Un brote de gastroenteritis se ha ido extendiendo en el municipio de Tarazona, situado al oeste de la provincia de Zaragoza. En el municipio y su entorno el número de casos de criptosporidiosis se acerca ya al medio millar.
Más de 450 casos. Durante las últimas semanas los casos de gastroenteritis se han multiplicado en el municipio aragonés de Tarazona, y se han extendido a la localidad de Novallas. Según los últimos datos el número de afectados habría superado ya los 450. Estos se deben a un brote de Criptosporidiosis cuyo origen se ha hallado en el agua de grifo de las localidades.
Por ahora el brote no parece haberse extendido a otros municipios que extraen también del río Queiles el agua de sus grifos y las autoridades están buscando en el cauce de este río el tramo donde se origina el brote.
Alerta también en zonas limítrofes. Nada más conocerse que el origen del brote estaba en el agua del grifo, las autoridades municipales pidieron que ésta dejara de ser consumida por humanos (ni para beber, ni para cocinar, ni para la limpieza dental), aunque también explicaban que otros usos como la limpieza del hogar no suponían riesgo.
Estas restricciones se han extendido a los municipios que también obtienen su agua del Queiles aun no habiéndose detectado casos anómalos de gastroenteritis. El río nace en la provincia de Soria y desemboca en el Ebro a la altrura del municipio navarro de Tudela.
Cryptosporidium. El responsable no es una bacteria ni un virus, sino un parásito protozoario conocido como Cryptosporidium. Su transmisión se produce por la vía fecal-oral, es decir, que el parásito entra en nuestro organismo por la boca y sus esporas son liberadas en los excrementos.
Las esporas del Cryptosporidium hacen a este parásito difícil de eliminar por las vías convencionales como la cloración. Estas esporas reciben el nombre de ooquistes (u ovoquistes), al ser células en las que el parásito transita su fase de incubación y tienen una membrana característicamente dura.
Una vez en nuestro cuerpo estos parásitos realizan su ciclo vital en su intestino, ocasionalmente liberando nuevos oocitos que pueden acabar en el agua o en alimentos de distinto tipo, desde frutas y hortalizas hasta leche sin pasteurizar.
Criptosporidiosis. Los síntomas de la criptosporidiosis son propios de una gastroenteritis, con diarrea acuosa e intensa. Además de poder causar dolor abdominal, náuseas y vómitos los síntomas de esta infección pueden extenderse a otras partes del cuerpo, como fiebre y fatiga o dolor en otras partes del cuerpo.
En personas sanas los síntomas no van a más y remiten pasado cierto tempo (el periodo puede variar), pero las personas inmunocomprometidas pueden sufrir consecuencias graves, como diarrea severa, enfermedad de la vesícula biliar o inflamación del páncreas.
El mayor brote conocido de esta infección se dio a principios de la década de 1990, afectó a más de 400.000 personas en Milwaukee (Wisconsin) y se estima causó la muerte a algo más de medio centenar de personas, la inmensa mayoría de ellos previamente afectados por el SIDA. Un estudio observó que en los meses posteriores al brote el número de muertes asociados a este síndrome creció un 19%. El control de esta infección ha avanzado mucho desde 1993.
Buscando el origen. Entretanto las autoridades siguen buscando el foco del brote. Se desconoce a qué altura del río se ha producido, y tampoco se ha podido asociar a ningún evento concreto. Las autoridades reconocen que no se ha detectado por ahora ningún vertido ni actividad ilícita.
Aunque por ahora no se hayan detectado consecuencias graves de este brote lo pertinaz de este parásito implica que las autoridades tendrán trabajo por resolver. Durante las últimas horas el número de personas afectadas ha ido creciendo, desde los 444 hasta los 452.
El tiempo de incubación del parásito puede ser también variable, de hasta 12 días. Aunque las medidas de precaución comenzaron a tomarse hace ya dos semanas aún no puede descartarse que el número crezca algo más antes de que comencemos a ver la remisión del brote.
En Xataka | Las diez enfermedades más comunes (y mortíferas) que no sabemos, no podemos o no queremos curar
Imagen | Willtron / Alae-eddine GATI
Ver 1 comentarios