No hay ningún motivo racional para que el tabaco sea legal y las setas alucinógenas no. Y la ciencia lo confirma

No hay ningún motivo racional para que el tabaco sea legal y las setas alucinógenas no. Y la ciencia lo confirma
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En el año 2015, Estados Unidos registró más de 480.000 muertes relacionadas con el tabaco de un total de 2.700.000 fallecimientos en el país. O lo que es lo mismo, 18 de cada 100 personas murieron por el tabaco. Para el alcohol, las cifras son menores pero igualmente alarmantes. Entre 2006 y 2010 fallecieron una media de 88.000 personas en EEUU por causas relacionadas con las bebidas alcohólicas.

Otra forma de leer esta estadística es esta: alrededor de 28 personas fallecen cada día en accidentes de tráfico donde el conductor iba bajo los efectos del alcohol.

Comparar la incidencia del alcohol y tabaco contra otras drogas recreativas resulta muy ilustrativo. Una de estas drogas podrían ser las setas alucinógenas. Las hospitalizaciones provocadas por las llamadas setas mágicas tienen una incidencia de 17 casos por cada 10.000 personas que la consumen. 95 en el caso del LSD. Las muertes provocadas por estas sustancias son esporádicas y no se miden en muertes al día sino en años.

¿Por qué las setas alucinógenas, con su escasa incidencia mortal, están prohibidas mientras que el alcohol y el tabaco se siguen vendiendo a manos llenas?

No todas las drogas nacen iguales

hongos

Descartemos por un segundo al alcohol y tabaco. En el hipotético caso de que lo tuyo sea meterte sustancias ilegales en el cuerpo, pero que te den miedo las repercusiones negativas para la salud, consume setas alucinógenas.

Es la droga más segura de todas.

O al menos, eso es lo que asegura un estudio elaborado por la Global Drug Survey este mismo año en el que han participado hasta 150.000 personas de todo el mundo que consumen algún tipo de droga ilegal. En él realizaron una encuesta a casi 10.000 consumidores de setas alucinógenas y vieron que tan sólo recibieron ayuda hospitalaria 17 personas a lo largo de los últimos 12 meses. Es decir, tan sólo un 0,2% de los encuestados han acabado alguna vez visitando a un médico por consumir setas prohibidas.

Ese número es 5 veces inferior a las hospitalizaciones necesarias entre los consumidores de otra droga alucinógena, el LSD. Esta droga psicotrópica tuvo hasta 95 intervenciones médicas entre los 10.000 encuestados. Casi un 1%.

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Tan sólo un 0,2% de consumidores de hongos mágicos aseguran haber tenido que acudir a un hospital

Como es evidente, en este estudio tan sólo se reflejan los datos de personas que han consumido y sobrevivido a las drogas. De modo que las posibles muertes relacionadas se quedan fuera de él. La parcialidad del superviviente, que dicen los americanos. A pesar de esto, es importante señalar que sí existen fallecimientos relacionados con consumo de setas alucinógenas.

Una búsqueda rápida por internet nos muestra un banquero de 23 años que se precipitó al vacío desde su casa situada en un tercer piso tras consumir setas. O el caso del profesor de inglés que se fue a Colombia a consumir drogas, entre ellas setas alucinógenas, y que se apuñaló el cuello varias veces con una botella rota. Sin embargo, ambas tienen en común que en apariencia son casos aislados. La primera es una noticia de 2016 y la segunda de 2008.

Eso sí, un riesgo inherente al consumo de setas recreativas es la forma de obtenerlas. Dependiendo del país, las principales formas de hacerse con este tipo de hongos es mediante el cultivo doméstico o la recogida al aire libre. En el primer caso, no debe haber problemas (de hecho, es más seguro consumir hongos que una tableta de LSD ya que las dosis de éstas varían enormemente) pero en el segundo, existe el riesgo de recoger setas venenosas en vez de las que producen efectos psicotrópicos.

La (i)legalidad de los hongos con psiloicibina

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El componente activo de los hongos psicotrópicos se conoce como psilocibina o psilocina. Estas sustancias y sus efectos se conocían desde hace tiempo, pero no fue hasta la popularización de las drogas alucinógenas en EEUU durante la época hippie que los países comenzaron a tomar cartas en el asunto.

