Ucrania y la incertidumbre de Trump están empujando a Europa a recuperar algo hasta hace poco anatema: la mili

  • Dinamarca quiere extender el reclutamiento obligatorio a las mujeres y ampliar el servicio

  • En Alemania el debate gana fuerza ante las dificultades para captar nuevos soldados

Buena
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Ante un Vladimir Putin que se ve a sí mismo fortalecido tras las cuestionadas elecciones rusas, un Kremlin que mantiene su pulso belicista en Ucrania y no duda en presumir de músculo nuclear y una posible victoria de Donald Trump en EEUU, buena parte de Europa ha optado por prestar más atención a su defensa. Y eso pasa tanto por invertir en su rearme como por buscar formas de fortalecer sus ejércitos, aun cuando hacerlo exija abrir un viejo debate olvidado durante años en parte del continente: recuperar la 'mili', un servicio militar obligatorio.

En Lituania decidieron recuperarla ya en 2015,  después de que Rusia se anexionase Crimea, y en 2017 Suecia dio un paso similar. Allí se aplica ahora un sistema de reclutamiento al que hoy mira con indisimulado interés Alemania, donde el servicio militar protagoniza también un acalorado debate político. El último ejemplo de una 'mili' fortalecida lo deja sin embargo Dinamarca.

'Mili' para todos… y todas. En Dinamarca han decidido reforzar su sistema de reclutamiento obligatorio, apuntalándolo con varias novedades que acaba de desvelar su Gobierno. La principal es que se hará extensivo a las mujeres. El Ejecutivo danés, liderado por la primera ministra socialdemócrata Mette Frederiksen, ha decidido trasladar el principio de "plena igualdad entre los sexos" a la política de defensa y empezar a reclutar por igual a chicos y chicas.

El cambio es más formal que práctico y si por algo es relevante —más allá de por reforzar la igualdad en el ejército danés— es porque amplía la base de potenciales reclutas del país. Las danesas pueden realizar el servicio militar desde finales de los 90, aunque de forma voluntaria, a diferencia de sus compañeros varones, a los que se convoca por sorteo. De hecho, se calcula que de las alrededor de 4.700 personas que realizaron la 'mili' en 2023, el 25% eran mujeres.

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"Resolver los desafíos de defensa". "Un reclutamiento más sólido, incluida la plena igualdad, debe contribuir a resolver los desafíos de defensa, movilización nacional y dotación de nuestras fuerzas armadas", destaca su ministro de Defensa. Para convocar a sus reclutas, Dinamarca aplica un sistema de sorteo, aunque las autoridades favorecen que las inscripciones sean voluntarias. De salir adelante la medida, a partir de 2026 Dinamarca se convertiría en el tercer país europeo que exige a las mujeres servir en su ejército. Los dos restantes son Noruega y Suecia.

Más tiempo y más recursos. No es la única medida con la que Dinamarca quiere reforzar su ejército. Además de abrir las puertas del servicio obligatorio a las mujeres, el país plantea cambios sustanciales en su 'mili': de los cuatro meses que dura ahora pasará a 11, con cinco de esos meses dedicados a entrenamiento y los seis restantes a servicio operativo en el ejército, la fuerza aérea o la marina.

Otra novedad importante es que se ampliará el número de reclutas anuales: de los 4.700 de 2023 se quiere pasarse a 5.000. A día de hoy Dinamarca, una nación de algo menos de seis millones de habitantes, tiene 9.000 soldados profesionales, aunque la BBC apunta que los efectivos activos se elevan a 20.000.

Los cambios previstos por las autoridades danesas se aplicarían ya a corto plazo, a partir de 2026, pero aún no han logrado la categoría de norma establecida. Antes los planes de su acuerdo de defensa 2024-2033 deberán someterse al debate político, aunque en junio de 2023 la mayoría del Parlamento ya se mostró partidaria de buscar una mayor igualdad en el servicio militar obligatorio.

Millones para defensa. Quizás no resulte tan llamativa como la decisión de extender la 'mili' a las mujeres, pero Dinamarca tiene sobre la mesa otra iniciativa igual de relevante y que da una idea de cuál es el escenario: el país quiere reforzar aún más los fondos que destina a defensa, lo que se traducirá en miles de millones de euros hasta 2028. Incluidas la ayuda que envía a Ucrania, su gasto militar ronda el 2,4% del PIB. A partir de 2026 y ya sin las donaciones supondría el 2%.

