Energía nuclear y carbón: qué proponen todos los partidos en sus programas para las elecciones de 2019

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El cambio climático se ha convertido en un elemento central del discurso mediático. Ningún partido lo obvia de cara a las elecciones. Su extraordinaria cobertura en los medios de comunicación, las numerosas investigaciones científicas que acreditan su gravedad, y el éxito de las marchas juveniles del pasado mes de marzo ilustran hasta qué punto el clima se ha convertido en una conversación política ineludible.

Ahora bien, hay una enorme variedad de aproximaciones a la cuestión en función de la línea ideológica de cada partido. Aquellos más escorados a posiciones progresistas, como Podemos o el PSOE, le otorgan una prioridad narrativa superior a la del Partido Popular. El abanico de recetas para reducir emisiones es variopinto, en tanto que muchas medidas, si bien populares, obligan a sacrificios inaceptables para parte del electorado.

Lo vimos a cuenta de los "chalecos amarillos" en Francia y en otros países de Europa: hay cierta reacción al impulso de políticas verdes en determinados sectores de la sociedad. Y más allá del impuesto a la gasolina o al diésel, pocos asuntos ilustran este choque de prioridades como el cierre de las centrales térmicas y nucleares. España atraviesa una fase crítica en la que deberá decidir cuál es su apuesta energética y cómo la sintetiza.

En ambos temas confluyen contradicciones propias a cada formación: desde el rechazo a la energía nuclear hasta la defensa de la minería, pasando por un mercado más o menos regularizado o el apego hacia una política energética más barata. Pero dado lo crucial de las decisiones que los futuros gobiernos tendrán que afrontar, ante la decadencia de las centrales térmicas o nucleares, es interesante ver qué plantea cada partido al respecto.

Esto dicen sus programas.

PP: poco entusiasmo renovable

Tras años relegando las propuestas medioambientales a un segundo plano, el Partido Popular ha ido incorporando políticas verdes a su discurso mediático. Su programa electoral de 2019 es un buen ejemplo: hay varias referencias a la "descarbonización de la economía" y a la necesidad de impulsar una transición energética de uno u otro tipo. Ahora bien, la formación no incluye demasiadas propuestas.

Pablo Casado Pablo Casado no tiene un discurso fuerte en materia nuclear o renovable. El PP se muestra posibilista respecto a los cierres. (Víctor J Blanco/GTRES)

Los conservadores plantean "avanzar en la producción de energías renovables" y encaminar el modelo productivo hacia una economía "baja en carbono". Más tarde, en el apartado energético, plantea algunas medidas: el PP defiende un mix "que permita cumplir los objetivos de seguridad del suministro, cambio climático y precio de la energía", aprovechando "al máximo" las renovables" pero "sin renunciar a otras tecnologías aún útiles".

En consecuencia no habla de cierres. Sí plantea un marco "estable a 40 años" y "mecanismos de ayuda" a la industria "para compensar los efectos de las políticas medioambientales". El programa casa bien con su rechazo a las moratorias nucleares y térmicas defendidas por otros partidos. El PP no se cierra al impulso renovable, pero prioriza las fuentes ya instaladas, desarrolladas y accesibles, a su juicio, a precio bajo.

Dicho de otro modo: acepta la realidad de las centrales nucleares y térmicas aún en funcionamiento.

PSOE: firme discurso antinuclear

La cuestión medioambiental lleva siendo una prioridad narrativa del PSOE desde las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero. Su programa electoral de 2019 incluye numerosas propuestas e ideas encaminadas a una "transición ecológica", esbozando ideas con un largo recorrido en la historia de la formación y explicitadas durante la breve dirección de Teresa Ribera al frente del Ministerio de Medio Ambiente.

Los socialistas aglutinan sus políticos en la "Agenda 2030", un "green new deal" aplicado a España e inspirado nominalmente en la propuesta de Alexandra Ocasio-Cortez en el Congreso estadounidense. Ahí habla de las nucleares, proponiendo un "calendario de cierre" de las centrales, sin especificar cuál. Para 2030, afirman los socialistas, España debería producir el 74% de su electricidad mediante renovables.

La vitola antinuclear tiene largo recorrido entre las filas socialistas. El programa no profundiza en ello. Tampoco hace referencia a las centrales térmicas o a la reconversión de de la industria: tan sólo habla de liderar un "proceso de descarbonización de la economía global" y de impulsar las "energías renovables" y el "autoconsumo" al tiempo que creando "empleo en este sector". No ofrece fechas de cierre.