En 1971 se firmó en la ONU el Tratado Internacional de Sustancias Psicotrópicas. Este convenio proscribía las sustancias que producían alucinaciones, como los barbitúricos y las anfetaminas. Son sustancias con gran potencial para el abuso y que no tienen usos medicinales reconocidos. Esta clasificación, sin embargo, dejaba fuera a los hongos con psilobicina y ponía en manos de cada estado su legislación.

Herbert Schaepe, secretario de la ONU para el control internacional de narcóticos,  escribía una carta en 2001 que especificaba:

Como sabemos, los hongos que contienen estas sustancias [psilobicina o psilocina] son cultivados y consumidos por sus efectos alucinógenos. Para la ley internacional, ninguna planta que las contenga está en la actualidad bajo control del Tratado Internacional de Sustancias Psicotrópicas de 1971. De modo que, los preparados hechos con estas plantas no están sujetos al control internacional y, por tanto, no contemplados en los artículos del Tratado de 1971.
Mapa

La ONU dejaba en manos de cada país la legislación sobre este tipo de sustancias. Tal como muestra el mapa superior, países como EEUU, México y la mayor parte de Europa persiguen este tipo de sustancias. Otros, como España, Italia y Canadá son ambiguos al respecto. Hay casos de detenciones y acusaciones de tráfico de sustancias ilegales de este tipo en nuestro país, pero el marco legal no está completamente definido.

Puedes consumir y plantar pequeñas cantidades de hongos para consumo propio, siempre que no rebase la delgada línea que lo separa del tráfico de drogas. El cultivo, además, es aún más ambiguo ya que las esporas de estos hongos no contienen psilocibina.

Adicción e inelasticidad de la demanda de hongos

Podemos utilizar un concepto económico para explicar la peligrosidad para la sociedad que genera la adicción a una droga. Se trata de la elasticidad de la demanda. La teoría dice que cuando el precio de un bien baja, su demanda aumenta. Y al contrario también es cierto: a un aumento de precio de un bien le sigue un descenso de la demanda de ese mismo bien (ver gráfica izquierda). La elasticidad se define como la sensibilidad de la demanda ante un cambio de precio. Si un bien es muy sensible y su demanda sufre mucho ante cambios mínimos de precio, se tratará de un bien elástico. Y si no lo es, será un bien inelástico.

Elasticidad

En el caso de una droga, la adicción que genera en el consumidor es tan poderosa que le impide pensar en otra cosa. Sólo en su siguiente chute. Es por esto que no le importa cuál es el precio de la siguiente dosis. Necesita satisfacer su necesidad a toda costa. Todo lo demás, es secundario. Es ahí donde entra la elasticidad de la demanda de la droga, que aparece representada en la gráfica de la derecha.

El precio de la próxima dosis podría ser virtualmente infinito, porque el adicto haría todo lo posible por juntar el dinero necesario. Esto se conoce como "perfecta inelasticidad de la demanda". Un adicto robará la pensión a su madre enferma de cáncer terminal con tal de comprar su droga.

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Lo verdaderamente perjucidial para la sociedad es el efecto negativo que tiene la adicción a las drogas en forma de delincuencia de todo tipo

Para entender la prohibición de una droga, hay que fijarse en si su consumo genera dependencia en el consumidor. Los efectos sociales negativos de la inelasticidad de la demanda de droga son el motivo de que sean prohibidos en una sociedad. Simplemente, el tráfico y consumo de drogas genera delincuencia de todo tipo. En el caso de los hongos alucinógenos, éstos no producen adicción. Mayores dosis de hongos te proporcionan una tolerancia muy breve a la droga, lo que significa que a mayores cantidades, no se mejora el "viaje" alucinógeno. Al contrario, una dosis muy elevada produce paranoia en el consumidor.

Entonces, ¿por qué están más o menos prohibidos? Eso, en la actualidad, es una lucha en curso. Son numerosas las voces que abogan por una despenalización total de este tipo de plantas, por sus beneficios médicos en el tratamiento de ciertas dolencias (la depresión entre ellas), así como su positivo impacto espiritual (los alucinógenos se han utilizado en decenas de culturas milenarias).

En cualquier caso, llama la atención que en nuestra sociedad se permita el consumo de sustancias tan nocivas como el tabaco o tan mal utilizadas como el alcohol, pero se prohiba otras menos perjudiciales.

Imágenes | Ariel GrimmLauris RubenisRhett MaxwellPeter O'ConnorMichael Le Roi.

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