El régimen cubano ha prohibido escuchar esta canción por Internet. La respuesta ha sido viralizarla por USB

Imagen del videoclip de 'Patria y Vida', de Gente de Zona.
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"Hoy yo te invito a caminar por mis solares. Pa’ demostrarte de que sirven tus ideales. Somos humanos aunque no pensemos iguales. No nos tratemos ni dañemos como animales".

Lo creas o no, estos versos son del último lanzamiento de Gente de Zona, los mismos que en en 2015 te hicieron perrear hasta abajo con La Gozadera. En esta ocasión los reggaetoneros no hablan de la jeepeta o de celos en Hawái, sino que entonan un canto a la libertad del pueblo cubano.

Y por eso se han convertido en un dolor de cabeza para el régimen militar.

La canción de marras se titula Patria y Vida. En un videoclip publicado el 16 de febrero, Gente de Zona se unía a otros famosos artistas para entonar una critíca la dictadura comunista de Cuba, mostrando apoyo a los disidentes. Junto a Yotuel y Descemer Bueno, ganadores del Grammy que viven fuera de Cuba pero aún mantienen relación con sus raíces, Gente de Zona compara los 62 años transcurridos desde la revolución cubana con un juego de dominó —un pasatiempo popular en la isla—, que está bloqueado y nadie puede revertirlo. El título de la pista hace referencia al lema revolucionario Patria o Muerte , que aparecía en carteles, anuncios y billetes.

La oposición intelectual reggaetonera. En el vídeo los artistas cantan sobre la escasez de alimentos, las familias que no pueden ver a sus parientes en el extranjero o la debilidad del peso cubano, entre otras. Dos de los que salen son Maykel Osorbo y El Funky, que son miembros del Movimiento San Isidro, un colectivo de artistas e intelectuales disidentes en La Habana. En noviembre varios agentes de seguridad disfrazados como médicos arrestaron a 15 de sus miembros, que estaban en ese momento en huelga de hambre protestando por la detención de un rapero acusado de faltar al respeto a la autoridad.

A Gente de Zona tampoco les pilla de nuevas. Llevan años pidiendo la libertad para Cuba. En el Free Cuba Fest, un evento celebrado en Miami, Alexander Delgado, uno de los miembros del grupo, gritó sobre el escenario "Libertad para Cuba" y "abajo la dictadura". "Recuerden una cosa, juntos somos más", decía su compañero Randy Malcom en lo que se transformó en un mensaje de apoyo a "los cubanos que sufren la dictadura".

Disidencia encubierta. Patria y Vida acumula tres millones de reproducciones en YouTube, pero principalmente se ha visto fuera de Cuba. ¿Por qué? El gobierno no quiere que se vea en el país. Además, en la isla, el acceso a Internet es caro. La población lo está compartiendo sobre todo mediante pendrives USB bajo mano.

Y contraataque institucional. El régimen se molestó tanto que dos días después del lanzamiento de la canción y en respuesta hizo que la televisión estatal interrumpiese su habitual programación prime time para animar a los ciudadanos a aplaudir y cantar el himno nacional, La Bayamesa, que proclama que “morir por la patria es vivir”.

Claro, porque son unos gusanos. Los periódicos y sitios web estatales publicaron extensos artículos en los que se afirmaba que las mafias anticubanas de Miami estaban manipulando a los músicos. "Patria y Vida es propaganda musical que nunca podrá reemplazar la consigna revolucionaria", decía Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de las Américas, una institución cultural. Un miembro del movimiento San Isidro pintó en forma de graffiti "Patria y Vida" en su casa de La Habana y días después una turba progubernamental cubrió el grafito con consignas aprobadas oficialmente en azul eléctrico.

Días más tarde salía un videoclip en el que cinco artistas locales reivindican la continuidad del sistema y llaman "vendepatrias" y "marionetas" a los opositores. En esta ocasión, esa sí se llama "Patria o muerte por la vida”.

Cuba no cree en el perreo. El régimen lleva años luchando contra el reggaeton, el género musical predominante en gran parte de países de habla hispana y que no representa los buenos valores cubanos ni socialistas: ostentación del macho ganador, menosprecio de la mujer... Mediante un Decreto, el Gobierno cubano intentó el año pasado evitar que el pueblo siguiera escuchándolo como una forma de continuismo con las políticas más oscuras y restrictivas del castrismo.

"Ni la vulgaridad, ni la mediocridad podrán mellar la riqueza de la música cubana; para ello trabajamos coordinadamente desde las instituciones culturales", decía Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música. De hecho, varios proyectos legislativos para regular las canciones en los espacios públicos se han discutido en el país. El decreto 349 publicado en la Gaceta Oficial de la República de Cuba establecía las “contravenciones de las regulaciones en materia de política cultural”. Como acto contra la ley se consideraría “la difusión de música o representación artística en las que se genere violencia con lenguaje sexista, vulgar, discriminatorio y obsceno”.

Cuando el arte popular es subversivo. Este mazazo contra la cultura por parte del régimen cubano recuerda a otras medidas que se hicieron en el pasado y que se revelaron tan impopulares que el gobierno se acabó echando atrás. Cuando Fidel Castro tomó el poder el 1959, ordenó prohibir los culebrones en radio y televisión por considerarlos subproductos culturales. En ese momento estaba en emisión en la tele cubana El derecho a nacer y se prohibió antes de conocerse el final. Las protestas se sucedieron en el país y, finalmente, el Gobierno cedió y se retomó la emisión. Desde entonces se han seguido produciendo telenovelas en el país. El escritor venezolano Boris Izaguirre describió está anécdota con una frase certera: "El melodrama derrotó al comunismo". ¿Pasará lo mismo con el reggaeton?

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