Otra consecuencia energética del coronavirus: el consumo de carbón se ha desplomado

Otra consecuencia energética del coronavirus: el consumo de carbón se ha desplomado
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¿Qué quedará en pie del mundo que conocíamos antes de la pandemia? Tras cuatro meses hundidos en la mayor crisis sanitaria del siglo XXI, parece una pregunta pertinente. Multitud de sectores se están viniendo abajo. Muy en especial el energético. Al petróleo, en mínimos históricos fruto de una colisión de factores, le ha seguido el carbón.

Qué sucede. Según la IEA, la demanda de carbón para quemar electricidad ha caído un 8% a nivel global a causa de la pandemia. En China, su mayor consumidor, el descenso no supera el 5%. Pero en Europa y Estados Unidos el porcentaje se eleva al 20% y al 25% respectivamente. Un hundimiento que coloca la demanda de carbón a niveles jamás vistos, por lo escaso, desde la Segunda Guerra Mundial.

¿Por qué? En gran medida, por el mismo motivo que el petróleo: las medidas de confinamiento han hecho que la generación de electricidad caiga, y que muchos gobiernos se desprendan de una fuente de energía ya en el disparadero por su elevado impacto medioambiental. Austria y Suecia han cerrado sus plantas térmicas. Albania, Bélgica, Estonia y Letonia también se han sumado.

Son países pequeños. Pero otros más grandes, como Reino Unido, llevan 20 días sin quemar carbón. En Alemania la situación es más compleja.

Panorama. ¿Cómo se recuperará el mercado? Es difícil hacer predicciones. Faith Birol, director ejecutivo de la IEA, opina lo siguiente: "Sólo las renovables se están manteniendo (...) Es pronto para determinar el impacto a largo plazo. Pero la industria energética que emerja de esta crisis será significativamente distinta a la anterior". Las renovables cubren ya el 30% de la demanda eléctrica internacional.

Cifras. En términos medioambientales, el impacto será significativo. La agencia calcula que las emisiones de CO2 se reducirán un 8% a lo largo de este año (seis veces más que tras la crisis financiera de 2008). La demanda de petróleo podría cerrar el curso un 9% por debajo. En total, el mundo podría consumir un 6% menos de energía. Ahora mismo, los países confinados han reducido su demanda un 25%.

Renovables. Algo sí es evidente: los combustibles fósiles se están viendo más perjudicados que las renovables. Además del petróleo y el carbón, el gas natural y la energía nuclear han reducido su producción en torno al 5%. Las renovables, sin embargo, han visto cómo su demanda aumentaba. ¿Caminamos hacia un nuevo estándar a la vuelta de la epidemia?

Imagen: Marcin Jozwiak/Unsplash

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