El CEO de la fintech estadounidense Better.com, Vishal Garg, organizó el pasado miércoles una reunión por Zoom a la que estaban invitados 900 empleados. Un número inusualmente alto de participantes para encuentros de esta naturaleza que, desgraciadamente para los convocados, no fue lo más raro que iba a tener esa videollamada, ya que en esa misma comunicación a distancia el dirigente de la compañía les informó de que todos los que habían sido invitados a la vidoconferencia estaban despedidos, según la BBC.
Así, de una tacada y en apenas un minuto de videollamada, Garg despidió al 15% de la plantilla de su empresa de una de las formas más frías y con menos tacto que cabe imaginar. De hecho, apenas se conoció la noticia se desató una ola de indignación contra la empresa en Estados Unidos, que fue tachada por muchos como poco ética y muy dura.
No es la primera vez que Better.com protagoniza una noticia de esta naturaleza. En 2020 Forbes informaba del peculiar estilo de liderazgo de Garg, quien lleva bastante tiempo enviando mensajes ofensivos a sus empleados, en los que les acusaba de ser muy lentos, incapaces de hacer su trabajo o les decía que le estaban avergonzando.
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Peculiaridades que no tuvieron su último capítulo el pasado miércoles con el despido masivo, ya que, no contento con eso, Garg se despachó a gusto en una publicación en el foro profesional Blind poco después de la videollamada, en la que afirmaba que los empleados despedidos robaban a sus colegas y a los clientes de Better.com por ser improductivos, y les acusaba de trabajar sólo dos horas al día.
Aunque las publicaciones en esta plataforma son anónimas, el propio Garg confirmó a la revista Fortune en una entrevista que era su autor. También explicó que él y su equipo de administración llevaban varias semanas analizando los datos de productividad de toda la plantilla, y llegaron a la conclusión de que los 900 despedidos tenían altas tasas de llamadas telefónicas perdidas, un número de llamadas entrantes y salientes bajos o llegaban tarde de forma habitual a las reuniones.
Estuviese o no justificado el despido, algunos de los trabajadores consultados por Fortune explicaron a la revista estadounidense que el problema también estaba en la forma en la que se había dirigido a ellos. Más allá de hacerlo de forma grupal a través de una pantalla, varios exempleados señalan que su tono fue extremadamente duro y amenazante, y que dijo textualmente que el próximo año iba a tener lugar un baño de sangre, en referencia a que planeaba más despidos,
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