Un diseño, una impresora 3D y un horno. Es lo que sobre el papel necesitarías para construirte tu propio robot. Y funcional. En la práctica no es algo tan sencillo, pero desde el MIT han conseguido unir dos técnicas para que esa posibilidad no quede tan lejana.
Basándose en un diseño de un robot, el sistema permite imprimir las partes separadas de ese robot con una impresora 3D. Al meter esas piezas especiales en el horno, el calor obraría la conversión de dos a tres dimensiones de esas piezas. El truco está en que en el proceso de diseño se crean los pliegues que se producirán en el proceso de horneado. El otro elemento clave del proyecto sería el apartado asociado a la electrónica. Y también lo han resuelto.
Los componentes electrónicos necesarios, como condensadores, resistencias o sensores, también serían impresos junto con las piezas en dos dimensiones y también por la acción del calor del horneado, quedarían configurados en su situación correcta para convertir esa pieza de PVC y aluminio plana en un robot que se iría montando y "creando" como una magdalena en el horno. Por ahora a pequeña escala, pero ya veremos hasta donde son capaces de llegar.
Más información | MIT.
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