Tesla se encuentra en una situación que nunca ha vivido. Y la está afrontando como juró no hacerlo

Tesla se encuentra en una situación que nunca ha vivido. Y la está afrontando como juró no hacerlo
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El último trimestre del año se está complicando para Tesla. La compañía de coches eléctricos estaba segura de que podría acercarse (y mucho) al medio millón de unidades entregadas en el último trimestre de 2022. Pero, los últimos movimientos señalan que lucha desesperadamente por cumplir los objetivos. La solución: contradecirse.

Un crecimiento desmedido. El ritmo de producción de Tesla y sus entregas se ha disparado en poco más de un año. El funcionamiento de Giga Berlín, junto a una de sus máquinas más avanzadas, y Giga Texas se ha dejado notar en las cuentas de entregas y producción de la compañía.

El año pasado, Tesla fabricó 930.442 coches y entregó unas seis mil unidades más. A finales del anterior trimestre ya había, prácticamente, igualado esa cifra (cerró con 929.910 coches producidos). Para hacernos una mejor idea, Tesla produjo 180.338 unidades y entregó 182.780 vehículos en el primer trimestre de 2021.

500.000 vehículos. En el tercer trimestre de 2022, la compañía de vehículos eléctricos entregó 343.830 unidades. Un crecimiento del 188% en apenas año y medio. Pero el objetivo de Tesla era aún más ambicioso: entregar medio millón de unidades en el último trimestre de 2022 y situarse en 1,59 millones de unidades entregadas en el acumulado de los tres primeros trimestres de 2023.

Unas cifras que ahora están en entredicho. Pese a que el crecimiento de Tesla deslumbra, ya en el tercer trimestre se quedó unas 15.000 unidades por debajo de lo que esperaban de ella algunos analistas. Los últimos movimientos de Tesla en el mercado estadounidense parecen avanzar que, si bien la compañía alcanzará un nuevo récord de entregas o se quedará muy cerca, no conseguirá los números esperados.

Hasta 7.500 dólares de descuento. Apenas han pasado unos días desde que Tesla ofreciera unos descuentos de 3.750 dólares en la compra de sus coches. El movimiento sorprendía porque, hasta ahora, Tesla no conseguía cubrir toda la demanda que existía en el mercado. De hecho, en España las colas eran tan largas que se pagaban hasta 11.000 euros por saltársela.

Sin embargo, ahora sabemos que Tesla ya está ofreciendo descuentos que alcanzan los 7.500 dólares. Una decisión que confirma lo que ya adelantaban algunos analistas: la demanda de vehículos Tesla está en retroceso. El problema parece ser los largos tiempos de espera, que están provocando numerosas cancelaciones.

Una medida desesperada. La decisión de hacer agresivos descuentos es una novedad en la compañía y una decisión que Elon Musk ha rechazado en otros momentos económicos complicados. En 2016, con el sector del automóvil haciendo los mayores descuentos desde los años de la crisis de 2008, el creador de Tesla insistió en la importancia de mantener sus precios de venta y no caer en descuentos para alcanzar las cifras de ventas.

Entonces los analistas ya apuntaban a que la demanda de vehículos de 100.000 dólares no era ilimitada y que la compañía tendría que entrar en este juego si quería seguir creciendo. Seis años después, Elon Musk se enfrenta a las mismas dudas de entonces pero, eso sí, tiene en su espalda que ganó aquella batalla. En 2016, las entregas trimestrales apenas eran de unos 20.000 coches y, a pesar de todo, eran un 90% mayores que el año anterior. Hoy entrega 171 veces esa cantidad.

Recesión o cadena de suministro. La duda es si Tesla enfrenta una caída en la demanda de vehículos como consecuencia de la rotura en la cadena de suministro o afronta un retroceso en la demanda de sus (algunos muy caros) vehículos. Elon Musk apuntó hace tiempo a este problema para justificar los retrasos de sus dos modelos más esperados.

En Reuters, sin embargo, apuntan a que los atisbos de recesión y los altos tipos de interés está desplomando la compra y demanda de vehículos en Estados Unidos y Tesla no sería una excepción a la regla. Desde Subaru, sin embargo, no lo ven del mismo modo y aseguran que, aunque la demanda caiga, esto no debería afectar a las entregas, pues sólo se reduce el exceso de la misma que hay sobre la producción.

Foto | Manny Becerra

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