Tener una piscina en España es tener un activo rentable: hay gente ganando 12.000 euros al año alquilándolas en Swimmy

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Llega el verano, llega el calor. Y refrescarse es ahora mismo una de las prioridades número uno de cualquier ciudadano. El problema es que no todo el mundo dispone de una piscina donde darse un baño cuando el sol está pegando fuerte. De esta necesidad nació la plataforma Swimmy, de la que hemos hablado en Xataka en detalle, y que funciona como una especie de Airbnb donde se pueden alquilar piscinas privadas de otros particulares.

Un negocio que ya está brindando a los propietarios de piscinas ingresos de hasta 12.000 euros por temporada. Sí, tener una piscina se ha convertido en una gran inversión.

¿De qué estamos hablando? "La felicidad se comparte. Aquí puedes alquilar una piscina privada por toda España": reza la página web de Swimmy, una plataforma de alquiler que permite disfrutar de una piscina ajena a cambio de una tarifa. La empresa nació en Francia, el país que más piscinas privadas tiene de toda Europa (1,7 millones). Y hace un par de años llegó a España, el segundo país de Europa con más piscinas (1,2 millones). No es una casualidad, claro.

"La mayoría de los alquileres se firman para bodas, bautizos, comuniones, e incluso para reuniones de trabajo" explica en este artículo de El Español la directora de comunicación de Swimmy España, Estefanía Leyva. Ahora mismo hay un total de 8.000 piscinas disponibles en la plataforma. Y 1.000 de ellas están en nuestro país.

¿Cómo funciona? Es muy sencillo. Y si estás familiarizado con Airbnb, funciona prácticamente igual. Los propietarios ofrecen sus piscinas e instalaciones circundantes a cambio de un precio a fijar con el cliente y por un tiempo establecido. También se puede incluir lo que haya junto a ella, como puede ser una barbacoa, tumbonas, pistas de tenis o zonas de fiesta.

Basta con registrarse y solicitar la que más te guste, indicar el tiempo que se planea estar y pactar con el propietario las condiciones. La media de precio son 6 euros por persona por hora de alquiler.

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Hasta 12.000 euros por temporada. Seis euros por persona puede no parecer gran cosa, pero si tenemos en cuenta que hay gente reservado su piscina a todas horas y todos los días, nos da una cifra mucho más abultada. Tanto, que hay gente que ya ha hecho de sus piscina un sobresueldo, con facturaciones que rozan los 12.000 euros por una sola temporada. En este reportaje de El Nacional, el vecino Lluís Villarejo, propietario de una piscina en Barcelona, explica que esta es la tercera temporada que alquilan la piscina y por ella ya han pasado más de 1.000 personas: "Empezamos la temporada de verano el mes de junio y se acostumbra a alargar hasta el mes de septiembre. Hay semanas que tenemos reservas todos los días. Nosotros tenemos una hipoteca y nos ayuda a pagar cuotas".

En este otro artículo de El Español, otro usuario de Ávila comenta que tiene dos piscinas disponibles en la plataforma y que la primera de ellas, de tan solo 8x4 metros (y que incluye una barbacoa, una mesa para comer y un parque para niños), la alquila una tarde por alrededor de 300-350 euros para un grupo de 12 personas. Su otra piscina cubierta con solarium, terraza y mesa redonda para tomar algo, la alquila por el mismo precio.

¿Cómo se regula este alquiler? Aunque la plataforma nos recuerde mucho a Airbnb, la regulación es diferente a la de un piso turístico. En este caso, no se considera como una actividad comercial, sino como una economía colaborativa y en la mayoría de casos no se redacta un contrato. Swimmy incluso se define en su web como un "servicio de publicación y consulta de anuncios en Internet entre particulares", como si de un "Milanuncios" se tratara. En este caso, ellos no se encargan de gestionar el alquiler de la piscina y sólo ponen en contacto a las dos partes para que entre ellas establezcan un acuerdo.

Los problemas. Y es precisamente esa falta de regulación la que está originando problemas relacionados con este tipo de plataformas en otros países. En este artículo de The Washington Post se comenta que estas modalidades de alquiler, que en el país estadounidense llegan por parte de una empresa similar llamada Swimply, han dado lugar a conflictos vecinales y denuncias por los malos usos que se puedan dar de las instalaciones. La mayoría de casos suelen ocurrir por fiestas o eventos que ocasionan molestias a otros propietarios cercanos.

Imágenes: Unsplash | Swimmy

En Xataka | Francia llevaba años buscando piscinas privadas no declaradas. Hasta que se topó con la inteligencia artificial

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