Sabemos, sin embargo, que el PSOE ha retrasado desde el gobierno el apagón nuclear. En enero, Ribera confirmó que los cierres comenzarían "nunca antes" de 2025, y que hasta 2036 no sería posible clausurar todas las plantas. Algunas, como la de Almaraz, tendrían que prolongar su vida más allá de los 40 años. La realidad es tozuda: cumplir con la reducción de emisiones y cerrar las nucleares en diez años es muy difícil.

El PSOE sí ha impulsado el cierre de siete centrales térmicas antes del año que viene.

Unidas Podemos: apuesta verde, apoyo minero

La formación morada ha hecho de la energía verde un pilar central de su programa electoral. Bajo el epígrafe "Horizonte Verde y Nuevo Modelo Industrial", Podemos plantea ambiciosas medidas en materia energética y medioambiental. Su apuesta por las fuentes renovables y no contaminantes es firme, aunque viene acompañada de ciertas contorsiones narrativas fruto de su apego a los colectivos obrero y minero.

Así, el partido plantea "reducir la producción energética primaria basada en combustibles fósiles a la mitad en una década y alcanzar el 100% de la producción de fuentes renovables en 2040", añadiendo que tal reconversión se hará sin que "se pierda un empleo del sector de los combustibles fósiles" antes de que se hayan dos creado "dos empleos con condiciones laborales idénticas o mejores en la misma comarca".

Pablo Iglesias Unidas Podemos debe conjugar su discurso "obrero" con medidas medioambientales que supondrían una herida de muerte a varias industrias. (Daniel González/GTRES)

Más abajo, Podemos fija el cierre de las centrales de carbón "antes del final de 2025", y siempre garantizando la utilización de "carbón nacional"; y la clausura de las nucleares "antes del final de 2024". De nuevo, explica que garantizará la creación de "dos empleos por cada uno que se pierda". ¿Y de dónde saldrán los nuevos trabajos? Según el programa, de "una apuesta fuerte por la instalación de renovables".

El programa es resultado de las tensiones internas de Podemos. Por un lado, debe apostar por las renovables; por otro, ha hecho de la defensa de los colectivos mineros un elemento clave de su discurso. No especifica cómo se crearían los "dos empleos por cada uno perdido", ni tampoco qué haría con el carbón o la nuclear si fuera imposible crear los nuevos trabajos. Es una compleja cuadratura del círculo.

Ciudadanos: 

Quizá el partido más titubeante. El programa electoral de Ciudadanos aún no está disponible en su portal, pero es posible rastrear sus propuestas a lo largo de las dos últimas legislaturas. La formación de Albert Rivera siempre ha orientado su discurso hacia las energías renovables, poniendo el acento en un suministro energético más limpio. En este sentido contrasta con las ideas más modestas del Partido Popular.

En materia nuclear, la posición de Ciudadanos ha venido determinada por su compromiso renovable: ha planteado la necesidad de "debatir sobre el futuro del parque nuclear de este país" a partir del año que viene; y se ha mostrado firme en el cierre de Garoña tras sus cuarenta años de vida útil. En otras ocasiones, sin embargo, se ha mostrado más posibilista, supeditando los cierres a un calendario de fechas en el que "la nuclear ya no sea necesaria para el mix energético".

En general, la postura de Cs en materia nuclear está más próxima a la del PSOE y UP que a la del PP. El alineamiento es más agudo en la cuestión del carbón: Ciudadanos votó en contra de limitar el cierre de las centrales térmicas durante los próximos años, y se ha mostrado favorable al cierre inminente de plantas muy contaminantes como la de Lada. Aquí, el peso del discurso ecologista determina la postura de Ciudadanos.

Vox y otros partidos regionales

La cuestión climática no ha gozado de mucho protagonismo en el discurso de Vox, y su agenda verde o energética no parece demasiado definida. Su única mención a la materia en su programa electoral, desgranado en su día aquí, es el desarrollo de un "Plan de la Energía con el objetivo de conseguir la autosuficiencia energética de España sobre las bases de una energía barata, sostenible, eficiente y limpia".

Las menciones más allá de las "100 medidas" son escasas. Abascal no se ha mostrado contrario al cierre de las nucleares, pero es un elemento marginal en la campaña del partido.

¿Y qué opinan los partidos que pueden ser claves en la gobernabilidad? En su programa 2016-2020, el PNV incluye escasas menciones al carbón o a la nuclear. Su postura sí ha sido favorable a la clausura de centrales como Garoña o Lemóniz y también ha apoyado moratorias "organizadas" de las plantas. También se ha alineado con Podemos, PSOE y Ciudadanos frente a la prolongación de las centrales térmicas.

Similares posturas han adoptado tanto ERC como el PDeCAT. Compromís también sostiene un marcado discurso verde, y aboga por el cierre tanto de las nucleares como de las térmicas.

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