Abril ha sido un mes pésimo para Bolt, una de las startups más famosas del sector de "paga en un solo click", que facilitan al máximo las compras por su rapidez y también por su inmediatez: reducen la espera entre la decisión de una compra y el momento de su pago. Tan pronto se descubre un producto, se facilita soltar el dinero que cuesta, algo que presumiblemente puede disparar las compras impulsivas. Además, el proceso del pago venía con una protección contra el fraude y otras medidas que le valieron ir despertando el interés de multitud de empresas e inversores, y así lograr rondas de financiación por valor de 1.300 millones de dólares y ser ella quien comprase a otras empresas para ir creciendo.
Sin embargo, Bolt ha sido denunciada por "su mayor cliente", Authentic Brands Group, según Bloomberg, por no entregar la tecnología que le había prometido y que le había costado m´ás de 150 millones de dólares en ventas durante la integración con Forever 21, una vendedora de moda. Authentic Brands Group (ABG) posee Forever 21 y otras decenas de marcas de ropa. Solo esa y Lucky Brands llegaron a tener integrada la tecnología prometida.
Y no solo Bolt
Junto a la denuncia por esa tecnología no entregada que derivó en un agujero financiero para las arcas de la compañía llegó también una acusación por haber logrado rondas de financiación a valoraciones cada vez superiores... a costa de difundir sus integraciones de forma que pareciese que tenían un número de clientes muy superior al que tenían realmente.
La última ronda de financiación de la empresa, una serie E, supuso 355 millones de dólares por algo más de un 3% del accionariado, algo que situaba a Bolt con una valoración de 11.000 millones de dólares. Para poner la cifra en contexto, es una valoración similar a la que tienen empresas cotizadas como Domino's Pizza, Hasbro, Puma, Siemens Gamesa o Lyft.
Su CEO, que abandonó la empresa a principios de año, dijo en una entrevista ese mismo mes que Bolt había logrado multitud de acuerdos importantísimos que generarían "miles de millones" en ingresos. No hay rastro de estos acuerdos ya empezado mayo. Bolt también usó marcas de ABG para promocionarlas como casos de éxito de la integración de su tecnología, pese a que la integración no se había realizado aún. En algún caso, usaba marcas que ni siquiera formaban parte del porfolio de ABG todavía, como Reebok.
La denuncia es especialmente preocupante porque el modelo de negocio de Bolt se basa en el volumen, requiere una alta cantidad de usuarios para poder aspirar a la rentabilidad. Algunos vieron venir este panorama antes de que se hiciese pública esta denuncia:
A estas turbulencias para Bolt le precedió el incidente final para Fast, otra startup de su mismo sector que anunció a primeros de abril su cierre definitivo. Las causas: recaudar 120 millones de dólares y solo ser capaz de alcanzar los 600.000 de facturación en 2021, muy por debajo de las expectativas, sin mucho margen ni para crecer ni para lograr más financiación. Entre sus inversores estaba la misma Stripe.
Hay más casos de fintech con las alarmas encendidas. No tienen por qué ser severas ni catastrofistas, pero sí son malos indicadores. Por ejemplo, Coinbase, que ha perdido el 60% de su valor en bolsa en un año. SoFi Technologies, otra fintech orientada a las finanzas personales, ha perdido un 40% de su valor desde su salida a bolsa... y un 75% desde máximos históricos hace poco más de un año. Robinhood, un 71% y un 81% respectivamente, y hace solo unos días anunció despidos para el 9% de su plantilla.
Cierto es que no es un gran año para los valores bursátiles, pero la caída del SP500 desde máximos no llega al 15%, la corrección está especialmente severa con este sector, quizás proveniente de un optimismo excesivo por parte del capital riesgo, sobre todo en el segmento de los pagos en un click.
En este duro mes para el sector, especialmente para Fast y Bolt, otra startup del mismo gremio ha aprovechado para desmarcarse y lograr financiación pese a las adversidades: Volume. De origen británico, ha recaudado 2,4 millones de dólares para implementar, nuevamente, su propuesta de pago en un click, compatible con cualquier banco del mundo. La idea, facilitar al máximo el pago en cualquier rincón de cualquier aplicación para cualquier país, algo que Amazon sublimó con maestría y que tiene a un sector entero buscando la mejor forma de replicarlo.
Volume, como su nombre sugiere y como les ocurría a Fast y Bolt, requiere de un alto volumen de clientes para poder cubrir gastos e ir alcanzando los números negros. Al fin y al cabo, la comisión de cada transacción es de un porcentaje exiguo. El tiempo dirá si su fórmula triunfa frente a unas gigantes como PayPal y Shopify que también están lanzando sus propias propuestas en este sentido.
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