Reservar sitio en una piscina municipal en Madrid es casi imposible. Así que la gente está yendo al mercado negro

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Un desierto: eso es ahora mismo Madrid. O al menos el exterior. Las calles de la capital se han vaciado por las altas temperaturas registradas y el conocido efecto urbano de isla de calor, uno insoportable que hace que salir a la calle sea una pésima idea. Pero no es algo exclusivo de la capital. El calor aprieta estos días en toda España, con temperaturas que rozan los 40ºC en gran parte de la península. El horno más mortífero lo encontramos en Andalucía, tal y como explicamos en este artículo.

Para los vecinos, quedarse en casa (en caso de tener aire acondicionado) o ir a una piscina son los únicos planes viables ahora mismo. España es un país de piscinas: somos la segunda nación europea que cuenta con más instalaciones de este tipo por detrás de Francia. Pero no todo el mundo puede permitirse una privada.

Para el resto de mortales, relegados a compartir lugar de refresco con persona ajena, las cosas se han puesto cada vez más difíciles.

Conseguir entradas para las piscinas municipales este verano se está convirtiendo en un dolor de cabeza para los ciudadanos. Una verdadera hazaña, según relatan cientos de personas en redes sociales, ya que los tickets para acceder a las infraestructuras públicas se agotan en cuestión de minutos por la alta demanda y la picaresca de algunos grupos.

“15.01 y ya no hay ni una de las 585 entradas de tarde para la piscina de Peñuelas. Teniendo en cuenta que hasta las 15.00 no se pueden comprar, algo no es normal ni regular”, relataba una usuaria de Twitter. Decenas de publicaciones hablan de lo mismo: "La libertad en Madrid es también tener que levantarte a las 8h30 para estar a las 9h en la cola de las taquillas de la piscina municipal del barrio para intentar conseguir una entrada". Otros, hartos de la situación, han colgado carteles en las mismas instalaciones que rezan: “Otro día sin entradas en la piscina municipal”.

En Madrid, el candado de las piscinas públicas cayó de manera anticipada el pasado 13 de mayo por las temperaturas extremas que se registraron esa semana. Hasta 22 instalaciones abrieron sus puertas y ahora mismo las entradas que se venden para todas ellas alcanza la cifra de 18.000 cada día. De todas ellas hay una que destaca por su afluencia: la piscina de Peñuelas, en el barrio de Arganzuela, que, por cierto, tiene 150.000 personas. Es la joya de la corona cuando se trata de querer y no poder.

Aunque la situación es bastante mejor que el distrito centro, que ni siquiera tiene infraestructuras públicas para esta actividad. Volviendo a Peñuelas. Tal y como se relata en este reportaje de eldiario.es, hasta 585 entradas salen a la venta para cada turno. A las 9:00, el primero de mañana. Y a las 15:00, el segundo de tarde. Ni un segundo antes ni un segundo después. El  problema es que pasado un minuto, las entradas ya se han agotado. Y eso sucede prácticamente todos los días: de lunes a domingo.

A la alta demanda se le suma además la complejidad del sistema de compra de entradas online. Primero, la página web del formulario registra caídas constantes por el elevado tráfico de usuarios. Segundo, el portal municipal es muy poco intuitivo. 

Las instituciones también han optado por pegar folios en las puertas de las piscinas con la norma que más cabrea a los vecinos: "El 95% de los tickets se venden de manera telemática a través de una aplicación o de la página de deportes municipal. El 5% restante se reserva para las personas mayores, en taquilla". Eso quiere decir que si alguien quiere ir a una piscina municipal sin haber reservado de manera online lo va a tener difícil, si no imposible.

Grupos de WhatsApp para la compraventa 

Por lo general, la mayoría de usuarios reservan las entradas con 49 horas de antelación, por lo que el jueves ya se ha vendido todo lo del sábado. Y es que la demanda es tal que en algunos barrios se han creado grupos de WhatsApp de compraventa de entradas. Como si de un mercado ilegal se tratara, los afortunados que han conseguido tickets trapichean con ellos a precios más caros de los que les costó originalmente.

En redes sociales denuncian que "un cártel de padres y madres acapara de forma organizada y masiva una gran cantidad de las entradas disponibles para repartirlas entre los amigos a través de los grupos de WhatsApp". Es por ello que piden al consistorio que disminuya el número de entradas que se pueden adquirir por persona, como para en los conciertos. O que los tickets sean unipersonales.

En este reportaje de ABC se detalla cómo funciona este mercado en la sombra de acceso a piscinas municipales. Uno de estos grupos de WhatsApp se llama "Piscina Peñuelas (solo escribir para vender, no para pedir)". Las normas son sencillas: “Los que compraron entradas y no pueden ir. Pueden venderlas aquí, donarlas o intercambiarlas. Cuando uno ofrece la entrada, el interesado debe hablarle por privado y, una vez han pactado la venta, el anunciante borra el mensaje del grupo.

El fenómeno no sólo ocurre en esta piscina en concreto y atiende a la escasez de piscinas públicas en la capital. De hecho, Madrid no ha inaugurado una sola piscina pública desde hace 31 años, siendo la localidad del interior con menos instalaciones de este tipo por habitante. Tiene menos que Zaragoza con cinco veces menos población. Y hasta siete distritos no disponen de ninguna.

En la más grande de toda la ciudad, la de Puerta de Hierro, se están registrando colas de una y dos horas para acceder al recinto, incluso aunque hayan comprado su entrada previamente. La demanda de estas instalaciones municipales ha aumentado notablemente en los últimos años y todas, sin excepción, agotan sus plazas para las sesiones de la tarde.

Imagen: Wikimedia Commons

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