Europa amenaza a China con imponer aranceles a sus coches eléctricos. Y ya ha dado el primer paso

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"Puedo anunciar hoy que la Comisión está comenzando una investigación contra los subsidios sobre los vehículos eléctricos procedentes de China. Europa está abierta a la competencia. No puede ser una carrera hacia un pozo". Las palabras son de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, de esta misma mañana, recogidas por Politico.

Un primer paso. Lo que von der Leyen ha anunciado es un primer paso para que Europa acabe imponiendo algún tipo de restricción económica a los coches eléctricos chinos que están "distorsionando nuestro mercado", en palabras de la presidenta de la Comisión Europea.

"Los mercados globales ahora están inundados de coches eléctricos chinos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo por enormes subsidios estatales", ha asegurado esta misma mañana. El estudio no tiene por qué imponer nuevas restricciones económicas a China y sus fabricantes pero sí es un primer paso necesario.

Qué puede suceder. La Comisión Europea es la encargada de proponer cambios normativos dentro de la Unión Europea, por lo que encauza las políticas y las leyes que, posteriormente se terminan debatiendo y aprobando o desechando. El estudio para la propuesta de nuevas restricciones es, por tanto, un primer paso necesario si se quiere actuar de manera proteccionista contra China.

Una vez se realice el estudio, la Comisión Europea propondrá los caminos a tomar. Lo habitual es que se formalice una propuesta legislativa que se traslada al Consejo y al Parlamento Europeo para que se debata, se cierre la redacción final de las nuevas normas y se apruebe o se rechace.

Cediendo a Francia. En Politico hacen referencia a que la apertura de un estudio sobre los subsidios que China está aportando a los fabricantes para sus vehículos eléctricos y que está reduciendo sensiblemente los precios a los que ofrecen sus coches en Europa tiene mucho que ver con las presiones francesas.

Como contamos a principios de verano, Alemania y Francia están inmersas en una batalla por imponer aranceles a estos automóviles. Francia lleva tiempo escuchando las quejas de Carlos Tavares, CEO de Stellantis, quien ha mostrado un fuerte rechazo a los automóviles eléctricos asiáticos, asegurando que juegan en otra liga si no se les imponen nuevos aranceles.

En Francia están lidiando con estas presiones. De momento, el Gobierno francés y Tavares no mantienen una relación demasiado fluida, teniendo en cuenta que éste amenaza con llevarse parte de la producción de vehículos del suelo galo a países más baratos (entre ellos estaría España). Pero, al mismo tiempo, quieren sacar una norma propia para tener cierto margen de maniobra dentro de sus competencias, como impedir que estos coches eléctricos chinos se beneficien de las ayudas a la compra.

Alemania. La posición de Alemania es complicada. Ferdinand Dudenhoeffer, director del Centro de Investigación Automotriz de Alemania, aseguró lo siguiente a Forbes en junio:

Si la UE toma medidas contra China, será un gran error: en Alemania lo llamarían gol en propia puerta. El mercado chino tiene más de 20 millones de vehículos nuevos y el de la UE está más cerca de los 15 millones. Así que estaríamos perdiendo un gran mercado. ¿Cómo funcionó el proteccionismo en Estados Unidos hace 30 años contra los japoneses? Toyota está dominando el mercado estadounidense. El proteccionismo nunca ha tenido éxito. Solo ha debilitado. Y el debilitamiento se vuelve muy dramático. Todo lo que es tecnología punta en baterías proviene de China. Así nos alejamos de las innovaciones técnicas. No se puede hacer nada peor. Como resultado, perderíamos mucho internacionalmente.

En primer lugar, hay que entender que China es para algunos fabricantes alemanes, como Mercedes o BMW, un nicho de mercado muy importante, pues el rédito económico que sacan a las versiones que venden allí es muy alto. Y aunque también se han visto afectados por las guerras de precios, siguen ofreciendo modelos de gama alta que les generan un gran beneficio con un esfuerzo mínimo, dejando a un lado un mercado mucho más competido en una escala de precios inferior.

Sin embargo, Volkswagen ejemplifica el lado contrario a la perfección. La marca era la más comprada en China hasta hace poco tiempo pero BYD ya le ha superado y está abriendo hueco, pese a que sólo vende vehículos de "nueva energía" (híbridos enchufables y eléctricos). En Europa también se ven duramente afectados por los precios de los coches eléctricos chinos, con un MG4 Electric que está arrasando y que, por dentro, es calcado a un Volkswagen ID.3.

Las consecuencias.Sin embargo, cualquiera de estas empresas tiene motivos para desconfiar de la imposición de nuevos aranceles al mercado chino. Entrar en una guerra económica puede suponer un duro varapalo para los fabricantes europeos, saliendo del mayor mercado de automóviles del mundo.

De hecho, Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea, ha anunciado en X (antes Twitter) que "estamos abiertos a competir pero no a las prácticas desleales. Es por esto por lo que estamos lanzando una investigación a los coches eléctricos chinos", al tiempo que explicaba que viajará la semana que viene a China para debatir posibles nuevos acuerdos económicos.

Tomando posiciones. Hasta hace no muchos años, desde China se ha trabajado por llevar la tecnología de los fabricantes europeos a sus vehículos. Copiar sus ventajas y trasladarla a automóviles de fabricación propia que llegan al mercado con una dotación tecnológica de serie muy superior a la que encontramos en los modelso básicos de lso fabricantes europeos. Es algo de lo que ha presumido BYD en su aterrizaje en Europa.

Es algo que consiguió el Gobierno chino con la obligación de que las marcas extranjeras debían asociarse con fabricantes locales para poder producir en el país. Ahora, fabricantes como Volkswagen están ampliando las sinergias con los productos chinos y otros como Stellantis han desistido de posicionarse en el mercado con sus propias firmas y también han optado por acuerdos de colaboración.

Ya produzcan en el país o mantengan estrechos acuerdos comerciales, los fabricantes europeos tienen que estar muy atentos a las decisiones europeas, pues las consecuencias no sólo se dejarán ver en el mercado europeo (que se ha decidido por el coche eléctrico como el vehículo del futuro), también en el mayor mercado de automoción del mundo.

Y la dependencia en baterías. Pero no solo debemos tener en cuenta las consecuencias directas sobre las ventas y la producción de los fabricantes europeos en China. De momento, la dependencia de los minerales que se utilizan en la baterías es total, pues el país controla con mano de hierro la cadena de suministro. 

Además, China también domina con fuerza la producción de las baterías. Europa se ha propuesto dar un salto adelante en este ámbito pero las previsiones es que seguirá existiendo un enorme déficit en la producción europea de baterías en comparación al salto que se quiere dar en la compra de este tipo de vehículos.

El medio ambiente como excusa. A falta de conocer cuál es el resultado de la investigación, las conclusiones y las propuestas de la Comisión Europea, hay que recordar que Europa ya ha empezado a tomar partido en esta guerra contra el coche eléctrico chino barato. De momento, se ha encargado de poner más trabas a las exportaciones chinas con mayores exigencias en el uso de materiales reciclables y un "arancel al carbono".

A falta de un movimiento frontal, Europa está empezando a utilizar el medio ambiente a través del CO2 expulsado a la atmósfera durante los procesos de fabricación y el reciclaje de materiales como medidas para dificultar la llegada de más y más vehículos chinos a nuestro mercado. Sin embargo, son decisiones que no tendrán un impacto inmediato.

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Foto | MG

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