que es rápido pero no tanto como el de otras cámaras de otros terminales de gama alta, o en el trabajo posterior con las fotos, cuya edición suele llevar algo más de tiempo. De nuevo no es algo que condene la experiencia, pero sí puede ser percibido como un problema de la cámara o del software cuando no lo es.

Aquí la conclusión es obvia: hay otros móviles con cámaras que están claramente orientadas a la foto rápida y a su compartición inmediata en redes sociales, en aplicaciones de mensajería instantánea o en otros medios. La cámara del Lumia 950 XL no es la más adecuada para ese propósito, y de hecho la usabilidad del software es algo más pobre en ese ámbito de compartir con otras personas y redes. Podremos hacerlo, desde luego, pero como veremos en el apartado del software, esa experiencia de uso pierde respecto a la competencia.

Este es por tanto un móvil que está especialmente orientado a quienes pretenden poner algo más de "mimo" a sus fotos realizadas con su móvil. Se acerca más a lo que nos ofrece una DSLR de lo que nos ofrece una compacta de apuntar y disparar. El botón de disparo físico que permite acceder a la cámara rápidamente y que permite esas dos posiciones tradicionales (enfoque y disparo) no hace más que confirmar esa vocación que diferencia esta cámara de las de otros dispositivos.

Mucho nos tememos que eso lo descarta para quienes buscan la foto instantánea de calidad -hay mejores propuestas en ese sentido-, pero para quien quiera contar con la potencia de esos controles manuales y con un post procesado que puede llegar a ser muy potente, este Lumia 950 XL, como su hermano pequeño, es desde luego un smartphone muy a tener en cuenta.

Windows 10 Mobile: verde que te quiero verde

Quienes me hayan leído aquí y allá sabrán que hace mucho que hablo de convergencia en el terreno de la movilidad. Creo que es el camino hacia el que acabarán dirigiéndose muchas propuestas, y por eso estimo que el esfuerzo de Microsoft en este ámbito ha sido titánico, valiente y muy loable.

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Eso, no obstante, no ha sido suficiente. No por el momento, desde luego, porque toda la experiencia de Windows 10 Mobile se ve condenada por molestas esperas y por inconsistencias visuales y funcionales. Todo (o casi todo) parece dar la sensación de estar en beta en este sistema operativo, y en realidad puede que así sea: estos dos terminales son los dos únicos en los que podréis disfrutar de la versión teóricamente final de Windows 10 Mobile. El resto de usuarios con terminales anteriores se iban a poder actualizar antes de que acabase el año, pero en Redmond han decidido retrasar la disponibilidad de Windows 10 Mobile final a principios del año que viene, y a modelos concretos basados en Windows Phone 8 y 8.1.

Lo cierto es que es probablemente el paso más sabio por parte de Microsoft, porque la experiencia actual en los Lumia 950 XL es, como ocurría con la batería, errática. Frente a esa fluidez característica de Windows Phone 8 y 8.1 que de hecho permitía presumir de plataforma moderna incluso en terminales de gama de entrada -recordad el fantástico Lumia 520-, en Windows 10 Mobile ha habido cierta regresión en el rendimiento y la fluidez.

Eso es hasta cierto punto comprensible: nos encontramos ante el que es el sistema operativo más ambicioso de toda la historia de Microsoft. Lo dije en mi análisis de Windows 10 y lo repito ahora. Son demasiados cambios y demasiados elementos los que se deben conjugar para que esta propuesta convergente de Microsoft logre su objetivo, y este es tan solo el principio de ese camino.

Y como suele ocurrir en esos principios, hay muchas pequeñas inconsistencias. Las hay a nivel tanto visual como funcional -en Ars Technica acaban de publicar un extenso análisis sobre todo ello- y eso se traduce en una experiencia de usuario confusa. Incluso la gestión de la multitarea es incómoda, con un gestor de tareas que es poco elegante y menos usable, y que ha sido mucho mejor resuelto en otras plataformas. Pero hay más.

Para empezar, el sistema nos hace esperar continuamente. Esa animación de puntitos que van mostrando que el sistema está "pensando" para completar una tarea aparece demasiado a menudo, como si todo le costara a Windows 10 Mobile. Abrir aplicaciones, guardar un fichero editado, pasar de una tarea a otra... todo hace que tengamos que esperar unos instantes. Como decíamos en el apartado dedicado a la cámara, no son esperas insostenibles o insoportables, pero acostumbrados a la fluidez de Android e iOS -plataformas muy maduras- esos tiempos de espera son notables y transmiten esa sensación de que Windows 10 Mobile está verde. Es simplemente eso.

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Esa inmadurez afecta a otro apartado fundamental, un viejo conocido de los críticos (y no críticos) de Windows en móviles: el catálogo de aplicaciones. Lo que era cierto para Windows Phone 8/8.1 lo es aún más para Windows 10 Mobile, porque para aprovechar esta plataforma en toda su extensión uno esperaría ver muchas y buenas aplicaciones universales. El problema es que apenas hay catálogo en este sentido, y aunque hay anuncios graduales sobre nuevas soluciones en este sentido -Uber mostraba el camino a otras apps universales- la oferta es muy, muy limitada.

