Canadá quiere que Netflix, Spotify y demás plataformas le paguen el 5% de sus ingresos: un peligroso precedente

El regulador canadiense quiere que las grandes del streaming financien contenido local con esa tasa. Ellas no lo ven tan claro y avanzan que la asumirá el cliente

Nicolas Leclercq Unsplash 1
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El regulador de telecomunicaciones de Canadá ha ordenado a los grandes servicios de streaming, como Netflix, Spotify o Prime Video, que paguen un 5% de sus ingresos en el país. El objetivo: financiar contenido local con esa nueva recaudación.

La medida busca recaudar unos 200 millones de dólares canadienses (unos 183 millones de euros) al año. Las plataformas han advertido de que tendrá efectos contraproducentes.

Por qué es importante. El canon del 5% refleja la creciente presión regulatoria sobre las plataformas de streaming a nivel global. Y sienta un precedente sobre el que otros gobiernos pueden apalancarse para buscar tasas similares.

Las claves:

  • Se aplicará a partir de septiembre.
  • La pagarán los servicios de streaming de audio o de vídeo con ingresos superiores a 25 millones de dólares canadienses anuales.
  • Francia impuso en 2021 algo similar: la obligación de destinar entre el 20% y el 25% de sus ingresos a contenido local.

La perspectiva de las plataformas. Netflix, Sony, Amazon, Disney, Paramount y otros grandes del sector audiovisual argumentan que la tasa no está reconociendo sus inversores en contenido canadiense y añade cargas "potencialmente discriminatorias".

Prefieren hacer aportaciones directas a producciones canadienses, no tener que pagar a fondos intermedias. Y advierten: esta tasa les obligará a recortar sus inversiones directas, las cuales consideran más eficientes.

Entre líneas. Canadá ya impuso un canon a las noticias en 2022. Google y Meta fueron las "víctimas" y amenazaron con retirar contenidos. Google acabó cediendo, Meta mantiene el pulso.

El dilema. ¿Quién acabará pagando las tasas? Las plataformas avanzan que repercutirán el precio a los usuarios. Los reguladores confían en que la asuman las empresas.

  • Es un negocio de márgenes muy ajustados, sobre todo en audio.
  • Por ese motivo es difícil pensar que no la terminarán pagando los clientes.

Tomemos el ejemplo de Spotify. Nadie tiene tantos usuarios, tanto gratuitos como de pago, como ella. Sin embargo sigue generando pérdidas cada año. Solo Spotify conoce sus finanzas en Canadá, pero a nivel global no genera beneficios. Solo en trimestres puntuales los logra, pero no compensan el resto de su año.

Spotify No Da Con La Tecla

Esta figura reabre el debate sobre cómo regular y hacer pagar a los gigantes digitales. Forzar su contribución a los ecosistemas audiovisuales parece loable, pero entraña el riesgo de que desincentive sus inversiones directas y acabe perjudicando al sector.

Imagen destacada | Nicolas J. Leclerq en Unsplash, Wikimedia Commons, Xataka

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