La Nintendo DS, lanzada en 2004, vendió 154 millones de unidades. Sony, que ese mismo año trató de plantar cara con la PSP, vendió 82 millones de aquel modelo. Las consolas portátiles eran un éxito arrollador.
La siguiente década, no obstante, la cosa cambió. Los móviles se llevaron buena parte de la atención, pero lo curioso es que las consolas portátiles vuelven a estar de moda. La culpa la tiene, cómo no, la Steam Deck.
Muertes anunciadas
A principios de la década de 2010 Nintendo y Sony trataron de seguir exprimiendo el jugoso mercado de las consolas portátiles. Nintendo estuvo mucho más acertada con la Nintendo 3DS, que se lanzó en 2011 —otras variantes aparecerían más tarde— y logró vender 76 millones de unidades.
Sony, que lanzó la PS Vita en 2012, no tuvo tanta suerte: la demanda decayó rápidamente por su elevado precio y su limitado catálogo, y la pequeña consola logró llegar tan solo a los 12 millones de unidades.
La evolución del mercado, no obstante, fue clara: el público parecía cada vez más interesado en las plataformas de sobremesa (PC y consolas) y en los videojuegos móviles para Android e iOS. Las consolas portátiles "puras" comenzaban a tener cada vez menor interés, y tanto la industria como los usuarios se fueron alejando del formato.
La PS Vita, por ejemplo, dejó de fabricarse en marzo de 2019, mientras que la familia Nintendo 3DS dejó de ser producida en septiembre de 2020. Ambas reconocían una realidad: los móviles eran suficientemente buenos para la mayoría de usuarios. ¿o quizás no?
La Nintendo Switch enseña el camino (otra vez)
En realidad los usuarios seguían interesados en poder jugar con una consola de pequeño formato. El móvil estaba bien en muchos ámbitos, sí, pero había ciertas limitaciones y una de ellas era el catálogo disponible: a pesar de que este era muy variado tanto en Android como en iOS, había ausencias notables para muchos entusiastas de los videojuegos.
Eso lo supo aprovechar muy bien Nintendo, que pasó por malos tiempos pero logró volver a sacar mucho partido de sus exclusivos. En 2017 lanzó la Nintendo Switch, una consola híbrida que consiguió revolucionar el mercado y lograr que la empresa volviese al buen camino tras el fracaso de la Wii U.
Puede que la Switch fuera más modesta que las Xbox One o las PS4, pero Nintendo nunca quiso competir con ellas en el ámbito técnico: lo que diferenciaba a su consola era una vez más ese exclusivo catálogo que se iba nutriendo de más y más títulos estupendos.
Pero la Switch presumía además de algo sorprendente: poder comportarse como una consola de sobremesa y también como una consola portátil de gran formato. Su pantalla de 6,2 pulgadas (7 pulgadas en la versión OLED) la hacía menos "portátil", pero eso no importaba: la experiencia y prestaciones seguían siendo fantásticas.
Y esa idea de consola híbrida acabó contagiando a un protagonista inesperado. Valve.
Bienvenida, Steam Deck (e imitadoras)
Esta empresa ya había intentado convertirse en referente en el mundo del hardware de videojuegos con sus Steam Machines, pero aquello no cuajó. Es evidente que no se quedaron a gusto, porque en julio de 2021 anunciaron por sorpresa la Steam Deck, una consola portátil que desafiaba todo lo conocido hasta ahora.
La propuesta era sorprendente de principio a fin: aunque estaba ligada a Steam, no cerraba las puertas a otras plataformas como Game Pass, Epic, GOG y desde luego para ese otro apartado con el que muchos le han sacado todo el jugo: la retroemulación.
Dio igual que hubiera problemas de producción o que la demanda superase con mucho a la oferta y eso provocase largas esperas para muchos usuarios: la Steam Deck confirmó muy pronto que era uno de los productos estrella de 2022.
Uno que además potenciaba su versatilidad de formas asombrosas: aunque está basada en Linux es perfectamente instalar Windows 11 en ella, y tanto en uno como en otro caso la consola híbrida va ma´s allá de lo que logró la Switch y se puede comportar como un versátil PC de sobremesa.
Su éxito ha sido tal que ha disparado una pequeña revolución: una en la que diversos fabricantes han lanzado propuestas similares en cuanto a formato y orientación. La AYANeo2, la AYN Loki, la AYANeo Air Plus, la OneXPlayer o la GPD Win 3 son algunas de las opciones relevantes, pero otros grandes fabricantes también se han lanzado a este ámbito.
Es el caso de Logitech con su G Cloud, o de Razer con su Edge. En ambos casos tenemos dos dispositivos que siguen la estela de la Steam Deck con algunas diferencias sensibles, pero que desde luego consolidan el interés por ese formato que parecía cada vez menos relevante.
No solo están esas seguidoras de la Steam Deck: el mercado ha dado también la bienvenida a productos fantásticos como la Evercade EXP o la simpática Playdate que sacan provecho del formato portátil y de nuestra nostalgia. Todas ellas parecen seguir una tendencia clara.
Esa tendencia no es otra que la del retorno de las consolas portátiles. Es cierto que es un retorno tímido: se estima que la Steam Deck lleva algo más de un millón de unidades vendidas, muy lejos de los números de sus predecesoras.
Y aún así, el interés parece evidente, al menos en estos primeros meses. La versatilidad y posibilidades que ofrecen estos productos —sobre todo por poder jugar a juegos AAA "de PC y consolas" en una consola portátil— se han convertido en un argumento muy potente para cada vez más usuarios, y parece que la tendencia va a más.
Imagen: WallpaperCave
Ver 25 comentarios