"No nos rearmamos porque queramos la guerra. Nos rearmamos porque queremos evitarla", asegura Mette Frederiksen. En una línea similar, Troels Lund Poulsen, ministro de Defensa del país, advierte: "Desafortunadamente, la situación de la política de seguridad en Europa se ha vuelto cada vez más grave, y tenemos que tener eso en cuenta cuando miramos la defensa futura […]. Es absolutamente crucial que consigamos un reclutamiento más sólido en Dinamarca".

El debate en Alemania. Dinamarca no es la única nación europea que ha buscado formas de fortalecer su músculo militar y capacidad de reclutamiento. En Alemania hay abierto también un intenso debate, caldeado por su propio ministro de Defensa, Boris Pistorius, sobre la posibilidad de recuperar el servicio militar obligatorio, suspendido en el país hace ya más de una década. "Entonces había razones para suspenderlo. Mirando hacia atrás fue un error", llegó a declarar a hace unos meses el dirigente antes de admitir que recuperar la 'mili' obligatoria resultaría "estructural, constitucional y políticamente complicado".

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Mirando a Suecia. Ni eso ni las voces discordantes con las que se ha encontrado Pistorius en su propio partido y Gobierno han impedido que el debate se mantenga vivo en Alemania a base de filtraciones y declaraciones del propio ministro, quien hace poco apelaba a la "responsabilidad conjunta de la seguridad".

Con ese telón de fondo, Pistorius también ha reconocido sentir "cierta debilidad" por el modelo de reclutamiento que se aplica en Suecia. Allí la 'mili' se recuperó hace poco más de un lustro, aunque hay suficientes voluntarios como para restar impacto social a la medida. El problema con el que lidia Berlín son las dificultades para captar reclutas libres, algo que no ha logrado solucionar pese a sus esfuerzos.

La 'mili' en Europa. Ni Dinamarca ni Alemania son rara avis. En Europa hay otros países que, a lo largo de los últimos años, han reabierto el debate sobre el servicio militar obligatorio o directamente lo han retomado tras un breve parón. Tras la anexión rusa de Crimea, en 2014, la fórmula se reintrodujo en Lituania y Ucrania, país este último en el que se reforzó al inicio de la invasión.

En 2017 Suecia también acordó retomar el servicio obligatorio, una figura que había estado vigente hasta 2010. En Letonia el Parlamento ha dado un paso similar tras la suspensión de la 'mili' hace ya casi dos décadas, en 2007. El motivo es de nuevo el mismo: el escenario que abre la invasión de Ucrania.

Importa el qué... y el cuándo. El debate de fondo, sobre los sistemas de reclutamiento, ha surgido también de una forma u otra en otros muchos países europeos, como Países Bajos, Noruega, que amplió su 'mili' a las mujeres en 2016 o Rumanía. El contexto lo marca la guerra de Ucrania, las tensiones con Rusia, la perspectiva de que EEUU aplique cambios en su política internacional si Trump regresa en noviembre a la Casa Blanca y una clara tendencia hacia el rearme.

Sin ir más lejos, hace solo unos días El País publicaba que las importaciones europeas de armamento se habían incrementado cerca de un 94% en cuestión de cinco años. Solo entre 2022 y 2023, período marcado ya por el avance de las tropas del Kremlin hacia Kiev y las tensiones con Moscú, el aumento fue del 21%.

¿Y España? En España la 'mili' queda ya atrás en el recuerdo. El país acordó ponerle fin en 2001 y si bien desde entonces han surgido propuestas más o menos tímidas para retomarla no han logrado alcanzar la notoriedad que sí toman en Alemania. En 2015 incluso el actual presidente, Pedro Sánchez, resumió su paso por la 'mili' como una "pérdida de tiempo" que no le aportó "nada".

La Constitución se pronuncia sobre la potestad del Estado, aunque dejando margen a la interpretación. En su artículo 30 aclara que "los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España". Y desliza: "La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria".

En su tercer punto aclara también que "podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general" y, cuando sea preciso, la ley regulará "los deberes de los ciudadanos en casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad".

Imagen | Danish Defence y Public Affairs Officer Søren / Multinational Division North

En Xataka | Primero la "mili", ahora la OTAN: cómo poco a poco la próspera y tranquila Suecia ha abrazado el militarismo

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