Hollywood afronta una huelga de 160.000 actores sesenta años después. Es algo para lo que no está preparado

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Que se de una huelga en Hollywood es algo bastante inusual. Que se den dos a la vez es algo prácticamente inaudito. Mientras los guionistas llegan a su décima semana de protestas, una segunda huelga amenaza Hollywood: la de actores. En busca de salarios más altos, regalías, y medidas de protección contra el streaming y la inteligencia artificial, más de 160.000 actores de EEUU podrían cesar sus actividades a partir de esta noche.

Si los actores se declaran en huelga, sería la primera vez en 63 años que tanto los actores como los guionistas dejen de trabajar al mismo tiempo por una disputa contractual. Y eso supondría un caos para Hollywood y una industria que genera 186.000 millones de dólares.

A la huelga. Si SAG-AFTRA, el sindicato que reúne a actores y artistas de radio y televisión de EEUU no llega a un acuerdo antes de esta medianoche, se paralizaría la industria del cine y la televisión por completo. A las decenas de producciones que ya se han detenido desde que los guionistas marcharon a la huelga, como fueron Stranger Things, Billions o Marvel's Blade, ahora habría que sumar cientos de retrasos e incluso series y películas que podrían ser canceladas indefinidamente.

La huelga llama a las puertas de Hollywood y es "inevitable", afirma el sindicato. Se trata de un movimiento apoyado no sólo por intérpretes amateur, sino también por la mayoría de estrellas del cine de la talla de Meryl Streep, Mark Ruffalo, Jennifer Lawrence o Quinta Brunson, que han firmado una carta mostrando su apoyo.

¿Qué puede pasar? El gremio ya se ha reunido con publicistas y agentes de entretenimiento para hacer un balance de cómo les afectará a ellos y a sus clientes. El resumen es que, además de tener que alejarse de las producciones de cine y televisión de todo el mundo, a los actores en huelga se les prohibiría hacer publicidad, incluidas entrevistas, sesiones de fotos, estrenos y material para redes sociales sobre proyectos. Eso quiere decir que 160.000 actores dejarían de la noche a la mañana de rodar películas, series y anuncios, no harían promociones ni irían a eventos como la Comic-Con. Probablemente también sería una bala para los premios Emmy, programados para septiembre.

Para el público se traduce en que es posible que las series que están siguiendo sean canceladas temporalmente o indefinidamente y que lo que se encuentren próximamente tanto en televisión como en algunos catálogos de streaming sean reposiciones y material cinematográfico antiguo.

El impacto económico. Sería catastrófico. Si Hollywood ya estaba de capa caída desde que los guionistas se declararon en huelga el 2 de mayo, el parón de los actores significaría un revés importante para las economías locales de Los Ángeles y otros lugares de filmación como Atlanta y la ciudad de Nueva York. En la última huelga de guionistas hace 15 años, la economía de Los Ángeles perdió aproximadamente 2.000 millones de dólares. Y tener dos sindicatos protestando en las principales calles de EEUU reforzaría un movimiento laboral general,  furioso con sus condiciones en medio de una situación de precariedad y alta inflación.

¿Qué reclaman? Sus peticiones son muchas y muy variadas. Van desde tener acceso a un salario mínimo, que se les pague por el alto coste de grabarse ellos mismos para los castings y cobrar un bonus en caso de que sus series se encuentren entre las más vistas en las plataformas de streaming, algo a lo que se niegan rotundamente Netflix o Amazon. En el pasado, los actores y guionistas recibían un cheque cada vez que se retransmitía una película o programa en el que trabajaban y eso les permitía mantener su economía estable entre proyectos.

Ahora, critican que desde que llegaron al panorama del entretenimiento estas plataformas, obtienen poco o nada de su trabajo mientras que los ejecutivos de los estudios están cosechando grandes salarios.

Preocupaciones por la IA. La inteligencia artificial también se ha convertido en otra de las preocupaciones del gremio, que califican de "amenaza existencial". Argumentan que la IA podría crear un escenario en el que proliferen los deepfakes de ellos mismos y que los actores muertos revividos por CGI se conviertan en las estrellas del mañana a través de rostros y voces generados por ordenador. Y, sobre todo, la idea más oscura de todas: que algún día se hagan películas sin la participación de un equipo de cámara, un actor o un escritor.

La primera en 60 años de este tipo. Hay que tener en cuenta que protestas similares han ocurrido en Hollywood en el pasado, incluso hace pocos años. Pero sólo una es comparable a esta por la magnitud, las partes involucradas y los reclamos. En marzo de 1960, el expresidente de EEUU Ronald Reagan, que por aquel entonces era presidente del sindicato de actores, hizo un llamamiento a la huelga con el objetivo de que los actores consiguieran beneficios económicos tras vender los derechos de las películas y no solo por hacerlas. También para acceder al derecho a la sanidad o las pensiones. Lo consiguieron.

Imagen: SAG-AFTRA

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