El control de crucero para los coches se inventó en 1945. Por un sencillo motivo: su inventor era ciego

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El control de crucero está cada vez más extendido entre los vehículos nuevos. De hecho, todos aquellos que se homologan en la Unión Europea tienen la obligación de contar con un sistema de control inteligente de la velocidad (ISA), siendo el más habitual el control de crucero. Son los conocidos como sistemas ADAS de ayuda a la conducción.

En el mercado es posible encontrar sistemas más o menos avanzados que dependen de sensores, cámaras y un potente software que controla todo el arsenal tecnológico que tiene a mano. Uno de los mejores ejemplos es el Autopilot. El sistema de Tesla es una de sus funcionalidades más controvertidas pero, como te contamos en nuestra prueba del Tesla Model Y, también uno de los más avanzados.

Pero la palabra Autopilot ya fue utilizada antes. Mucho antes. Porque el control de crucero no es una invención moderna. De hecho, lleva inventado casi 80 años. Lo consiguió patentar Ralph Teetor y esta es su historia.

Un sistema con casi 80 años de historia

Ralph Teetor fue uno de los grandes nombres de la industria automovilística en el Siglo XX. Entre sus inventos, uno destaca por encima de todos: el control de crucero. Un sistema que recibió varios nombres en sus primeros compases.

Tras patentarlo en 1945, Chrysler lo incluyó como una función de lujo en su Imperial ya en 1958 bajo el nombre de Auto Pilot. El sistema era sencillo: se pisaba el acelerador hasta la velocidad deseada, se pulsaba un botón y, al levantar el pie del pedal, el vehículo mantenía constante su velocidad.

Es decir, El Chrysler Imperial montaba en 1958 lo que hoy conocemos como "control de crucero". De hecho, si hoy se llama así no es casualidad. Con el paso del tiempo, Chrysler abandonó la denominación Auto Pilot y optó por la cercana Cruisse Control. Sí, su traducción literal es el denominado como "control de crucero".

Pero lo llamativo de la historia no es que el control de crucero se patentara hace casi ochenta años. Lo más llamativo es que Ralph Teetor fuera su inventor. ¿Por qué?

Chrysler 1958 Auto Pilot Brochure 03 Anuncio de Chrysler explicando el funcionamiento del Auto Pilot

Herido a los cinco años

Mucho antes, Ralph Teetor nacía en 1890 bajo el paraguas de una familia en la que ya se contaba con la pasión por la mecánica. Charles N. Teetor, su tío, fue el inventor de un vehículo para inspeccionar las vías ferroviarias y la familia contaba con la Teetor-Hartley Motor Company, una empresa que tenía su propia división de motor.

Para las opciones de la época, todo podría haber sido bastante sencillo para Ralph Teetor. Sin embargo, con cinco años, el futuro inventor se lastimó un ojo con un cuchillo. Como consecuencia, sufrió de Oftalmía simpática y Teetor pronto se quedó ciego de los dos ojos.

Sin embargo, esto no amilanó al pequeño de la familia. Como si nada hubiera ocurrido, a los 22 años se graduó con una licenciatura en mecánica y rápidamente empezó a trabajar en la compañía familiar hasta que en 1918 cerró su división de motor. A partir de entonces, Teetor empezó a producir inventos, basándose en algunos de ellos en su hiperdesarrollado sentido del tacto.

Durante la Primera Guerra Mundial trabajó codo con codo con la New York Shipbuilding Corporation donde fue muy valorado para equilibrar los rotores de turbinas de vapor utilizados en los destructores de torpedos de la Marina estadounidense. Además, más allá de su invento más famoso, desarrolló también su propia cortadora de césped y un sistema de bloqueo y soporte para cañas de pescar.

Pero donde brilló por encima de todo Ralph Teetor fue en el desarrollo del control de crucero. La idea se fue formando en su cabeza tras sufrir como pasajero la conducción de Harry Lindsay, el abogado de la familia. El problema era que Lindsay desaceleraba inconscientemente cada vez que entraba de lleno en una de las conversaciones del coche.

Cansado de las continuas aceleraciones y desaceleraciones, Teetor decidió que tenía que inventar un sistema que mantuviera la velocidad del vehículo de manera continuada. Así no se reproducirían los incómodos cambios de velocidad.

Como resultado, en 1945 patentó el sistema que más tarde llevaría Chrysler a la calle. Entonces, sus coches comenzaron a montar como opción de lujo una versión capaz de mantener la velocidad por sí mismos. De forma resumida, un botón activaba el sistema, que contaba con un motor eléctrico bidireccional que hacía de acelerador. Éste estaba conectado a un poste flotante que exigía más o menos esfuerzo al acelerador con su movimiento, en función de la velocidad del vehículo.

Mucho después, en 1982, Teetor murió reconocido como uno de los grandes inventores del sector en el Siglo XX y desde 1988 forma parte del Salón de la Fama del Automóvil, en Michigan.

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Foto | Matthew Henry

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