Pistas de esquí al lado del desierto: cómo ha conseguido Pekín los primeros JJOO con nieve 100% artificial

Pistas de esquí al lado del desierto: cómo ha conseguido Pekín los primeros JJOO con nieve 100% artificial
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Las imágenes aéreas que llegan desde China son tan curiosas como desconcertantes: unos senderos de nieve blanca se dibujan entre montañas grises y desoladas. Es el resultado de la mano del hombre sobre la naturaleza y el empeño multimillonario de Beijing por ser la primera ciudad que alberga unos Juegos Olímpicos de verano (2008) y de invierno (este 2022). Sólo la creación de esta nieve artificial para la cita olímpica ha costado a la capital china, aproximadamente, unos 90 millones de dólares, y ha requerido el uso de 185 millones de litros de agua.

Cañones de nieve. Para conseguirlo, China ha utilizado unos 350 cañones de nieve de la marca italiana TechnoAlpin y siete salas de máquinas y estaciones de bombeo, las cuales albergan 51 bombas de alta presión y nueve torres de refrigeración.

La marca italiana explica el funcionamiento del sistema al completo en su web. Las bombas de alta presión toman el agua de un embalse y la llevan a lo alto de las montañas mediante un sistema de tuberías. Durante este proceso, el líquido se enfría artificialmente y se le añaden compuestos que facilitan la formación de cristales de hielo. En paralelo, las torres de refrigeración comprimen aire, lo enfrían y le quitan la humedad. Una vez hecho esto, el aire frío y muy seco, a través de un gaseoducto, y el agua, mediante una tubería, se conducen de forma separada al cañón de nieve, que expulsa ambos fluidos al mismo tiempo, lo que hace que se forme la nieve artificial instantáneamente, siempre y cuando las condiciones ambientales sean también las adecuadas.

Una inversión multimillonaria. El despliegue de estas instalaciones ha costado, aproximadamente, unos 90 millones de dólares, según estimaciones del Gobierno chino. Pero la cifra es mucho más abultada si se amplia la vista y se incluyen las complejas obras de ingeniería que han hecho falta para llevar agua a la región donde se van a desarrollar los Juegos Olímpicos.

Y es que esta zona, ubicada cerca del desierto de Gobi, es particularmente árida y la disponibilidad de agua por habitante de forma natural es de apenas 200 metros cúbicos al año, según cálculos de las Naciones Unidas. Por eso, las autoridades chinas iniciaron en 2002 una enorme obra de ingeniería para trasvasar unos 450.000 metros cúbicos de agua al año desde el sur, un proyecto que ha costado hasta la fecha unos 60.000 millones de dólares a las arcas públicas de los asiáticos. Ese trasvase está destinado a proveer de agua a Beijing y sus alrededores, y ahora una parte importante también se va a destinar a la creación de nieve.

Un enorme gasto de energía. A estos dos desembolsos hay que añadir un tercero nada desdeñable, el enorme gasto de energía que ha sido necesario, y seguirá siéndolo mientras duren los JJOO, para crear y mantener las instalaciones. Según datos de TechnoAlpin, el sistema completo de innivación (bombas, torres de refrigeración y cañones) llega a emplear unos 10.100 kW de potencia a pleno rendimiento.

Impacto medioambiental. Todo esto supondrá un enorme impacto medioambiental en la zona, aunque tanto TechnoAlpin como el comité olímpico y las autoridades chinas defienden que van a ser unos juegos sostenibles. Los tres señalan que se está usando energía renovable para alimentar el sistema de innivación y que todo el agua utilizada va a volver a la naturaleza cuando se deshiele.

Peligro para los atletas. Además de las cuestiones medioambientales, en los últimos días han surgido otros problemas que cuestionan la ideoneidad de realizar unos Juegos Olímpicos de invierno en una zona sin las condiciones climáticas necesarias para tener nieve natural. Y es que, según Reuters, un informe publicado por un comité de expertos ha advertido de que las temperaturas no serán todo lo bajas que se precisa, por lo que, aunque el sistema trabaje a pleno rendimiento durante la cita olímpica, el deshielo podría provocar que no haya la acumulación de nieve necesaria para las pruebas, lo que pondría en peligro a los atletas.

Cañón de nieve

Una demostración de fuerza. A pesar de todos los retos, inconvenientes y críticas, los Juegos Olímpicos de invierno de Beijing comienzan este viernes y van a suponer varios importantes hitos que servirán a China para presumir de músculo económico y tecnológico. Para empezar, será la primera cita olímpica invernal que use un 100% de nieve artificial de la historia. Con anterioridad, sólo Pyeongchang, en Corea del Sur, se le había acercado con un 90%.

Por otra parte, y como ya mencionamos con anterioridad, también es la primera vez en la historia que una ciudad acoge Juegos Olímpicos de verano y de invierno. Por último, tampoco hay demasiados precedentes de eventos deportivos que hayan consumido tantos recursos públicos para amoldarse a unos requisitos que no se dan naturalmente en su entorno, a pesar de que las citas olímpicas suelen suponer inversiones multimillonarias para las regiones y países que las acogen.

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