Los tres argumentos de la mayoría de empresas españolas para rechazar la semana laboral de cuatro días

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España es uno de los países de Europa donde más horas anuales de media se trabaja. Pero también es uno de los países donde recientemente se está experimentando más con numerosos proyectos de semana laboral de cuatro días a nivel institucional. Tal y como hemos contado en Xataka a lo largo de decenas de artículos, muchas empresas están ofreciendo a los empleados un día libre extra a la semana para descansar cobrando lo mismo. Una revolución laboral que ya la llevan a cabo hasta 180 empresas en todo el mundo.

Pero, como todo lo que tiene que ver con el dinero, esta modalidad también enfrenta a empresas y trabajadores. A pesar de que algunas compañías han conseguido implantarla con éxito, 7 de cada 10 empresas aún no ven viable esta opción. Estos son sus argumentos y lo que dicen los estudios.

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El estudio. Según el informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España, donde se ha analizado este nuevo sistema de trabajo, la incursión de la jornada de cuatro días en el país todavía tiene muchas barreras que superar: un 73,51% de las empresas y un 61,46% de los autónomos consultados no ven viable esta opción. Su opinión reside en tres puntos clave que desde siempre han sido origen de debate: el salario, la productividad y la falta de trabajadores.

Argumento #1: el salario. El primero de ellos es principalmente la falta de margen de beneficio para mantener los salarios con mejor jornada, que es el motivo por el que el 41,53% de las organizaciones encuestadas ven inviable la jornada de cuatro días. El salario ha sido desde siempre el lastre más grande para aplicarla y es su base más directa. De hecho, la semana de cuatro días se fundamenta en el principio 100-80-100: realizar el 100% del trabajo, en el 80% del tiempo y por el 100% del salario.

El contexto. Esto contrasta enormemente con la opinión de los empleados, quienes ven en "mantener el sueldo" una necesidad. Alrededor de un 40% rechaza tajantemente reducir sus horas si eso conlleva una reducción de salario, ya sea proporcional o no. Para respetar la regla de 100-80-100, el Gobierno de España abrió recientemente una serie de subvenciones dirigidas a pymes del sector industrial que recorten al menos un 10% de su jornada y mantengan el salario de las plantillas durante dos años.

La Comunidad Valenciana también representa un gran ejemplo de no reducir los salarios. El año pasado aprobó ayudas a empresas de hasta 9.000 euros en tres años por cada trabajador que redujera la jornada laboral a 32 horas semanales sin disminuir su sueldo. Y el gobierno vasco ya contempla la posibilidad de una iniciativa similar. Pero, por desgracia, la logística se complica para muchas empresas, en las que este modelo ha significado al final trabajar más horas.

Argumento #2: la productividad. El segundo de los argumentos negativos de los empresarios recae sobre el rendimiento de los trabajadores. Un 27,97% no la ven viable por la falta de margen de productividad para amortizar una jornada a la semana. Su razonamiento es tan simple como que si se trabaja menos, produces menos. Esto choca con la evidencia más reciente que indica que la semana de cuatro días no es sólo positiva para el trabajador, sino que también hace ganar más a las empresas.

El contexto. En un experimento realizado por la asociación 4 Day Week Global con decenas de empresas de EEUU, Irlanda y Australia de diferentes sectores, se concluyó que las empresas participantes registraron subidas en los ingresos de un 8% de media durante la prueba y un 38% más que el año anterior.

De hecho, el 95% de ellas afirmó que la productividad, o se había mantenido, o había aumentado, y el 86% reconoció que mantendría el horario reducido tras la finalización de la prueba piloto. En este sentido, el 71% de los trabajadores afirmó tener menos fatiga laboral. Incluso hubo empresas en las que los trabajadores se encontraron un 14% más felices y un 28% menos cansados. El ausentismo de los empleados se redujo de 0,6 días al mes a 0,4, mientras que las renuncias se redujeron y las nuevas contrataciones aumentaron.

Argumento #3 contrataciones. Es lo que nos lleva al tercer razonamiento de las empresas para no aplicar la jornada del teletrabajo, que es la falta de trabajadores. Un 18,64% cree que es inviable por la imposibilidad de cubrir las horas correspondientes a la quinta jornada contratando a trabajadores a tiempo parcial. Desde el principio ha sido un problema inmenso para implementar la semana laboral de cuatro días (sin reducción salarial) la falta de preparación "operacional". Y es que la coordinación y la casuística de cada departamento varía mucho dependiendo de la empresa.

En este artículo de BBC, Pedro Gomes, profesor de la University of London y coordinador del ensayo de la semana laboral de cuatro días que se realizará este año en Portugal, explicaba que para aplicar esta reducción del tiempo de trabajo, es muy importante tener procesos comunicativos muy desarrollaos. Y eso no sucede en todas las empresas, sobre todo las más pequeñas.

El contexto. Además, hay que tener en cuenta la situación laboral precaria en la que se encuentra España ahora mismo. Sólo un 31,79% se plantea realizar nuevas contrataciones durante 2023 y el 11,92% de las compañías afirma que hará despidos, un 3,97% hará recortes salariales, y un 1,32% solicitará entrar en ERE o en ERTE. Aunque el paro ha bajado en comparación con otros meses, contratar sigue siendo un obstáculo enorme para las empresas.

Y los que lo hacen, apuestan por un modelo presencial, que choca de lleno con la tendencia del teletrabajo. De hecho, los datos de una investigación de Hays indican que el 34% de las empresas estaría más dispuesto a establecer una semana laboral de cuatro días (sin reducción salarial) con la condición de que los empleados trabajaran de forma exclusivamente presencial.

Imagen: Marc Mueller (Pexels)

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