La Unión Europea mantendrá los motores de combustión. Serán tan raros como los unicornios

La Unión Europea mantendrá los motores de combustión. Serán tan raros como los unicornios
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Desde el pasado 8 de junios muchos medios de comunicación se están centrando en la posibilidad de que los motores de combustión sigan vendiéndose pasado el año 2035. Lo cierto es que la posibilidad existe, sí. Pero las unidades que saldrán a la calle serán mínimas y casi anecdóticas. Los combustibles sintéticos tienen muy complicado su popularización.

De hecho, hace ya más de un mes que el Parlamento Europeo aprobó la propuesta de la Comisión Europea para l2 prohibición de vender vehículos con motores de combustión a partir de 2035 con 339 votos a favor y 249 en contra. Es decir, no podrán comercializarse automóviles con mecánicas híbridas (tampoco enchufables) o eléctricos de autonomía extendida, como propondrá el Mazda MX-30.

Ahora, el Parlamento Europeo necesita negociar con los Estados miembros la resolución definitiva. Algunos de ellos, como Alemania o Italia, están presionando fuertemente para que los motores de combustión se mantengan más allá de esa fecha, siempre y cuando funcionen con combustibles sintéticos que no generen emisiones contaminantes, como se recogió en el texto que finalmente fue aprobado.

El recorrido de esta medida, sin embargo, es muy corto y cabe preguntarse hasta qué punto las intenciones de Alemania e Italia son reales o un brindis al sol, de cara a ganar una buena imagen ante sus ciudadanos y un sector del automóvil muy fuerte en ambos países, donde la cultura del motor está fuertemente arraigada.

Por qué se permite

Una de las primeras excepciones que se consiguieron para votar la norma de la prohibición de los motores de combustión es que estén permitidos para las firmas que produzcan menos de 1.000 unidades de vehículos anuales. Estas compañías son marcas de lujo cuya producción en el grueso del mercado europeo es absolutamente anecdótica, por lo que se ha considerado que su impacto en el medio ambiente es muy limitado.

Sin embargo, Alemania e Italia tienen un problema. Firmas de lujo como Ferrari, Lamborghini o Porsche producen muchas más unidades de este límite y sus productos están estrechamente ligados con los sentimientos románticos que produce un gran motor de combustión. Propulsores que, de hecho, ya han tenido que verse limitados por las continuas normativas (cada vez más estrictas) anticontaminación.

Al contrario que Audi, que anunció que desecha desarrollar sus motores de combustión, BMW aseguró que los seguirán produciendo y Olivier Zipse, su CEO, siempre se ha mostrado contrario a la prohibición de vender vehículos con motores de combustión más allá de 2035.

Porsche también se ha mostrado favorable a la posibilidad de contar con motores de combustión que funcionen con combustibles sintéticos. De hecho, cuentan con su propia planta en Chile para producir y desarrollar este tipo de energía, con la esperanza de que sus motores puedan utilizarlos en un futuro.

Lo cierto es que, para 2035, los coches que utilicen motores de combustión serán como una gota de agua en el océano. Serán caros, exclusivos y verlos será algo completamente anecdótico.

Como un unicornio

Aunque el Parlamento Europeo tiene que salvar el último trámite, los motores de combustión parecen condenados. El camino está tomado y, guste más o menos, con sus ventajas o con sus inconvenientes, las instituciones europeas se han decidido por el coche eléctrico.

Pese a que lo llamativo de la noticia es que los coches con motores de combustión no tienen futuro más allá de 2035, lo cierto es que, para entonces, habrá muy pocos automóviles que cuenten con esta posibilidad entre sus mecánicas.

Las firmas están mirando a un futuro cortoplacista, con anuncios de que serán marcas completamente eléctricas antes de que termine la década. La futura normativa Euro 7 de emisiones tiene mucho que ver con este tema. De hecho, es el motivo principal por el que Audi anunció que dejaría de desarrollar sus motores de combustión para centrarse en la electricidad pura y dura.

Aunque todavía no se han definido los nuevos límites, se espera que la normativa Euro 7 sea mucho más estricta que la actual Euro 6 que, ya de por sí, supone un verdadero dolor de cabeza para los automóviles pequeños no electrificados. De hecho, el límite de emisiones de 95 gr/km de CO2 ha provocado que los fabricantes se centren en los vehículos más pesados, pues así pueden aumentar dicha cifra y reducir las multas a pagar.

La Unión Europea aspira a reducir sus emisiones contaminantes en un 55% en 2030 y el transporte por carretera es esencial para conseguirlo. La normativa Euro 7 es la herramienta más importante para alcanzar estos objetivos. Tanto que, incluso, se quiere limitar las partículas expulsadas por los frenos de los automóviles.

Los nuevos límites obligarán a electrificar (y en gran medida) los vehículos que lleguen al mercado, lo que sólo provocará un aumento de las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables. Por el camino, Volkswagen ya ha anunciado que caerán decenas de modelos de su grupo. Un buen puñado de vehículos no tendrán su homólogo completamente electrificado, pues hacerlo con un coche pequeño ahora mismo es caro y ofrece muy poco rédito económico.

Con los fabricantes centrados en desarrollar automóviles eléctricos a corto plazo, los combustibles sintéticos quedarán relegados a los vehículos más exclusivos, cuyos clientes puedan pagar una tecnología cara que aún está por desarrollar. Porsche ha anunciado hace unos días que el litro costará dos euros, pero todavía tienen que conseguir que funcione sin expulsar emisiones contaminantes, condición indispensable para su comercialización. Desde Transport & Environment elevan esta cifra a los tres y cuatro euros por litro.

Al mismo tiempo, Audi, empresa que apostaba por ellos, tampoco cree ya en su futuro. ¿Tiene sentido que Alemania e Italia presionen para mantener vivos los motores de combustión a partir de 2035? Sí, porque los clientes de Ferrari, Lamborghini o Porsche, podrán seguir pagando sus combustibles hasta entonces. Y también estarán dispuestos a pagar un extra por contar con un propulsor de este tipo, por caro que sea.

Pero los grandes fabricantes, aquellos que viven de vender grandes volúmenes, siguen apostando por el coche eléctrico. Los pasos están dados, las inversiones son ingentes, un buen número de firmas ya han anunciado que no hay vuelta atrás. En Europa, lo queramos o no, se ha presionado por instalar el coche eléctrico. Y se ha conseguido.

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