Incluso si dejamos a un lado el soporte de Continuum, el catálogo sigue siendo flojo, con muchas ausencias notables que demuestran que grandes y pequeños desarrolladores parecen "pasar" de Windows Phone y de Windows 10 Mobile. Google es un buen ejemplo, y a estas alturas resulta lamentable que no tengamos cliente oficial de YouTube, por ejemplo. En las que sí ofrecen aplicaciones para Windows 10 Mobile el problema es que la calidad de las mismas o las prestaciones suelen ser una sombra de las versiones para iOS y Android. WhatsApp es un buen ejemplo, ya que entre otras cosas antes de enviar un vídeo no es posible contar con ese pequeño editor que WhatsApp sí ofrece en Android o iOS para recortar el tamaño o el clip a la duración deseada.

El problema del catálogo es acuciante, y la situación no es especialmente halagüeña. El proyecto de Microsoft de facilitar la migración de aplicaciones de iOS y Android era interesante, pero no parece que vaya a dar demasiados frutos sobre todo en el caso de Android, donde Project Astoria (Windows Bridge for Android) ha sido detenido ante las dificultades técnicas.

La posibilidad de poder usar aplicaciones Android en Windows 10 con la emulación que planificaba Microsoft era llamativa, pero al final esa era solo una puerta de entrada para que los desarrolladores entendieran que la plataforma -Windows 10 Mobile- valía la pena. Sin embargo a quien tienen que convencer también es a los desarrolladores tradicionales, que deberían adaptar todas sus aplicaciones Windows para que se conviertan en aplicaciones universales. Eso, de momento, no está ocurriendo.

Hay excepciones, por supuesto. Buena parte de las aplicaciones nativas de Microsoft preinstaladas en el dispositivo son universales. La protagonista es sin duda Microsoft Edge, el navegador que es pilar fundamental de la experiencia en este sistema operativo, pero también ocurre con Outlook o la suite ofimática Microsoft Office, que se puede usar por fin para trabajar en documentos como es debido sobre todo si aprovechamos la potencia de Continuum.

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Continuum se merece su propio análisis. Pronto lo tendréis disponible.

Precisamente este es el componente estrella del sistema operativo. Poder convertir el smartphone en un un PC basado en Windows 10 es algo que esperábamos con expectación. El resultado de esa experiencia en la cual el smartphone se convierte en ese equipo de sobremesa merece un análisis aparte, y de hecho estamos trabajando ya en ese estudio en profundidad de Continuum y lo que supone para el futuro de Microsoft y de sus dispositivos móviles. Sí podemos adelantaros que este elemento clave de Windows 10 Mobile tiene el mismo color que el sistema operativo: verde.

En esa experiencia de usuario que ofrece Windows 10 Mobile hay aciertos, desde luego. La interfaz de baldosas animadas es más potente que nunca, Cortana gana enteros y de hecho ya está tratando de demostrar su validez en otras plataformas, y los cambios al sistema de notificaciones, a los accesos rápidos a los parámetros más frecuentes (WiFi, Bluetooth, Configuración) o al propio menú de configuración (mucho más usable y mejor ordenado) son buenas noticias para los usuarios de esta plataforma, pero como en todo lo demás, lo que se nota es que queda mucho camino por recorrer.

Lumia 950 XL, la opinión y nota de Xataka

Lo único que Microsoft parece necesitar ahora es tiempo. Tiempo para pulir el diseño de los futuros dispositivos, tiempo para pulir su sistema operativo y el funcionamiento de Continuum y sobre todo tiempo para que los desarrolladores se convenzan de que la plataforma convergente que ofrece Windows 10 plantea algo diferencial.

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Hoy por hoy no lo hace, y me pesa tener que decirlo, pero los Lumia 950 XL son unos terminales difíciles de recomendar más por esa inmadura propuesta software que por su hardware o incluso su diseño. El potencial es enorme, pero con este terminal los usuarios tendrán que comprender que el estado actual de Windows 10 Mobile pondrá a prueba su tolerancia a problemas y errores y, sobre todo, su aceptación del panorama actual del catálogo de aplicaciones.

Nota de la redacción: en este análisis hay una discrepancia entre el redactor y la dirección editorial de Xataka. Javier planteaba una nota de 6,8, mientras que el equipo de Xataka consideró que, por coherencia con otras evaluaciones de teléfonos, ésta debía ser más alta.

8,0

Diseño7,5
Pantalla 9,5
Rendimiento8,0
Cámara8,5
Software6,5
Autonomía8

A favor

  • La cámara no decepciona si quieres controles manuales
  • Fantástica pantalla AMOLED
  • Carga rápida e inalámbrica, batería reemplazable, ranura microSD
  • Al fin tenemos un terminal con Windows 10 Mobile y Continuum

En contra

  • Al fin tenemos un terminal con Windows 10 Mobile y Continuum (sí, esto lo tenemos a favor y en contra)
  • Diseño nada ambicioso
  • La fluidez del sistema tiene mucho margen de mejora
  • El catálogo de aplicaciones universales vuelve a ser muy corto

El teléfono ha sido cedido para las pruebas por Microsoft. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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