Los móviles compactos fueron una vez un segmento clave de la industria. Ahora están heridos de muerte

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A principios de 2020 publicamos un artículo titulado 'En defensa de los móviles pequeños'. Por aquel entonces ya se habían ido esfumando casi todos los modelos del mercado que mantenían cierta manejabilidad. Especialmente en el mercado Android, donde el estándar ya superaba con holgura las 6 pulgadas. Sobre todo si no queríamos conformarnos con un terminal de gama baja.

Esa manejabilidad, cada vez más difícil de encontrar, tuvo como protagonistas durante los siguientes tres años a dos modelos: los iPhone mini, que han durado un par de generaciones; y los Asus Zenfone, manteniéndose por debajo de las 6 pulgadas.

Ni uno ni otro han sobrevivido.

Una transición lenta con una abrupta caída

En el imaginario colectivo, entre la clientela de Apple había hueco para un terminal pequeño. Pero lanzaron el iPhone 12 mini en 2020 y fue un fracaso comercial. Ya durante aquel curso surgieron múltiples reportes que hablaban de que su baja salida comercial estaba haciendo que Apple se plantease su cancelación.

Un año después llegó el iPhone 13 mini, que a priori subsanaba la principal carencia de su predecesor, la autonomía. Tampoco debió ser suficiente, o quizás la decisión ya estaba más que tomada, y no hubo modelo mini en el catálogo de 2022.

En cuanto al modelo de Asus, cuyo último modelo fue anunciado hace apenas unos meses, el Zenfone 10, era bastante convincente, y apenas tenía algunos asteriscos en su gran angular o en su diferencia respecto al modelo anterior. Pero tampoco debió ser suficiente.

Ahora sabemos gracias a Technews Taiwan que Asus está llevando a cabo una reestructuración interna, y como parte de ese proceso, algunos departamentos se han reducido. Y la división Zenfone habría sido clausurada, para que sus empleados pasen a otros departamentos, o bien directamente al de ROG, la línea de teléfonos que sí tendría continuidad.

Actualización del 29 de agosto: Asus ha desmentido esta filtración en su blog corporativo, asegurando que mantendrá las actualizaciones de su línea Zenfone.

El número de teléfonos lanzados por debajo de la barrera psicológica de los 15 centímetros ha ido menguando cada año. De los más de 200 modelos anuales que veíamos en 2016 o 2017 hemos pasado a menos de treinta el año pasado. Y este año está siendo especialmente sangrante: en ocho meses solo hemos visto cuatro. El Galaxy S23, el Asus Zenfone 10, el Blackiew N600 y el Nokia 106, un teléfono básico.

Quizás por nostalgia, quizás por no ver nuestro bolsillo demasiado abultado, quizás por manejabilidad o quizás por una vieja manía personal, pero cualesquiera que fueran las razones esgrimidas hasta ahora para hacerse con un móvil pequeño han quedado fuera de juego. O fuera de mercado.

En algo tan mercantil como la industria del smartphone, donde todo hijo de vecino hace cuanto sea necesario para arañar cuota de mercado, sin importar la cantidad de palabras que se tenga que comer; que solo hayamos visto cuatro móviles con un tamaño inferior a ese tope es un signo de absoluto desinterés por parte del consumidor. Seguro que también hay gente que pagaría por obtener un móvil con lentejuelas, pero afortunadamente tampoco son tantos.

En el horizonte estaba la promesa de los plegables, que ya llevan demasiado tiempo en el mercado, casi un lustro, como para dudar de si algún día dejarán de ser una promesa para convertirse en algo más, o si en cambio continuarán con un papel marginal.

Y así estamos, con troncomóviles cada vez más grandes. Algunos ya superan hasta las 7 pulgadas (Lava Z2 Max, Vivo X Note) como anticipo de lo que está por venir. Las plataformas dando protagonismo al vídeo, la mejora de las redes móviles y el vídeo bajo demanda ubicuo han logrado que solo la pantalla grande tenga hueco en el mercado.

Imagen destacada | Jesús León.

En Xataka | La batería de mi iPhone está al 90% de su capacidad tras diez meses. Es completamente normal.

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