En la batalla por el futuro de las ciudades, los SUV han chocado con los ciclistas. Y sólo quedan unos

Eduardo Enrietti F69aqed Eg Unsplash
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El SUV se ha convertido en el coche de moda. Si ha triunfado en el mercado no es sólo porque las marcas lo hayan ofertado o promocionado más por sus propios intereses. Este tipo de carrocería se ha encontrado con el favor del público, lo que ha hecho que sus ventas se disparen en los últimos años. Un buen ejemplo es el paulatino abandono de los utilitarios y los compactos en favor de este tipo de vehículos, no hablemos de las berlinas.

Desde luego, no sólo hay motivos estéticos detrás. Los compradores de coches priorizan antes el tamaño y la carrocería que la motorización o el precio. Para todos los que se deciden por un SUV, es un tipo de coche que les ofrece mayor espacio de maletero, mayor espacio interior, subir y bajar más cómodamente del coche y una posición más elevada, los que les da una mayor sensación de seguridad.

Decimos sensación de seguridad porque no siempre un SUV es más seguro. De hecho, en la mayor parte de las ocasiones tiene más probabilidades de volcar en una maniobra de esquiva que frente a una berlina: más altura, mayor peso y mucha masa que se arrastra de un lado a otro.

Pero sí hay una prueba en la que un SUV es mucho más seguro que cualquier otra carrocería: el choque frontal. Eso sí, es una ventaja para los pasajeros del SUV porque, de chocar contra cualquier otro agente del tráfico que no sea otro SUV, éste último tiene todas las de perder.

Da igual que sea un compacto, una berlina o un utilitario. Cuando un SUV choca frontalmente contra otro coche se corre el riesgo de colapsar los sistemas de seguridad de aquellos que pesan miden (en altura) menos. Tanto es así que es relativamente sencillo que el SUV se monte sobre el vehículo contra el que choca.

Y eso teniendo en cuenta que choque contra otro coche. La realidad es muy distinta si hablamos de peatones o ciclistas.

Vehículos antagónicos

Los defensores de la conocida como nueva movilidad, basada en la intermodalidad, con la bicicleta con pilar fundamental y una apuesta por la defensa del medio ambiente se ha encontrado con un grave problema: la moda SUV.

El asunto no es nuevo, ya en 2020 había quien pedía que se prohibiera este tipo de vehículos en las calles de las ciudades. Con una posición mucho más alta y un frontal más voluminoso y agresivo, el SUV tiene enormes puntos ciegos que pueden ocultar a un buen número de niños.

En caso de atropello, un peatón recibe el golpe en una zona baja pero si es un SUV, el choque se suele producir contra la cadera o el pecho, provocando heridas de mayor gravedad o multiplicando la probabilidad de morir en el accidente.

Los datos también se confirman con las bicicletas. De hecho, este tipo de coches pueden llegar a ser más agresivos con ellas que con los peatones. Según recogen en Axios, los SUV han disparado el número de ciclistas muertos. En una década, los peatones y ciclistas fallecidos se han elevado en un 51% y un 48%, respectivamente.

Sólo en 2020, fallecieron en Estados Unidos 932 ciclistas, por los 621 ciclistas que perdieron la vida en 2010, según datos del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS, Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras). Si hablamos de peatones, el dato se elevó hasta las 6.516 personas fallecidas.

A pesar del número, el IIHS sostiene el peligro que los SUV representan para los ciclistas. En caso de accidente, éstos suelen ser golpeados justo en su centro de gravedad. Mientras que en un coche el ciclista cae sobre el capó, con un SUV sale despedido, aumentando las posibilidades de sufrir un daño grave en la cabeza o la columna. Además, la posibilidad de que el ciclista salte sobre el capó del coche también es mucho menor.

Desde hace años, el número de ciclistas en las ciudades se ha incrementado pero desde la pandemia de coronavirus, este número saltó por los aires. Europa construyó, en 2020, 1.000 kilómetros más de carriles bici y su uso creció en un 48%. En París se disparó su uso pero, sin embargo, casi nadie cambió las dos ruedas por el coche. La moda SUV y la moda ciclista son antagónicas pero, en caso de accidente, una tiene todas las de ganar.

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Foto | Eduardo Enrietti

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