El sector de las telecomunicaciones, y especialmente todo lo que afecta a los operadores, está muy regulado. Ya no es solo que hablemos de un sector fundamental para la vida cotidiana y la sociedad de esta época, es que tanto por parte de la CNMC española como de por las correspondientes instancias europeas siempre han velado por lo mismo: el mantenimiento del nivel de competencia. De hecho, son tan estrictos que ya han logrado abortar más de una operación de compra o fusión de operadores intrapaís.
Y tras años en los que teníamos una regulación del sector de la Banda Ancha totalmente anticuada, el regulador español por fin ha aprobado una nueva regulación, que obliga a Movistar a abrir su red de fibra a sus competidores en toda España, salvo en ciudades con al menos otros dos despliegues de fibra o cable. Con ello nos quedan varias preguntas en el aire: ¿a quién beneficia esta nueva regulación? ¿Hay perjudicados además de la propia Movistar?
¿Qué dicta exactamente la nueva regulación?
Yendo al detalle de la resolución, la CNMC ha establecido dos zonas geográficas que se diferencian por la presencia de otras redes fijas de nueva generación (fibra y cable). La zona competitiva es aquella comprendida por las poblaciones en las que hay al menos tres operadores con fibra y/o cable en un mínimo del 20% de los hogares, mientras que el resto de ciudades pertenecen a la zona no competitiva.
En la zona competitiva, comprendida por 66 poblaciones que abarcan al 35% de la población española, la fibra de Movistar seguirá siendo de uso exclusivo de Movistar, pero no así en la zona no competitiva. En esa zona Movistar tendrá que dar acceso a sus rivales a su red de fibra de manera virtual mediante NEBA, una oferta mayorista en la que pagan por el caudal y el tráfico, a su elección.
La gran diferencia respecto a la anterior regulación no es la apertura de la fibra, ya que antes ya podía acceder a ella cualquier operador, si no que se elimina el límite de 30 Mbps de descarga que podían dar los operadores alternativos hasta ahora. Dicho límite dejó de tener sentido hace mucho tiempo y unido a que Movistar se aprovechaba lanzando conexiones más rápidas sus rivales apenas han usado hasta ahora NEBA.
Eso sí, hay dos importantes matices a tener en cuenta en esta nueva regulación. Por un lado Movistar tiene un plazo de 18 meses para publicar su oferta mayorista, lo que le da tiempo a seguir consiguiendo clientes de fibra, que posteriormente podrán pasar a otro operador, pero ya estarán entre sus filas al menos. El otro es el precio de ese acceso mayorista.
Será responsabilidad de Movistar fijar ese precio, aunque la CNMC hará sus cuentas para estimar si es el adecuado para que los Vodafone, Orange y demás competencia puedan replicar la oferta de su rival. El problema puede venir por la tolerancia que aplique el regulador, ya que a un precio alto puede que ningún operador esté, de nuevo, interesado en acceder a la fibra de Movistar.
Movistar contra todos
A la espera de conocer la resolución al completo y la posición de Movistar respecto a ella, nos podemos hacer una idea de cómo quedarán los bandos: el principal implicado en contra de la nueva normativa y todo el resto a favor. Así ocurrió cuando se publicó el borrador allá por octubre, cuando Movistar ya puso en entredicho el futuro de su despliegue de fibra (que quería llegar a casi toda España en 2020) y sus rivales se felicitaban, sin exagerar tampoco.
Al lado de Movistar solo vimos en aquella ocasión a los sindicatos, que criticaron que la apertura de la fibra del ex-monopolio supondría una reducción de la inversión y por tanto del empleo tanto de Movistar, al carecer del incentivo de una red de uso exclusivo, como de sus rivales, que no necesitan invertir en zonas donde Movistar ya tenga su fibra, aunque éstos últimos aseguraron que mantendría su ritmo inversor y planes de despliegue.
¿Qué implicaciones tiene para los usuarios?
Ya hemos conocido las posturas de los distintos implicados, el detalle de los cambios que supone esta nueva regulación... Pero realmente lo que nos interesa es en qué nos va a afectar a los usuarios de a pie la nueva regulación. Y nos afectará mucho, desde luego.
Las zonas en las que haya fibra desplegada la competencia, si el precio de acceso mayorista es interesante, aumentará. Al poder acceder todo el que quiera a la fibra de Movistar, veremos más ofertas, ya no solo de grandes operadores que todos conocemos, también de operadores locales o incluso nuevos invitados al sector. Y más competencia se supone que se traduce en una bajada de precios, que no vendría mal tras las subidas que estamos viendo últimamente.
Pero en cambio, hay un importante riesgo para quien todavía no tenga ninguna red de fibra a mano: que tarde mucho en tenerla. Para Movistar la nueva regulación es un desincentivo a seguir tirando fibra, porque al fin al cabo es una red que se ha pagado de su bolsillo como empresa privada. Si Movistar no lleva su fibra y el resto de operadores no están interesados en zonas no rentables para ellos (aunque se han comprometido a seguir con sus planes) habrá quienes tarden años en ver la fibra. Por supuesto que también puede ser una mala noticia para empleo, sobre todo para los trabajadores de empresas instaladoras.
Decir que caminamos hacia una España a dos velocidades no es del todo correcto, ya vivimos en ella
Ahora, hay que puntualizar que decir que caminamos a la España de dos velocidades, expresión muy usada estos días, no es del todo correcto, ya vivimos en un país a dos velocidades. Los que habitamos en grandes núcleos urbanos nos damos cuenta al alejarnos de ellos de que la fibra o incluso el ADSL decente enseguida desaparecen. ¿Qué puede pasar que esa brecha se ahonde más todavía? Cierto, pero la brecha ya existía.
Por tanto, parece que la nueva regulación nos trae una de cal y otra de arena. Por el lado del aumento de la competencia es bueno pero no parece que vaya incentivar demasiado los despliegues, al menos los de Movistar. Es pronto para sacar conclusiones también, porque el precio de acceso mayorista es primordial, pero ya podemos ir haciéndonos a la idea de qué va a ocurrir en el futuro más próximo.
Foto de portada | Flickr
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