Disculpa, pero no sé cómo te llamas. Ni dónde vives. Ni a qué te dedicas. Ni idea de cuáles son tus aficiones o a dónde viajarás este verano. Lo que sí tengo claro es que hay muchas probabilidades de que tú, yo y otras tantas cientos de miles de personas compartamos un mismo álbum de fotografías, un descomunal catálogo en el que nos mezclamos con casas, calles, coches y mascotas. Algunas seguirán igual, como si las hubiesen retratado anteayer. Otras serán ya puro recuerdo.
El álbum se llama Google Maps.
Y si por algo destacada su retratista, su inconfundible coche, serigrafiado con los colores de la compañía de Mountain View y su mostrenca cámara bien anclada al techo, es por la habilidad con la que nos caza infraganti, sin margen para para posados, meter tripa ni preparar una sonrisa.
¿Que te acabas de agachar para atarte los cordones de las zapatillas o buscas las llaves con el brazo metido hasta el codo en el bolso? No importa. Para cuando te des cuenta el coche multicolor ya se estará alejando calle abajo. Y así te quedarás, retratado, con la cara pixelada, por los años de los años, hasta que un nuevo coche vuelva a salir para actualizar el callejero y repita la faena.
Un ventana al pasado
Incluso entonces, tu estampa seguirá en el histórico de Street View, irreconocible quizás para quienes no te conozcan; pero más clara que una foto de DNI para familia y amigos.
Aunque sea por una simple cuestión de probabilidades, lo que desde luego no se le puede negar a Google es su habilidad para captarnos en nuestras rutinas más apegadas, las del día a día.
Es raro que te pille de boda o traje, corbata y recién salido de la barbería, camino de la cena de Navidad de la empresa. Lo más probable es que lo haga cuando vuelves a casa con la barra de pan bajo el brazo o sudado hasta la rabadilla después de dos horas de gimnasio. Un retratado auténtico, sin imposturas ni opción a réplica que quedará preservado en la memoria visual de Google.
Incluso cuando tú ya no estés al otro lado de la pantalla.
En el momento quizás te moleste; pero difícilmente encontrarás ese punto de espontaneidad pelada, esa habilidad para capturar tu rutina más esencial, en ninguna de las cientos, puede que miles de fotos, en las que apareces cada año entre selfies, retratos de grupo y "fotos Intagram".
Ahí estáis tú. Y tu vida. Sin edulcorantes.
Hace unos días a Carlos Torres (@carlosaspe) se le ocurrió bucear entre esa marejada de recuerdos que es el histórico de Google Street View a la caza precisamente de estampas cotidianas. Centró el tiro, claro. Buscó en zonas que le resultaban familiares. Lo que encontró en una imagen de 2016 lo emocionó tanto que hizo un pantallazo y lo subió a su cuenta de Twitter con un mensaje:
— “En Google maps mis abuelos siguen vivos y mi madre va por la sombra para llevarles la comida”.
En google maps mis abuelos todavía siguen vivos y mi madre va por la sombra para llevarles la comida. pic.twitter.com/xEcEQpHVG6
— Carlos Torres (@carlosaspe) July 4, 2022
Aquello lo removió a él. Y a decenas de miles de personas, que comentaron o dieron like a su publicación. Otras, no pocas, se lanzaron a la misma experiencia y brujulearon a la caza de recuerdos robados por el coche de Google Maps igual que un paparazzi a sueldo.
Y allí estaban, pixelados, pero perfectamente reconocibles para quienes los trataban y querían: el abuelo disfrutando del sol de primavera recostado contra la fachada de la casa familiar; la madre cargada de bolsas de la compra en la esquina de la plaza en la que acostumbraba a esperar a su marido… Incluso el perro que hasta hace seis años jugaba a diario en el patio de casa.
En google maps mi padre también vive y está esperándome a que baje para irnos a comer y celebrar que me habían dado destino en Villarrobledo. ❤️ pic.twitter.com/HXnEYICHv1
— Pedro (@MartinezPedroAn) July 4, 2022
Mi papá sale en su jeep amarillo 💛 https://t.co/G0tTPDkBTo pic.twitter.com/FyrSsGsOp3
— elein (@elaineportill0) July 6, 2022
Mi abuelo también sigue vivo en google maps🥹 https://t.co/VSnJwgzLqP pic.twitter.com/lPW8FqdhpO
— Flor 💚 ♡🦄 (@Floorgrillo) July 5, 2022
En maps Baby aún está viva y sigue durmiendo en frente de la puerta💗 https://t.co/g9xWizDg5N pic.twitter.com/gfdIxPx1Ss
— Júpiter💫 (@jupiteramalgama) July 5, 2022
Mi mami también está viva en google maps 🥹 https://t.co/G3ssc7rhPI pic.twitter.com/nayqpDpzZ4
— xoxo, Coni🌺 (@oyesoylaconi) July 5, 2022
Mi abuelito con los amigos 😇 https://t.co/kPYZ69qDyi pic.twitter.com/x7cTZ7obbp
— Marco🔱 (@Marcovillafa13) July 5, 2022
En Google maps mi perra que murió hace seis años también sigue viva❤️🩹 cuando la extraño la busco y soy feliz un rato https://t.co/Y5D2145PPm pic.twitter.com/Tl8Ikq7kCg
— ⊗lucia 9 DE JULIO ERA४🇦🇷 (@gloriovspurpose) July 5, 2022
Mi madre espera donde siempre https://t.co/GV3uksiLVH pic.twitter.com/5yRtx4qGQh
— Lizzard (@coquedesigns) July 5, 2022
Un auténtico álbum para el recuerdo.
Yo también he encontrado a la abuela de la que tuve que despedirme hace dos años.
Asoma por una de las ventanas de su casa un día nublado del invierno de 2011, con los brazos estirados, mientras tiende las fundas azulonas que usaban mis tíos en el almacén.
Un instante de su rutina cazado y volcado en Google... ¡Y cuántos recuerdos evoca!
Imagen de portada | Google Maps
Ver 13 comentarios