Hace dos años se estrenó una película cuyo argumento parecía ciencia ficción. Se llamaba 'Cocaine Bear' y, en esencia, contaba la historia de un oso hasta arriba de cocaína. El relato era tremendo, pero también completamente real. El oso había ingerido cuatro gramos antes de fallecer junto a un cargamento perdido. Lo cierto es que animales con trazas de estupefacientes ha habido varios, pero ninguno como el caso de Brasil. Tras el análisis de 13 tiburones, todos han dado positivo.
El estudio. El trabajo se publicó la semana pasada en la revista Science of the Total Environment. Allí, investigadores brasileños capturaron 13 tiburones frente a la costa de Río de Janeiro. Hablamos de una especie relativamente pequeña, de alrededor de un metro de largo, que se alimenta principalmente de peces pequeños y calamares.
Tras la captura, los investigadores los diseccionaron para obtener muestras de sus músculos e hígados y luego analizarlos en busca de signos de drogas y/o sustancias químicas relacionadas. Los resultados dejaron a los científicos muy preocupados: todos los tiburones dieron positivo en cocaína. No solo eso. Al parecer, 12 de los 13 tenían benzoilecgonina, una sustancia química producida cuando la cocaína se filtra a través del hígado en sus sistemas.
El problema de las aguas residuales. Para entender este último estudio debemos retroceder en el tiempo. La cocaína, al igual que otras drogas, llega al océano a través de varias vías, incluida la liberación de instalaciones inadecuadas de tratamiento de aguas residuales o por paquetes perdidos de narcos que los envían al agua y luego acaban siendo ingeridos por la fauna marina (o no, como en el caso del oso).
Esto es conocido por la ciencia, ya que debido a estos procesos, se han detectado rastros de cocaína en aguas residuales y superficiales en al menos 37 países entre los años 2011 y 2017. No solo eso. La droga también se ha infiltrado en diversas formas de vida acuática, incluidos moluscos, crustáceos y peces óseos. Con todo, hasta ahora nadie había llevado a cabo una investigación similar con los tiburones y la droga como protagonistas.
Tiburones hasta arriba. Según el equipo, el hallazgo se debe a una combinación del creciente consumo de cocaína (particularmente en Brasil) y ese tratamiento inadecuado de las aguas residuales, escorrentías de la producción de cocaína y fardos de droga que quedan a la deriva en el agua.
Es aquí donde aparecen los 13 tiburones de nariz afilada brasileños (Rhizoprionodon lalandii) analizados, capturados por pescadores frente a la costa del estado sureste de Río de Janeiro. Al parecer, se eligió esta especie en particular porque pasa toda su vida en hábitats costeros y, por tanto, es probable que haya estado expuesta a la contaminación proveniente de los humanos.
Test de droga. A cada tiburón se le determinó el peso y la longitud antes de ser disecado. Luego se tomaron muestras de su músculo e hígado para realizar pruebas. Los resultados no arrojaron dudas. Las pruebas revelaron que cada muestra de los tiburones dio positivo en cocaína, y el 92% de las de músculo y el 23% de las de hígado también dieron positivo en uno de los principales metabolitos de la droga, la benzoilecgonina. Es la primera evidencia de cocaína en tiburones en libertad.
Efectos en el mundo marino. Aunque el trabajo no tiene claro si la exposición a la cocaína ha tenido grandes efectos en los tiburones, la investigación de sus consecuencias en otros peces, como las anguilas y el pez cebra, encontró diferencias en proteínas importantes, cambios en la piel y alteraciones de la función hormonal. Por ello, piensan que la exposición a la droga podría provocar daños graves a la salud de los escualos, incluido dañar su ADN, afectar su capacidad para metabolizar grasas o provocar cambios de comportamiento.
Lo que si dejan claro es que este hallazgo es un aviso importante y que se deben llevar a cabo más pruebas a corto plazo, “recomendamos la ampliación de los estudios de monitoreo ambiental relacionados con las drogas en la costa brasileña, así como una investigación detallada de sus efectos sobre la salud ambiental y los riesgos asociados”, escriben.
La cocaína en tiburones, malo para humanos. Además, el estudio también deja entrever que el hecho de encontrar tiburones con cocaína en su organismo puede acarrear problemas derivados para los humanos. De hecho, cuentan que “los hallazgos son indicativos de riesgos potenciales para la salud humana, ya que los tiburones son altamente consumidos en el estado de Río de Janeiro, de hecho, en todo el territorio brasileño y en todo el mundo”.
Sea como fuere, no es una buena noticia que hayamos encontrado por primera vez tiburones en libertad con rastros de cocaína, “teniendo en cuenta los efectos psicotrópicos de las drogas en los vertebrados, pueden ocurrir cambios de comportamiento que, aunque subletales, podrían afectar la supervivencia de la especie en formas que aún no se han explorado", zanjan los investigadores.
Imagen | Stock Catalog, Pexels, Coast Guard News
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