Almussafes será clave en el coche eléctrico de Ford. Y sus trabajadores lo miran cada vez con más desconfianza

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Era junio de 2022 y Ford daba una buena noticia a sus empleados de Valencia: la planta de Almussafes se mantendría viva. Era una cuestión realmente importante pues la compañía llevaba tiempo avisando de que planeaba una importante reestructuración en Europa.

Antes, en febrero de 2022, Volkswagen ya había confirmado que instalaría una fábrica de baterías en Sagunto, muy cerca de la factoría de la firma estadounidense. La noticia era un buen respaldo para los trabajadores de Ford, ya que la empresa tiene un acuerdo con Volkswagen para compartir la plataforma de estos últimos en algunos de sus lanzamientos.

El futuro de Ford, por tanto, pasa por vehículos compartidos en gran parte con Volkswagen, cuyas plataformas eléctricas no pasan por el mejor momento, y algunos automóviles propios que será donde pongan toda la carne en el asador. Con Volkswagen, se irá a volumen. Sin los germanos, se apostará por modelos más caros, grandes y exclusivos.

A pesar de aquella primera noticia de junio de 2022, las dudas sobre la presencia de Ford en Europa han ido creciendo. En enero de este año supimos que la compañía quería despedir a 3.200 empleados en nuestro continente. De ellos, 2.500 serían trabajadores de las fábricas y 700 empleados corresponderían a labores administrativas.

Los despidos se centrarían, sobre todo, en Alemania, donde Ford tiene plantas en Colonia y Saarlouis. Parte de ese trabajo, además, se repondrían en Estados Unidos, donde los incentivos para la producción de coches eléctricos y la industria auxiliar está atrayendo grandes inversiones. Con todo, Valencia también estaba en el punto de mira.

En abril de este año, Ford y UGT (sindicato mayoritario de la planta de Almussafes) llegaron a un acuerdo: la plantilla se recortaría en un 19%. Un enorme bocado que, al menos, ofrecía interesantes incentivos de carácter voluntario para quien estuviera dispuesto a salir de la empresa. Desde entonces, poco se ha movido.

En vilo

Desde entonces, los meses han pasado y sobre el futuro de Almussafes sigue pesando una intensa neblina. Tanto que los sindicatos han lanzado un mensaje de advertencia a la compañía: sin un plan transparente por delante, no habrá más acuerdos.

Según informan medios locales como Valencia Plaza o Levante, el comité de empresa ha exigido a la compañía que sean claros y expongan qué se pretende fabricar en Almussafes. "El tiempo apremia y ya no será posible ningún otro tipo de acuerdo, mientras no se resuelva: qué modelos se van a fabricar, cuándo se van a llevar a cabo las inversiones necesarias para fabricarlos y cómo vamos a afrontar esa transición hasta llegar al día del lanzamiento del primer vehículo eléctrico", aseguran en los diarios que UGT ha trasladado a la empresa.

La fabricación del primer coche eléctrico en Almussafes ya apunta a 2027. Y la hoja de ruta sigue siendo difusa

Los sindicatos aseguran que el proyecto de ensamblar un coche eléctrico se está retrasando y que ya no será posible que sus productos lleguen a la calle antes de 2027. Al mismo tiempo, se han perdido los Ford Mondeo, S-MAX y Galaxy, lo que ha reducido los turnos de trabajo y ha terminado por impulsar los despidos.

A falta de nuevos anuncios, hoy mismo, seis de septiembre, La Tribuna de automoción cuenta que Ford se ha adjudicado, junto a Basquevolt, las primeras ayudas de la segunda ola del Perte VEC. En ellas, la compañía estadounidense ha recibido un apoyo de 37,6 millones de euros para construir una fábrica de ensamblaje de baterías en tierras valencianas. El presupuesto inicial para esta planta supera los 100 millones de euros.

La adjudicación llega, por tanto, en un momento de relaciones tensas entre sindicatos y patronal. En el primer Perte VEC, Ford renunció a la concesión de 106,3 millones de euros porque sus planes de electrificación para Almussafes se habían retrasado y superarían el límite máximo para cumplir la exigencia de que las inversiones y gastos se realizaran antes del 30 de junio de 2025.

En La Tribuna de automoción destacan que además de esta adjudicación, Ford también ha solicitado una segunda línea de ayudas, con inversiones más altas que ésta con la intención de implantar una nueva arquitectura en la producción de automóviles.

La preocupación entre los trabajadores está bien motivada. En primer lugar, el Ford eléctrico que debe ensamblarse en Almussafes apuntaba, en principio, al segundo semestre de 2025 para dar el pistoletazo de salida a su producción. Un proyecto que ya apunta a 2027. Tras este primer coche, la difusa hoja de ruta apunta a introducir otro modelo más en las líneas de montaje unos meses más tarde. De momento, el nuevo Ford Explorer eléctrico se montará en Colonia.

Y, en segundo lugar, porque la producción del coche eléctrico apunta a una mayor automatización de las tareas, siendo el eslabón más débil el "aprieta tornillos", como señalaba Iñaki Andrés, responsable territorial de UGT en Álava y delegado sindical en la planta que Mercedes tiene allí, en una entrevista a El Correo.

La industria ha dejado claro que camina hacia más despidos de trabajadores. Tesla ha marcado el camino con una automatización muy alta de sus procesos y una producción rapidísima de sus coches eléctricos. Un modelo que el resto de firmas aspiran a copiar. Además, compañías como Stellantis llevan tiempo advirtiendo de lo caro que es producir en Occidente y avisan de que no podremos producir los propios coches que compramos, pues los costes serían demasiado altos.

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Foto | Ford

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